La adquisición (o alquiler) de un inmueble puede convertirse en una fuente de estrés. ¿La razón? Una mudanza exige dedicación, capacidad organizativa y una inversión de energía y paciencia. ¿Cómo afrontarla sin morir en el intento? Adquirir un embalaje resistente y adaptado a tus necesidades se convierte en una prioridad, teniendo en cuenta los riesgos a los que podemos exponer a nuestras pertenencias, especialmente cuando el trayecto a recorrer es amplio. No obstante, existen otras consideraciones que deben valorarse.
A continuación, te hablamos de ello y te proponemos una selección de consejos que te serán de utilidad.
Tabla de contenidos
Acondiciona la vivienda de destino
Aunque todos los vendedores y antiguos propietarios deberían dejar la vivienda en perfectas condiciones para facilitar la instalación del comprador, lamentablemente esto no siempre se cumple.
A veces el acceso a una nueva vivienda puede ir acompañado de un esfuerzo extra al que supone la propia mudanza y el nuevo propietario debe afrontar su limpieza y reacondicionamiento.
Para evitar problemas de organización y pérdidas de tiempo innecesarias, lo más recomendable es que hagas una visita a tu nuevo hogar y revises el estado en el que se encuentra. La decoración y la reorganización del mobiliario pueden llevarse a cabo de una forma mucho más ágil y sencilla en una casa despejada.
Haz una limpieza profunda en caso de que el antiguo propietario no haya sido demasiado indulgente e Incluso valora la posibilidad de dar una mano de pintura antes de instalarte en la vivienda y de introducir en ella elementos que más tarde puedan convertirse en obstáculos.
¿Qué tipo de embalaje necesitarás para transportar tus pertenencias?
El embalaje constituye un factor fundamental. No sólo porque una alternativa adaptada a tus necesidades agilice los desplazamientos y permita llevar un control más eficiente del proceso.
También porque funciona como una garantía de seguridad. Escoger cajas de cartón resistentes te ayudará a proteger tus objetos amortiguando los movimientos que se producen durante el transporte.
Afortunadamente, en la red podemos acceder a establecimientos especializados en la fabricación de envases y cajas de cartón adaptados. A partir de plataformas como CajaDeCartón puedes formalizar tus pedidos en cuestión de segundos y sin salir de casa.
Planifica
Destinar un tiempo a planificar tu mudanza te facilitará las cosas. A partir de una clasificación de tus artículos tendrás un mayor control sobre la distribución de tus pertenencias. De este modo podrás podrás sistematizar tanto el embalaje como el desembalaje sin necesidad de estar buscando tus objetos por toda la casa.
Una buena organización, contribuye a hacer eficiente la descarga de la furgoneta o medio de transporte que utilices a la hora de hacer el traslado, especialmente, si optas por etiquetar cada paquete.
Hazte con un neceser
En la mayoría de los casos, no es posible concluir una mudanza en un solo día. Embalar tus pertenencias, transportarlas, desembalarlas y distribuirlas en el nuevo hogar te llevará, al menos, dos días.
Teniendo en cuenta esto, utiliza una bolsa de viaje para almacenar aquellos artículos de los que no puedas prescindir durante dichos días. Sepáralos del resto de objetos y llévalos contigo para poder hacer uso de ellos durante la primera noche.
Puedes incluir artículos de aseo o algún termo con café. Una mudanza puede requerir de un extra de energía y te vendrá bien hacer descansos y recuperar fuerzas con una bebida energizante.
Preséntate a tus nuevos vecinos
Más allá del aspecto más práctico de una mudanza, hay algo que deberás tener en cuenta. Su traslado también representará tu integración en un nuevo vecindario y, en cierto modo, se trata de un ritual social.
Ten en cuenta esto y preséntate a tus nuevos vecinos tan pronto como puedas. Quién sabe, quizá incluso alguno de ellos se decida a echarte una mano en la descarga.