Las llantas de coche son uno de los elementos estéticos y de seguridad más relevantes. En este post te hablamos de las ventajas e inconvenientes de comprar llantas nuevas frente a buscarte unas llantas usadas.
Tabla de contenidos
Qué son
Las llantas (en francés «jante» / en inglés «rim«) son aros anchos y rígidos de acero y otros metales, que acogen y dan soporte a los neumáticos de un vehículo para garantizar el movimiento, giro y detención a sus ruedas.
Llanta y neumático forman parte de lo que conocemos como rueda y son un todo indisoluble. Es decir, que la una no tiene razón sin la otra. Para ello se tiene que asegurar que el neumático sea apto en medidas y tipología al tamaño de la llanta y vice-versa. Por tanto, neumáticos y llantas utilizan medidas e indicadores similares (ver más adelante).
Prácticamente todo vehículo que utilice ruedas neumáticas lleva llantas: coches, motos, bicis, aviones, camiones, etc.
Medidas de una llanta
Al organismo y sistema de mediciones comunes europeas de neumáticos, válvulas y llantas se le conoce como ETRTO (European Tyre and Rim Technical Organisation).
Esta Organización europea lleva 50 años acordando los estándares de fabricación de neumáticos y llantas para asegurar las equivalencias de los neumáticos. Es decir, que si se te gastan las ruedas del coche, puedas montar en sus llantas unos nuevos neumáticos compatibles en medidas. Y también, que si se te antoja ponerle unas llantas nuevas o usadas a tu coche, te valgan tus actuales neumáticos.
Las tres medidas básicas de una llanta son el diámetro (para un coche varían entre 13 y 23 pulgadas), el ancho (de 4,50 a 13 pulgadas) y el anclaje (distancia entre tornillos).
Tipos de llanta
Las llantas en el mercado se suelen agrupar en dos grandes categorías según el material del que están hechas: acero o aluminio.
Aunque, más de nicho, y en función de la calidad y mezcla de materiales las puede haber también de magnesio (aún más ligeras que las de aluminio) y de fibra de carbono (se utilizan en vehículos de alta competición).
En general, las llantas de aluminio suelen ser preferidas a las de acero porque pesan menos, tienen una estética deportiva con grandes agujeros de aireación y ofrecen buenas prestaciones. Todo ello a cambio de un precio algo superior que el de las de acero.
¿Comprar llantas de coche nuevas o llantas usadas?
Si estás pensando en cambiar las llantas de tu coche, te aconsejamos tener en cuenta estos consejos de compra:
- Las llantas son un importante elemento de seguridad de un vehículo. No son solo un elemento estético, así que se deberían comprar nuevas o al menos, si están usadas, en perfecto estado.
Para eso, sería interesante repasar las llantas sin neumáticos por un experto en neumáticos para detectar grietas, desgaste o incluso los temibles llantazos. Un llantazo es una deformación en la circunferencia de una llanta que se puede producir por un fuerte golpe contra un bordillo o un accidente.
- Si optas por llantas de acero, ten en cuenta que pueden ser más pesadas y que estéticamente no son tan espectaculares como las de aluminio. Además, lo habitual es que necesites unos tapacubos compatibles con los tuyos, ya que la función de este es estética, para tapar la tornillería que une la llanta al eje de la rueda.
- Ten en cuenta las medidas de llanta compatibles con los neumáticos de tu coche o moto y que la fijación al eje de las ruedas mediante tornillos sea totalmente compatible. Para esto es muy recomendable utilizar un buscador de equivalencias de neumáticos y llantas. Además, si no eres muy entendido/a, estas webs te ofrecen directamente seleccionar tu marca, modelo y motor del coche para ofrecerte la gama de llantas (de aluminio o de acero) disponibles.
- Ya sean nuevas o usadas, pide información sobre el fabricante y el origen de fabricación para evitar una falsificación.
- Nunca instales en tu coche unas llantas de medidas no homologadas para el mismo. No es una cuestión de estética sino de seguridad.
- Una vez instalados los neumáticos en tus llantas, asegúrate de que el conjunto está bien “equilibrado”, para evitar desgastes innecesarios de las ruedas.
Y como siempre, compra mejor tus llantas en un establecimiento que te dé garantía escrita y una factura, incluso para las llantas usadas.