El coche de empresa es uno de los incentivos que las empresas ofrecen a sus trabajadores, normalmente de perfil comercial, para fidelizarlos. Y su fiscalidad es interesante tanto para la empresa como para el trabajador como veremos en este post.
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El coche de empresa
En empresas con redes comerciales muy dependientes de visitas por su territorio, el coche de empresa es un gran incentivo, y alivio para el comercial. La posibilidad de poder desplazarse a hacer visitas comerciales a todo tipo de clientes durante la jornada, y en coche «pagado», es atractiva. El empleado está incentivado porque sabe que tanto kilómetro recorrido cada día, con el desgaste de componentes, revisiones periódicas y consumo de gasolina que esto acarrea, no corre de su bolsillo. Y, por supuesto, es una opción mucho más interesante que hacer todos esos desplazamientos en su coche propio. Por mucho que desde el departamento de finanzas, te digan que pases nota de gastos a razón de 0,19 euros por kilómetro recorrido.
Además, el vehículo corporativo se suele ver como reclamo de muchas empresas para atraer talento entre sus perfiles de altos ejecutivos. Cuando se negocia un cambio de empresa, forma parte de lo que se llama «paquete retributivo». «Te vamos a pagar XX mil euros y además, seguro médico y coche de empresa», es lo que se oye en las entrevistas.
En ambos casos, cuando tienes asignado el coche a tu nombre mediante el oportuno contrato de renting o la compra del vehículo por la empresa a tu nombre, se genera lo que a efectos tributarios se conoce como una pago en especie.
Qué es un pago en especie
Dentro de las formas de retribución de los empleados, las hay monetarias y en especie. La corriente monetaria de la remuneración forma parte de la nómina mensual que los empleados reciben. Pero puede haber beneficios adicionales como cheques restaurante, seguros médicos o el coche de empresa, que forman parte de la remuneración en especie.
Ventajas e inconvenientes del coche de empresa
Para el empleado, las ventajas son muchas. Aparte de la citada de desplazarse en coche ajeno sin tener que estar pendiente del desgaste de componentes como neumáticos, o del cambio de aceite, los coches de empresa tienen más ventajas.
La principal ventaja es la posibilidad de uso particular. En muchos casos, el coche de empresa acompaña al empleado beneficiado durante su jornada y fuera de ella. Es decir, que no necesitará disponer de otro coche en propiedad, mientras mantenga una relación laboral con la empresa. Y comprarse un coche nuevo es una inversión que, aunque se haga cada 5 a 10 años, no todo el mundo puede afrontar. O sí, pero no del fabricante y modelo que a todos nos gustaría aspirar a tener aparcado en la puerta de casa.
Otra ventaja, consecuencia de la anterior, es que el coche de empresa suele llevar todo el mantenimiento incluido en el precio. Salvo la gasolina y el límite anual máximo de kilómetros pactados en el contrato de renting, el precio pagado por su empresa incluirá el seguro, el mantenimiento periódico, el cambio de neumáticos, o el coche de sustitución
Además, al ser los coches de empresa contratos de renting de duración entre los 4 y 5 años de media, se incentiva la renovación de flotas continua. Y en teoría, un parque de vehículos más renovado es más seguro para los empleados que pasan kilómetros en la carretera y menos contaminante.
Por último, para algunos ejecutivos disponer de un coche de empresa es una señal de estatus frente al resto de empleados que no disponen del mismo. Qué duda cabe que quien disponga de uno de estos vehículos de empresa, se sentirá retribuido emocionalmente, y mantendrá un mayor grado de compromiso con sus pagadores.
En cuanto a los inconvenientes, el único que se nos ocurre es el de la fiscalidad. El pago acumulado de la empresa a la empresa de renting en tu nombre formará parte de tu retribución a declarar en la casilla 001 del IRPF anual. Y por tanto estará sometida a retenciones mensuales en tu nómina. A veces, un coche de empresa puede significar un salto de tramo en el IRPF, y por tanto un neto mensual en la nómina proporcionalmente más bajo a nuestra expectativas decir, que, aún pudiendo desgravarse el importe del coche en forma de retribución en especie en su declaración de IRFP, puede que al saltar de tramo.
Ventajas fiscales de los coches de empresa
La principal ventaja de las empresas que ofrecen vehículos corporativos a sus empleados y ejecutivos es doble: emocional y fiscal.
La parte emocional ya la hemos comentado: un empleado con este tipo de retribución en especie se siente más vinculado y comprometido con la empresa para la que trabaja.
Pero fiscalmente, las empresas también se benefician en tres impuestos, el IVA, el Impuesto de Sociedades y el IRPF de comprar o alquilar coches de empresa.
Por una parte, las empresas se pueden deducir hasta el 50% del IVA en la compra, mantenimiento y combustible del coche. Para beneficiarse de esta ventaja fiscal se debe justificar el uso del coche para fines comerciales.
En cuanto al impuesto de sociedades (IS), ofrecer coches en renting a sus empleados es una gasto del ejercicio que minora los resultados que tributan frente a la compra y tenencia de vehículos en propiedad, que hay que amortizar y mantener en el balance. Ello porque el importe pagado es un gasto deducible del IS.
En cuanto al IRPF el criterio de hacienda es atribuir el 20% de su coste anual al empleado como uso privado, y el restante 80% a la empresa. Esto significa que el coste del renting o de la compra es soportado por la persona jurídica empresa pagadora (80%), pero también por la persona física, empleado beneficiario del coche (20%).
