Desplazarse con cierta celeridad es una de las grandes necesidades en nuestro día a día. Para hacerlo, el mejor y primer medio de transporte personal está entre las opciones de bajo perfil, como monopatines y bicis. Pero cuando llega el momento de elegir algo de un perfil diferente, sin ceder en autonomía personal y con mayor alcance, esta decisión abre la disyuntiva entre un coche o una moto. Ambas opciones son atractivas, con sus ventajas y desventajas, por lo que hay que sopesar varios factores antes de elegir.
¿Estás en el momento de decidir entre un coche o una moto? A continuación te dejo varios aspectos a tomar en cuenta antes de embarcarte en la compra.
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El precio, el aspecto más obvio
El precio (o nuestro presupuesto disponible) es, sin duda, lo primero que se nos viene a la mente al momento de hacer una compra, sobre todo al tratarse de un gasto de cierta magnitud.
En general, las motos suelen ser considerablemente más económicas que los coches, por lo que pueden ser más atractivas en este aspecto.
Ahora bien, no es una regla estricta esta diferencia de precios, si comparamos las mejores motos A2, con algún coche eléctrico mini. Pero sí, en general, es mucho más atractiva una moto si lo que buscas es economizar.
Por eso es importante considerar tus finanzas personales. Si te encuentras en la veintena, es probable que se trate de tu primer vehículo. Y lo más probable que dispongas de un presupuesto algo ajustado.
Por finanzar personales entiendo tu disponibilidad de ahorros suficientes y/o tu capacidad de endeudamiento. Esta última dependerá de tu solvencia patrimonial, que, a los ojos de las entidades financieras, será tu capacidad de devolver un préstamo personal con tus actuales ingresos.
La comodidad es indiscutible
Ni que decir tiene que, cuando hablamos de comocidad, el coche es muchísimo más cómodo que la moto.
Los coches tienen más espacio y ofrecen mejor protección a los pasajeros además de proporcionar una sensación de seguridad que no se puede discutir frente a la moto. En un coche puedes llevar pasajeros con su carga en el maletero, siempre respetando el espacio destinado, sin más.
Por su parte, una moto tiene una muy reducida capacidad de carga, y solo permite transportar a un pasajero. Pero, ¿y cuando hablamos de comodidad en el tránsito ciudadano? La verdad es que las motos tienen a su favor un reducido tamaño, que les da practicidad para subir y comenzar a conducir entre el tráfico de la ciudad.
En conclusión, las diferencias entre coche y moto son más que evidentes en este apartado de la comodidad, pero no todo son desventajas para las motos. Dependiendo del uso que vayas a dar a tu modo de transporte, te recomendamos que evalúes la «practicidad» como gran ventaja a analizar.
Libertad o seguridad, diferentes experiencias
Por supuesto, la diferencia entre las experiencias de manejo de un coche y una moto son enormes.
Un coche es un vehículo robusto y simple, adecuado para trayectos largos, pero una moto por su parte es genera una sensación de libertad muy atractiva para quienes quieren experimentar una vivencia más sensorial.
También hay que decir que quienes conducen antes una moto que un coche, tienden en el futuro a ser mejores conductores. Esto es así porque aprendiendo a conducir una moto en la gran ciudad se genera una sensación de responsabilidad vial mucho mayor que terminas asimilando cuando pasas a conducir un automóvil.
Por ello, comenzar a conducir una moto es una experiencia que vale la pena que evalúes.
El ahorro de combustible es otro factor económico
Cuando descendemos al apartado del consumo, las motos son mucho más eficientes energéticamente porque son vehículos significativamente más ligeros que los coches.
Tienen una autonomía menor, tanto en las opciones eléctricas como las que funcionan con combustibles fósiles, pero rinden bastante similar en cuanto al trayecto que pueden recorrer.
Por supuesto, el gasto en combustible dependerá de si usarás el vehículo intensivamente o no y en qué condiciones lo harás.
El seguro y el mantenimiento, otros gastos a considerar
De nuevo, los gastos asociados a una moto son significativamente menores a la hora de asegurarlas y de realizarles los mantenimientos recomendados por el fabricante.
Además de obligatorio por ley, es indispensable que siempre (de nuevo, siempre) tengas tu vehículo asegurado. En caso de algún accidente o desperfecto, el seguro te ayudará a disminuir el impacto económico. Verifica que la póliza cubra todo lo que necesitas. Un consejo valioso es que no escatimes en este aspecto en coberturas aparentemente inútiles como asistencia en carretera desde el km 0 o defensa legal. Si algún día tienes un percance las sabrás apreciar.
Además, el mantenimiento lo debes tener obligatoriamente al día. Un vehículo en buenas condiciones es más seguro porque es menos propenso a sufrir averías y accidentes. Además el mantenimiento adecuado alarga la via útil del vehículo y reduce el consumo de combustible.
De verdad, no escatimes en el mantenimiento de tu vehículo. La mejor recomendación ante este gasto recurrente conforme el vehículo va haciendo kilómetros es disponer de un fondo ahorrado destinado al mantenimiento y/o posibles imprevistos.
Por ello, revisa el presupuesto que le puedes dedicar a estos gastos, mes a mes.
Recuerda el carnet
Por último, ten en cuenta que deberás sacarte el carnet de conducir que corresponda antes de comprar el vehículo por el que optes al final.
Algunos usuarios se precipitan al adquirir su coche o moto antes de disponer del título habilitante para conducirlos. Y esto es un problema serio en caso de que decidan conducir sin carné.
No hagas ningún desembolso antes de asegurarte de que podrás hacer uso de tu vehículo. A ver, eventualmente podrás sacarte el permiso, pero lo cierto es que lo ideal es que puedas aprovechar tu compra con el permiso ya disponible.
Los requisitos para llevar un coche o una moto varían en función del tipo de vehículo. En el caso de las motos dependen de la experiencia del conductor y de su potencia. Si vas a comprar una moto de alta cilindrada, tendrás que sacarte el carnet de moto A2, el cual consta de tres partes: una teórica y dos prácticas.
Por la teórica no tienes que preocuparte demasiado, ya que el 90% de los aspirantes lo aprueban a la primera. Respecto a las prácticas, tendrás que hacer una de maniobra y otra de conducción. Es conveniente que des clases en una autoescuela antes de presentarte al examen.