En este post te hablo de la «pretensión desproporcionada» cuando toca reparar un bien en garantía y el coste de la reparación supera al del bien estropeado en garantía.
Tabla de contenidos
Garantía legal
La garantía legal de un producto es el derecho que la persona consumidora tiene respecto al mismo en caso de no ser conforme durante los dos primeros años tras su compra nuevo. Durante el período de garantía legal tenemos derecho a la reparación o sustitución del producto por otro de iguales prestaciones. O, si no hay sustitución posible, derecho a una rebaja en el precio o a la resolución del contrato.
Definición de garantía legal
En concreto, la Ley* (art. 59.1 j) define la garantía comercial así:
“garantía comercial”: todo compromiso asumido por un empresario o un productor (el “garante”) frente al consumidor y usuario, además de sus obligaciones legales con respecto a la garantía de conformidad, de reembolsar el precio pagado, sustituir o reparar el bien o prestar un servicio relacionado con él, en caso de que no se cumplan las especificaciones o cualquier otro elemento no relacionado con la conformidad del bien con el contrato, enunciados en el documento de garantía o en la publicidad correspondiente, disponible en el momento o antes de la celebración del contrato.
Derechos en garantía
Como hemos visto antes, cuando compramos un producto que no es conforme durante sus dos primeros años de vida, los consumidores tenemos derecho a su reparación o a sustitución por otro de iguales prestaciones.
Ahora bien, en estos casos, cuando hablamos de la reparación o la sustitución del bien, la persona consumidora solamente puede optar por una de estas alternativas si no resulta imposible o desproporcionada en relación con la otra.
Si insistieran, se podría hablar de pretensión desproporcionada por parte del consumidor. ¿Qué significa esto?
Pretensión desproporcionada
Debemos entender por desproporcionada
“toda forma de saneamiento que imponga a la persona vendedora gastos que, en comparación con la otra forma de saneamiento, no sean razonables. Ello teniendo en cuenta el valor que tendría el bien si no hubiera falta de conformidad, la relevancia de la falta de conformidad y si la otra forma de saneamiento se pudiera realizar sin mayores inconvenientes para el consumidor”.
Para que se dé la pretensión desproporcionada del consumidor depende, pues, del caso concreto, y no solamente del tipo de producto falto de conformidad, sino de su naturaleza, del estado en que se encuentra tras su normal uso, de sus características… etc.
Por ejemplo, el calzado, la ropa o los alimentos, pueden tener o no reconocido el derecho de garantía, caso a caso.
Qué dice la ley
La ley asume que el vendedor puede incurrir en gastos en cualquiera de los dos casos, reparación o sustitución.
Y que los debe asumir, pero reconoce que los gastos de una opción no pueden ser mucho más elevados que los de la otra.
Y se posiciona en favor del vendedor facilitándole la potestad de elegir entre la de menor coste siempre que el producto quede rehabilitado para su uso como estaba antes de devenir no conforme.
Pretensión imposible
Por imposible debemos entender que no existe la posibilidad de escoger una de las dos opciones.
Por ejemplo, cuando la persona consumidora solicita la sustitución de un bien que ya no se fabrica ni existe en el mercado. O cuando exige su reparación cuando ésta es materialmente imposible puesto que, aunque se realizara, el bien no quedaría en buenas condiciones de uso.