Dentro de las diversas formas de disponer de un vehículo (en propiedad o en alquiler), el renting particulares es quizás una de las más atractivas. La incertidumbre sobre qué coche comprar ante el cambio de motores térmicos a eléctricos (o vaya Usted a saber si hidrógeno), y las mejoras en la autonomía de los eléctricos hacen que alquilar a largo plazo pueda ser mejor que comprar. En este post analizamos los principales factores a tener en cuenta si te animas y optas por un renting para particulares. tomando como ejemplo la oferta de coches de este tipo de LeasePlan.
Tabla de contenidos
Qué es el renting
Muy resumidamente, el renting es una fórmula de disponer de un auto con la fórmula de alquiler a largo plazo (entre 12 y 60 meses) y mantenimiento incluido, fijando un precio mensual a pagar y un límite de kilómetros anual con la empresa de renting.
Hay que aclarar que, al tratarse de un contrato de alquiler, el usuario no es el propietario del coche. Lo es la empresa de renting quien se obliga a comprar y entregarnos el coche, pagar sus impuestos, suscribir un seguro a todo riesgo a nuestro nombre como asegurados y a realizarle los mantenimientos periódicos que marca el fabricante.
Por nuestra parte, nosotros nos obligamos al pago de la cuota mensual con su IVA (sin cuota inicial), a pasar las revisiones pactadas y a conducir y tratar el coche con cuidado, sin sobrepasar el número de kilómetros del contrato.
En caso de hacerlo, no pasa nada: la empresa nos aplicará un incremento en la factura anual por el exceso de distancia recorrido sobre el indicado en el contrato.
Tipos de renting de coche
Hay muchas formas de clasificar un contrato de renting. Atendiendo a su duración hablamos de renting flexible (desde 2 meses y en duraciones cortas), o fijo (entre 24 y 60 meses en el caso de LeasePlan. Y dependiendo de si el coche es nuevo, tienes el renting de coches nuevos y de seminuevos (cuota más barata).
Si nos fijamos en la categoría de auto que se alquila (A, B, C o D), los tienes utilitarios, compactos, SUV, etc. Y en cuando a los conceptos que incluye los puede haber con sustitución de neumáticos, mayor o menor kilometraje anual, etc.
Atendiendo al destinatario del contrato (persona contratante y pagadora de la cuota mensual) y al uso que se le dará al vehículo, tenemos el renting para particulares, para autónomos y para empresas.
La diferencia entre estas tres variantes, además de en la cuota anual, es de carácter tributario como veremos a continuación.
Renting para particulares
En esta fórmula, una persona física suscribe el contrato por su cuenta y riesgo con la empresa de renting. Puede tratarse de un trabajador por cuenta ajena o de un pensionista, que no quiere comprar el coche sino alquilarlo por unos meses determinados y desentenderse de su propiedad, seguro y mantenimiento.
En este caso, el uso que se hará del automóvil será totalmente particular, para desplazamientos en ciudad o en carretera, pero no se podrá hacer una actividad empresarial (transporte, comercial, etc.).
En esta modalidad tienes la ventaja de alquilar entre 24 y 60 meses el coche de la gama que quieras y solo te pedirán aportar tres nóminas o pensiones, la declaración de la renta y un certificado de saldo bancario.
Pero desde el punto de vista impositivo, no se puede decir que haya una fiscalidad favorable para el usuario ya que, el IVA soportado en las facturas mensuales no se lo podrá deducir.
Renting de autónomos o empresas
En estas otras fórmulas de renting el uso es profesional, ya sea para un autónomo que necesita un coche o para un comercial de una empresa.
La fiscalidad varía porque la cuota mensual a pagar es un gasto deducible para el autónomo o la empresa (IVA trimestral e IRPF). Sin embargo, es bueno asesorarse previamente ya que, en el caso del autónomo no se podrá desgravar al 100% si el coche se usa también como vehículo personal-familiar.
Y en el caso de la empresa, si se trata de un coche de dirección habrá que considerarlo como un cobro en especie sujeto a declaración en la renta (IRPF). Para la empresa supone desgravaciones en el IVA trimestral y en el Impuesto de Sociedades. Además de sanear su balance al no tener que desembolsar el coste del coche o financiarlo y no tener que realizar dotaciones para amortizar su flota de vehículos en su contabilidad.
Pasos a dar
Si estás pensando en un renting para particulares, te damos unos consejos adicionales:
- Haz un análisis de tus necesidades: ¿sólo quieres el coche durante el verano o durante unos meses ya que en ciudad usas otro tipo de transporte? ¿te vale con un coche compacto o necesitas uno familiar? ¿Cuántos km piensas recorrer al año con el coche?
- Conoce bien las distintas fórmulas como particular: tienes renting de coches nuevos y de seminuevos, lo cual incidirá directamente en la cuota mensual. Además, la cuota aumenta con el número de km anuales recorridos y disminuye con la duración (a más larga duración, menor la cuota).
- Conoce de antemano tus posibilidades: si tu situación laboral o tus ingresos no son estables o son reducidos, probablemente no puedas contratar este tipo de alquiler. Las empresas de renting particulares hacen un estudio previo de tus ingresos y buscan estabilidad y solvencia.
Si sigues adelante, recuerda que aunque el coche no sea tuyo tienes el deber de usarlo y mantenerlo con cuidado y de conducir responsablemente, por mucho seguro a todo riesgo sin franquicia que incluya tu coche de renting. En caso de dar partes a la aseguradora, la empresa de alquiler te revisará al alza tus siguientes cuotas mensuales.