De todas las ramas de actividad del Derecho, la Penal es una de las más complicadas porque trata sobre los presuntos delitos de las personas en sociedad. Y sobre sus correspondientes penas según el ordenamiento penal. Dependiendo de a quién defiende, a quien sufre el delito o a quien lo perpetra, el abogado penalista juega un papel importante de restitución del Derecho y «castigo» de quien comete un hecho punible.
En este post repasamos la figura del abogado penalista y vemos las principales facetas de su día a día.
Tabla de contenidos
Qué es el Derecho Penal
El Derecho Penal es la rama del Derecho que se ocupa de proteger a la sociedad y a sus integrantes de agresiones contra lo que se denominan «bienes jurídicos».
Bienes jurídicos personalísimos
Un bien jurídico es la vida, la salud, la integridad física o moral de una persona física, un animal o un ser vivo. O su patrimonio. Esto es lo que se conoce como «bienes jurídicos personalísimos«.
Bienes jurídicos supraindividuales
Pero también hay bienes jurídicos más allá de las personas («supraindividuales«), como son el medioambiente (patrimonio de todos), la propiedad intelectual, la salud pública de una comunidad, sus distintas administraciones (especialmente la Hacienda Pública) o su seguridad colectiva.
Por tanto, puede existir un delito cometido sobre una cosa material, o sobre algo difuso, pero de interés para la comunidad como el medio ambiente, la salud pública, el pago de impuestos, el ruido o la seguridad de las personas.
Ordenamiento penal
El conjunto de agresiones a los bienes jurídicos de todo tipo se tipifican y se calibran por medio del ordenamiento y leyes penales de un sistema jurídico. Y el «castigo» o punición de dichas conductas tipificadas como delitos junto con los procedimientos a seguir se valora con las leyes de enjuiciamiento criminal y el derecho procesal.
Estas leyes dictan las penas que corresponden a cada conducta sancionada por un tribunal de manera firme como punible.
Qué es un abogado penalista
Al profesional de la abogacía que se dedica a llevar asuntos de naturaleza penal se le conoce como abogado penalista.
Estos asuntos pueden estar relacionados con los citados bienes jurídicos personalísimos o afectar a derechos supraindividuales. Y lo pueden ser a escala nacional o internacional (piénsese en una red de narcotraficantes, o especializada en blanqueo de capitales).
O piénsese en las peticiones de extradiciones que unos Estados hacen a otros Estados por asuntos pendientes con la justicia de personas retenidas en estos últimos.
El abogado penalista puede cumplir la doble perspectiva de poder defender a la víctima de un presunto delito, como al acusado. Naturalmente, muchas veces será más complicada la defensa de una persona a la que se le imputa un delito que la de la víctima.
Su experiencia previa, su conocimiento de las leyes y procesos penales y su maestría en la gestión de los casos que se le confían son los que hacen del abogado penalista un mejor o peor profesional.
Qué temas lleva el abogado penalista
Un abogado especializado en Derecho Penal puede llevar todo tipo de temas, desde los que atentan contra bienes jurídicos personalísimos, hasta los que afectan a derechos supraindividuales.
Asuntos individuales de índole penal
Los asuntos más comunes de índole penal en el día a día de cualquier individuo son:
- Contra la propiedad privada (patrimonio): hurto, robo (con violencia o sin ella), usurpación, apropiación indebida, daños, etc.
- Contra la salud y la integridad física: lesiones, homicidio, aborto, etc.
- Contra la libertad: retención o secuestro, amenazas, coacciones, etc.
- Contra la libertad sexual: agresiones y abuso sexuales, acoso sexual, etc.
- Omisión del deber de socorro.
- Contra la intimidad: revelación de secretos, allanamiento de morada.
- Contra el honor: calumnias e injurias.
Delitos supraindividuales
Teniendo en cuenta el interés colectivo, nos encontramos con otro tipo de delitos. A título enunciativo, no exhaustivo:
- Contra el territorio, patrimonio y urbanismo.
- Contra la seguridad colectiva: salud pública, seguridad vial, etc.
- Falsificaciones: de moneda, de documentos, etc.
- Contra la Administración y sus instituciones: impago de impuestos y fraude a la Hacienda Pública o la Seguridad Social; corrupción judicial; prevaricación, cohecho, malversación de caudales públicos, tráfico de influencias, blanqueo de capitales, etc.
- Contra el orden público: rebelión, desórdenes públicos, tenencia y tráfico de armas, etc.
Principios por los que se rige
El «Penal» y el «penalista» se rigen en su profesión por una serie de principios generales. Algunos de los más conocidos y aceptados por la sociedad son:
- Presunción de inocencia: todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario.
- Siempre en beneficio del reo («in dubio pro reo«): en caso de no haber pruebas incriminatorias suficientes, quedará libre de los cargos que se le imputan.
- Pena Humanitaria: Las penas que dicten los tribunales de justicia se deben ajustarse al delito cometido sin incurrir en crueldad o denigración del penado.
En definitiva, al letrado que defiende a la víctima de un delito o a su perpetrador (siempre presunto), se le conoce como abogado penalista.
Este profesional debe contar con experiencia, conocimiento del marco legal penal (nacional e internacional) y conocimiento de los procedimientos penales, para garantizar el éxito en los casos que lleve.