El spam telefónico es cualquier tipo de comunicación a través de teléfono (teléfono fijo o teléfono móvil) que no ha sido solicitada ni esperada por el usuario con el fin de ofertar, comercializar o tratar de despertar el interés respecto de un producto, servicio o empresa.
El concepto spam telefónico proviene de Internet, del “spam” o “correo basura”, es decir de los e-mails no deseados que recibimos cada día en nuestro buzón de correo sin esperarlos ni haberlos solicitado (bromas, cadenas de correos, hoaxes, etc.).
Las llamadas y SMS más comunes que recibimos los usuarios son para vendernos telefonía, adsl, televisión, seguros, servicios bancarios, etc. La hora en que se realizan estas llamadas suele coincidir con nuestras horas de descanso en el hogar tras la jornada de trabajo (clara señal de que las empresas que realizan el spam, lo hacen organizadamente y buscando el mayor aprovechamiento de su actividad comercial) por lo que se trata de una actividad incómoda.
Además de tratarse de llamadas y mensajes SMS muy molestos y recurrentes, algunos usuarios menos precavidos pueden terminar aceptando servicios que a priori podrían no estar interesados en contratar.
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¿De dónde sacan mis datos los spammers?
La Ley considera los listines telefónicos como «fuentes accesibles al públiuco» así que si no decimos lo contrario a nuestro operador telefónico, es decir, si no le pedimos que nos excluya de estos listines, los spammers tienen barra libre a nuestros números.
Consejos para evitar el spam telefónico
Para evitar todo esto, te recomendamos junto con la Agència Catalana del Consum seguir los siguientes consejos:
- Darse de baja de las listas telefónicas a través de nuestra operadora de telecomunicaciones.
- Nunca precipitarse a tomar una decisión ante un servicio ofertado telefónicamente. Es decir, nunca decir SÍ ya que las llamadas pueden estar siendo grabadas y por tanto un SI sería un consentimiento formal a la contratación.
- No tener miedo a decir NO a una llamada de este tipo o directamente no dar explicación ninguna sobre quién es nuestro operador actual o cualquier otro dato que no queramos dar (DNI, dirección, consumos etc.). Mas allá, si nos sentimos presionados siempre podemos colgar el teléfono y dar por terminada la llamada.
- Cualquier llamada telefónica comercial se debe identificar el llamante, la finalidad comercial de la llamada, las características esenciales del producto o servicio ofertado, su precio, y el derecho de desistimento.
- No precipitarse en la toma de decisiones y remitir al llamante a que nos envíe por correo postal toda la información comercial a nuestro domicilio. Si se niegan o dicen que es exclusivamente una oferta contratable por teléfono decirles sin rubor que sólo contratamos exclusivamente cuando tenemos el contrato físicamente delante de nuestros ojos.
- Tenemos en toda contratación un derecho a renunciar un contrato durante los siete días siguientes del disfrute del bien o servicio. Este derecho es gratuito y no tenemos que alegar nada para exigirlo (derecho de desistimiento).
- Apuntarse a las Listas Robinson: se trata de listas negativas en las que un usuario se inscribe y que deben ser respetadas por cualquier empresa antes de confeccionar su base de datos de usuarios a los que «bombardear» con su spam telefónico.
Denunciar a los spammers
Desde enero de 2010 están prohibidas las llamadas telefónicas con finalidad comercial por medio de números ocultos (identidad oculta) para precisamente permitirnos ejercer nuestros derechos de oposición al uso de nuestros datos con esta finalidad comercial.
Si es el caso y la empresa rehúsa a darnos de baja podemos denunciar el número de teléfono a la Oficina de Atención al Usuario de Telecomunicaciones.
Fuente: Elaboración propia y Agencia Catalana del Consum.