Tengo moto (en sueños) desde los 14 años y de verdad, aunque fuera una Vespa, desde los 21. Desde entonces, ya peino canas en la barba, he tenido claro que, una parte importante de la moto es su mantenimiento. Y ahí, te quiero hablar de mi experiencia personal con FasterBikeServices, un buen taller de motos en Madrid.
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Catálogo BMW 1981
Corría el año 1981, y yo era solo un pre-adolescente cuando mi padre trajo a casa (vivíamos en Londres) un precioso catálogo en inglés con las motos BMW R45 y R65 de aquellos años, que eran auténticas preciosidades. Lo siguen siendo hoy, años después.
Mi padre no estaba seguro, y hoy creo que nunca tuvo la intención de comprar una, pero a mí, aquel catálogo me despertó el amor verdadero por las dos ruedas.
Y tuvieron que pasar siete largos años, hasta los 21, ya en Madrid, hasta tener mi primera moto, una Vespa pk 125 que usaba para ir al Campus de Somosaguas a diario.
Desde entonces, he tenido varias motos (hoy tengo una Honda CB1300) y siempre me ha gustado tenerlas sin un rasguño y bien mantenidas. Y ahí es donde entra en juego la elección de un taller de motos al que confiar el mantenimiento de tu montura.
Hoy en día, muchos moteros prefieren hacer el cambio de aceite y filtro por su cuenta, problemas medioambientales aparte. Otros buscan un taller en cada ocasión (ruedas, mantenimiento, averías, etc.) solo por el precio, vendiéndose al mejor postor.
Por mi parte, soy de esos que ni tiene tiempo, ni habilidad, ni herramientas como para ponerse a hacer mantenimientos de moto. Y como muestra un botón, el primero y último de mi carrera mecánica. Una vez, con 27 años, se me ocurrió hacerle el cambio de aceite y filtro a mi Suzuki GS500 y maldita la hora. Al atornillar el filtro del aceite, me pasé de rosca en el apriete. Y me cargué la cabeza del tornillo. El resultado, te lo puedes imaginar. Moto al taller (directa a la UCI) y aceite nuevo medio echado a perder, sacar el tornillo roto con un taladro, volver a echar aceite, etc, etc. Un dineral, por torpe.
Desde aquella intentona DYI aprendí que, igual que confías tu dentadura al mismo dentista durante años, o tu salud a tu médico de cabecera, es muy interesante tener un taller habitual, que te conozca y al que conozcas bien. Y al que puedas pedir un favor motociclista, de vez en cuando, si la situación se empeña en pedirlo.
Mi taller de motos de referencia en Madrid, desde hace por lo menos 15 años es FasterBikeServices. Y no lo cambio por ninguno por varias razones que aquí te cuento. La primera la proximidad a mi casa, y la segunda, más importante todavía, la confianza que tengo en Víctor, el alma del taller, y su equipo.
Taller de motos de confianza
Para poder saber si un taller de motos es de confianza y plantearte repetir, ten en cuenta todo esto. Un taller es de confianza si:
- Les llamas para hacer una revisión de tu moto y te dan cita pronto.
- Les llamas porque has tenido un pinchazo y te cogen la moto en el momento, sin ponerte caras feas o resoplar por la carga de trabajo que tienen. Esa misma tarde vuelves a tener la moto en marcha.
- Les pides que te tensen la cadena, que lleva días haciendo bastante ruido, y te ayudan sin ponerte trabas, ni pedirte dinero a cambio.
- Les llamas porque te has quedado sin batería y en vez de venderte una nueva, te dicen que van a probar a salvar la actual con su cargador de baterías.
- Cuando les dejas tu moto para la siguiente revisión, tienen su ficha abierta y saben decirte lo que se le ha hecho y lo que le toca hacer en esta nueva revisión (tienen tu historial de revisiones todo ordenadito en su sistema).
- Cuando entra la moto en la zona de taller, cubren los manillares con film protector para que no cojan grasa ni se manchen.
- Cuando la moto está preparada te mandan un SMS a tu móvil y puedes acercarte a por ella en sus horarios amplísimos.
Hasta aquí argumentos antes y durante el mantenimiento de la moto. ¿Quieres más argumentos para saber si tu taller de motos es de confianza? Tu taller es de confianza:
- Cuando te entregan la moto revisada con las piezas sustituidas y te preguntan si te apetece quedarte con ellas (no siento ninguna atracción por unas pastillas de freno gastadas o un filtro de aceite, je je).
- Cuando te explican que los neumáticos nuevos recién puestos tienen un revestimiento de cera especial que es bastante peligroso los primeros kilómetros recorridos, y te piden que vayas con cuidado.
- Cuando te explican que no te cambian las pastillas de frenos delanteras y traseras a la vez porque, los primeros kilómetros, si la moto tiene algunos años, la moto deja de frenar bien con las pastillas nuevas, y no quieren que te estrelles en el primer frenazo.
- Cuando te explican, línea a línea el detalle de tu factura, y te dejan preguntarles las dudas que te puedan surgir en cada una.
- Cuando te explican qué siglas extrañas de tu factura son esas que pone SIGAUS o SIGNUS, y que te cuestan dinero, por una buena causa.
- Cuando tu factura te incluye un descuento en mano de obra y un lavado de la moto gratuito.
- Cuando te devuelven la moto recién lavada (algo para lo que nunca parece que tendremos tiempo).
Si tu taller actual te permite plantearle todas estas situaciones moteras, adelante sigue con él. Y si no, puede ser hora de plantearse un cambio de profesionales.
Frente a la moda de querer hacer de todo uno mismo, sepa o no sepa, yo prefiero por goleada confiar en quien sabe de lo suyo y dedicarme a lo mío, que para eso hay especialistas de cada disciplina en la vida.
Ráfagas desde mi CB1300.