Las criptomonedas irrumpieron hace años con fuerza, redimensionado a múltiples niveles el concepto de dinero que había estado vigente durante siglos.
Además, más allá de su vertiente dineraria o de activo digital per se, resultaron disruptivas por la tecnología en la que se sustentaban las más importantes de ellas: Blockchain, cuyas propiedades en cuanto a inmutabilidad, transparencia y autoverificación son aplicables a infinidad de ámbitos, habiendo demostrado ya de hecho sus capacidades transformadoras y performativas.
En este post, vamos a abordar cuáles son las principales criptomonedas, la novedad que ha supuesto la pujanza de las stablecoin que ligan su cotización a la del dólar, y las posibles tendencias a futuro de estos activos digitales que apuntan los expertos.
Tabla de contenidos
El predominio de Bitcoin
Desde que Bitcoin (BTC) irrumpió en 2009 de la mano del misterioso Satoshi Nakamoto es la auténtica reina de las criptomonedas, y la que sigue siendo su estándar, en la misma medida que el dólar lo es de las divisas convencionales.
Entre los factores que contribuyen al mantenimiento de su carácter referencial están sus ventajas de siempre en cuanto a seguridad, transparencia, descentralización y escasez, algo clave esto último para una alta cotización siguiendo la más elemental ley de la oferta vs la demanda, y que con Bitcoin queda asegurado por el arduo proceso de minería necesario para la producción de la moneda.
A ello se añade su aceptación mundial, y su consideración como valor refugio dentro del ecosistema cripto, al igual que el dólar o el euro lo son cuando hablamos de moneda convencional.
Prueba de lo atractivo que sigue siendo percibido el Bitcoin como valor de inversión, es el volumen de transacciones de más 14,000 millones de dólares que ha movido en los primeros meses del año, tan solo hasta junio de 2023.
Ethereum, mucho más que una criptomoneda
La criptomoneda que ocupa el segundo lugar en el olimpo, Ethereum (ETH), fue lanzada por Vitalik Buterin en 2015.
Su principal rasgo distintivo es que trasciende la mera naturaleza monetaria, al permitir el desarrollo de aplicaciones y la creación de Smart Contracts, esto son contratos inteligentes sustentados en tecnología Blockhain que se autoejecutan tras la verificación automática de las condiciones establecidas por las partes.
La arquitectura de Ethereum ha permitido alumbrar infinidad de proyectos innovadores en múltiples ámbitos: finanzas NFT, videojuegos, etc., que tienen en el token nativo de esta red el elemento básico.
Esa efervescencia que caracteriza a todo el ecosistema que gira alrededor Ethereum ha hecho que la cotización de esta criptomoneda se dispare con respecto al resto de criptos que aspiran a desbancar a Bitcoin.
Algo a lo que también ha contribuido la política conocida como de quema de tokens, consistente en retirar cada cierto tiempo una determinada cantidad de los Ethereum circulantes para incrementar su cotización.
De ahí, que no resulte extraño que los volúmenes de negociación hasta junio en la criptomoneda también se hayan mantenido muy altos, habiendo alcanzado un monto total de 6,670 millones de dólares.
La irrupción de las stablecoin
Las stablecoin surgieron a mediados de la década del 2010, pero no fue hasta fechas más recientes cuando experimentaron un gran auge, en coyunturas en las que los inversores podían valorar más la paridad en la cotización con respecto al dólar que ofrecen estas criptomonedas.
Así, brindan las ventajas inherentes a los activos cripto pero evitando esas altísimas volatilidades, por lo que se trata de criptomonedas orientadas hacia un uso efectivo antes que a la inversión.
La principal stablecoin por volumen de negociación continua siendo Tether (USDT), que con 21,533 millones de dólares bate récords incluso en el conjunto de las criptomonedas.
Dentro de las stablecoins, parece haberse impuesto con claridad a su competidora USD Coin (USDC), que tan solo acumuló 3,158 millones de dólares en volumen de negociación los 5 primeros meses de 2023.
Si bien, como sabemos estas tendencias siempre se pueden revertir, y aquí no se perfila un predominio tan claro como el que Bitcoin e incluso Ethereum tienen dentro de las criptomonedas convencionales, y hay otras muchas stablecoins prometedoras.
Tendencias de futuro en las criptomonedas
Los principales expertos en el ecosistema cripto consideran que la tendencia bajista que caracterizó 2022 habría llegado a su fin con la conclusión del año, y que la cotización de criptomonedas que llevan años siendo un referente como Bitcoin y Ethereum es factible que evolucione del actual escenario de estabilidad a otro alcista.
Mientras que stablecoins como USDT, orientadas a inversores que buscan la seguridad de la paridad con el dólar, gracias a la robustez demostrada también resulta previsible que cuenten con el favor de los perfiles que buscan beneficiarse de las ventajas que ofrecen este tipo de criptomonedas.
Esperamos que te haya resultado interesante esta mirada al panorama actual de los principales criptoactivos, y a las perspectivas de futuro más inmediatas en un ámbito que todavía tiene muchas potencialidades sin aflorar.