Un informe elaborado por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo pone nota al ahorro energético de los hogares españoles: suspenso. Y es que, según este estudio en el que se han examinado más de un millón de viviendas en nuestro país, ocho de cada diez edificios derrochan energía y producen contaminación, presentando una calificación energética negativa (E, F o G).
Lo más grave es que se trata de un problema que afecta tanto a casas antiguas como a edificios de nueva construcción.
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El generar un ahorro energético es vital para las comunidades
Se siguen cometiendo viejas prácticas, que con la subida de precios de los suministros eléctricos y combustibles, están abocando a las comunidades a corregir sus presupuestos con Derramas y subidas fuertes de cuotas para poder llegar a la temporada de invierno preparados.
Es importante recordar que todos los edificios de nueva construcción, los edificios que se vendan o alquilen a un nuevo propietario/arrendatario y edificios en los que una autoridad pública ocupe una superficie útil total superior a 250 m2 y que sean frecuentados por el público tienen la obligación de tener el certificado energético.
Las sanciones por no tener la etiqueta energética será de 300 a 600 euros por las infracciones leves, de 601 a 1.000 euros por las graves, y de 1.001 a 6.000 euros las muy graves. Pero para ello las CC AA deberán aprobar los reglamentos.
¿Como pueden hacer una comunidad para conseguir ahorrar y bajar su cuota?
No obstante la nueva situación de crisis energética que se está viviendo requiere de medidas más drásticas en las comunidades para que las siguientes subidas de IPC y el duro momento de los precios de electricidad y combustibles no generen una oleada de cuotas impagadas y morosidad difícil de sustentar.
Más que nunca toca consensuar con los propietarios que servicios toca reducir u optimizar para que los ajustes presupuestarios derivados del coste energético amortigüen la subidas de cuota y las derramas.
Algunas de las mejores medidas que se están tomando son las siguientes:
- Reducción o supresión de conserjerías, apoyándose en sistemas digitales como cámaras para seguir manteniendo la seguridad del residencial. (Suelen suponer un 45% del presupuesto de la comunidad)
- Apagado de luces más selectivo y reducción de tiempos de alumbrado y encendidos.
- Aperturas de puertas de garaje en horas punta evitando ciclos de portales abriendo y cerrando.
- Contratación de gestores energéticos y contratos a largo plazo con otras compañías suministradoras.
- Ajuste de ofertas pidiendo presupuestos de las partidas que más recursos económicos impacten en la comunidad (Limpieza, Seguro, Ascensores,…).
En muchas ocasiones pedir estos cambios al administrador es un proceso tedioso y lento. Por eso, poder contar con una autogestión en la comunidad que permita conseguir presupuestos ajustados y ahorros reales independientemente de quien sea su administrador se hace casi indispensable.
Las digitalización puede ayudar en este punto, donde plataformas de autogestión de comunidades de propietarios cuentan con lo necesario para que la comunidad tome decisiones ágiles sin esperar a la acción de administradores y juntas de propietarios.
Además de todo eso poder tener una trazabilidad de cómo funcionan sus proveedores, el control de los documentos importantes de su comunidad y contratos que tienen suscritos con las empresas que dan servicio a la misma.