Todo lo que debes saber para sobrevivir a un divorcio

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Sobrevivir a un divorcio no es fácil. No está de más recordarlo, aunque parezca una obviedad, ya que es importante que antes de tomar esta difícil decisión dediquemos unos minutos a reflexionar sobre todo lo que el fin de un matrimonio supone desde el punto de vista jurídico, además del emocional y del económico.

Con el Código Civil en mano, texto legal que regula en primer término el divorcio dentro del ordenamiento español, se trata de única forma de poner fin a un matrimonio.

El divorcio supone la extinción de la sociedad que se crea con el matrimonio, y esta se puede producir de manera voluntaria bajo petición de uno de los dos cónyuges, sin necesidad de argumentar el porqué de la decisión, y sin necesidad de que haya consenso entre las partes.

El divorcio es, junto con la muerte, la única forma de poner el punto y final, al matrimonio.

Cuántos divorcios hay en España

En España, en 2015, se registraron 101.357 casos de nulidad, separación o divorcio según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística.

Esto significa una tasa de 2,2 por cada 1.000 habitantes. De entre todas las fórmulas para poner fin a una relación matrimonial, el divorcio es la más utilizada, con 96.562 casos el año pasado.

Por Comunidades, Cataluña es la que lidera el ranking de rupturas, con 18.898 casos, lo que la sitúa al frente tanto en número como en proporción (un 2,6 por 1.000). Madrid, con 13.785 y un 2,2 por 1.000, Comunidad Valenciana con 11.414 y un 2,3 por 1.000, y Andalucía con 17.959 y un 2,1 por 1.000, son en números absolutos las regiones donde más matrimonios se rompieron en 2015.

Las connotaciones sentimentales que tiene un divorcio dependen de cada persona y cada pareja, por lo que desde aquí nos centraremos en los aspectos jurídicos que hay que conocer para llevar a cabo un divorcio.

La toma de decisión: unilateral

Lo primero que hay que tener claro, al ser también el primer paso a tomar, es que el divorcio puede ser solicitado por una de las partes sin contar con el consentimiento de la otra. La Ley defiende esta posibilidad, por lo que ante una demanda de divorcio no es útil negarse a aceptarla, ya que eso incluso puede ir contra los intereses personales.

A la luz de esta realidad, lo conveniente es buscar los puntos de consenso ante un divorcio, y aunque sea a regañadientes, por lo general es mejor una negociación antes que acudir a los juzgados para que sea la autoridad quien decida sobre lo vuestro.

Evidentemente no siempre es fácil buscar ese consenso, pero pensado en frío, la opción más inteligente (aunque esto dependerá de la realidad de cada pareja) es la del diálogo.

Revisar el régimen matrimonial

Con el divorcio sobre la mesa, una de las primeras cosas que la pareja debe saber es el régimen matrimonial que rige su unión. Esto es realmente importante porque va a ser determinante en el resultado del proceso.

Generalmente en España se aplican dos regímenes distintos: Separación de bienes, o gananciales. La diferencia entre ambos es abismal.

Tradicionalmente el modelo que se aplica por defecto, si no se indica lo contrario, es el de gananciales. Esto quiere decir que, a partir del matrimonio, todo lo que la pareja obtiene pasa a ser de los dos, a ponerse en común. Con contadas excepciones.

Esto implica que las nóminas de ambos, los objetos, la casa comprada una vez casados, y otro tipo de pertenencias serán de ambos, por lo que en el momento del divorcio tocará hacer inventario y ver quién se queda cada cosa.

Esto no sucede con la separación de bienes, ya que aquí cada uno es dueño de lo que obtiene, aunque luego la pareja puede decidir abrir una cuenta en común, por ejemplo, e ingresar dinero.

Pero en primer término, en el régimen matrimonial de separación de bienes, la propiedad de las pertenencias no se mezcla, y si la mujer compra un coche con su dinero y a su nombre, este será suyo después de la ruptura.

Evidentemente un divorcio de una pareja en régimen matrimonial de separación de bienes va a ser más sencillo que una en gananciales. En origen el matrimonio llevaba la fórmula de gananciales como garantía para los cónyuges, ya que tradicionalmente el hombre trabajaba y la mujer se quedaba en casa sin recibir renta alguna.

Pero actualmente el modelo es distinto y lo habitual es que ambos cónyuges trabajen, lo que hace que se apueste por el modelo de separación de bienes. Además el aumento progresivo en el número de divorcios en las últimas décadas aconseja aplicar esta fórmula cuando las cosas van bien, antes de casarse.

Divorcio de mutuo acuerdo: el convenio regulador

Uno de los puntos clave en cualquier divorcio es la redacción del convenio regulador. Este documento refleja el acuerdo entre las dos partes sobre cómo se van a repartir los bienes en común, la guarda y custodia de los menores en común si los hubiera, y una serie de derechos a tener en cuenta como la pensión, la patria potestad, y otros.

El convenio regulador se trata de la referencia inviolable en un divorcio. Y lo ideal es que sea pactado por las partes en búsqueda de un acuerdo. Por ello los divorcios de mutuo acuerdo se resuelven antes y, generalmente, mejor, ya que permiten dialogar para poder redactar este convenio y presentarlo ante el juez para que lo valide.

El hecho de que los ex cónyuges estén de acuerdo en pactar no implica que no deban contar con un abogado especialista en derecho de familia. La figura del especialista es imprescindible para hacer valer los derechos de cada uno, y si alguna de las partes no tiene a este profesional de su lado seguramente salga mal parado.

En el caso de que la pareja no logre un punto de acuerdo, entonces se extinguirá la vía de la negociación y se pasará a la vía judicial. Esto implica que se citará a las partes a un juicio y será la autoridad competente quien decida, a la luz de los hechos, el reparto de las propiedades y de los hijos en común.

No hace falta decir que siempre va a ser recomendable que el reparto se haga entre los interesados antes que lo haga una tercera persona.

Reconciliación, el divorcio tiene marcha atrás

El divorcio no siempre es el fin. El Código Civil incluye la opción de que la ex pareja pueda reconciliarse posteriormente y quede sin efecto la ruptura original, volviendo a recuperar el estatus de matrimonio.

Además en el caso de que se quiera acabar con la relación, existe un modelo jurídico menos lesivo que el divorcio: la separación matrimonial. Esto supone que la sociedad creada por el matrimonio no llega a extinguirse, sino que se interrumpe por un tiempo indefinido.

Para tramitar una separación también se deben seguir los pasos de creación de un convenio regulador, y hay que contar con un abogado especialista en esta rama del derecho.

Martin Andersen

Soy el cofundador y CEO de Easyoffer.es, web que ofrece a los abogados y contables nuevos clientes. Los clientes que necesitan un abogado o un contable vienen a EasyOffer y les proporcionamos tres presupuestos gratis en 24 horas. Crecí en Dinamarca, estudié en Londres y Alemania, trabajé en Australia, Alemania y España donde actualmente estoy viviendo y desarrollando nuestro proyecto de EasyOffer.

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