Desde hace un par de años, contagiados por la fiebre del consumismo norteamericano, en España empezamos a adoptar nuevos hitos en el calendario y nos dejamos llevar por la compra compulsiva. Para contrapesar esta tendencia debemos pensar en el consumo responsable.
La fiesta de todos los Santos, se ha convertido ya en Halloween, han brotado nuevas excusas comerciales para que gastemos más, como el Black Friday y el Cyber Monday y en Navidades, nuestros hijos ya tienen dos motivos de alegría, la fiesta de Papá Noel y la de los Reyes Magos (empieza a ganar la primera por anticiparse a las ansias de regalos de los «peques»).
A esta fiesta del consumo se une la facilidad con la que podemos adquirir cosas en las tiendas online, que hace que ni siquiera tengamos que sacar dinero de la cartera.
El consumismo es la «patología» de las sociedades modernas occidentales por la que los consumidores compramos bienes por encima de nuestras necesidades de subsistencia, a veces con endeudamiento, y de manera irreflexiva, para atender necesidades superfluas.
Ahora, cuando nos acercamos a un nuevo final de año, las asociaciones ecologistas como Greenpeace nos alertan de que estas compras indiscriminadas (en las que la ropa barata tiene cada vez más peso) genera inmensas cantidades de basura.
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La compra indiscriminada de ropa
Los Inditex, HyM, Primark, Gap, Mango, LVMH, etc. no están haciéndonos ningún favor con sus colecciones de moda rápida (fast fashion), tal vez la tendencia consumista más acusada en los últimos años.
Podrás comprar un aparato electrónico, pero no tiene sentido comprar otro que haga lo mismo, al menos en un tiempo, pero la ropa y la avidez con la que compramos más y más ropa, sin apenas ponérnosla un par de veces, es algo enfermizo y genera un gran problema mundial.
Greenpeace (ver su completo informe, en inglés) y las organizaciones que defienden a los trabajadores ha demostrado que la producción masiva de ropa tiene múltiples y devastadores consecuencias para el medio ambiente y la desigualdad hoy, por varias razones:
- El sistema laboral de los países productores de la ropa que se diseña en la parte «moderna» del mundo, roza la esclavitud (mano de obra infantil, menor de edad, jornadas interminables, condiciones de trabajo inhumanas, paga nimia, etc.).
- La ropa requiere grandes cantidades de agua dulce (bien cada vez más escaso) para su producción.
- La producción masiva de ropa con estampados y colores muy coloridos contamina ríos y mares con sustancias tóxicas, mucho antes de que llegue a nuestros armarios.
- La ropa fabricada barata, al ser de mucha peor calidad que la ropa de siempre, ha perdido su finalidad primaria, que era la de protegernos de las inclemencias (frío, nieve, lluvia, calor, etc.), para ser un artículo de «usar y tirar».
- Las grandes empresas de moda han acelerado los ciclos de distribución pasados de dos colecciones anuales a colecciones cada quince días, incrementando las tendencias y por tanto haciendo obsoletas a su antojo tendencias de solo meses antes, con el objetivo de que renovemos nuestro armario con mayor celeridad y tiremos ropa prácticamente nueva. Según Greenpeace, el ciclo de vida de los productos de consumo se ha reducido a la mitad entre 1992 y 2002. Un informe reciente muestra que en Hong Kong se desecha el equivalente a 1400 camisetas al minuto: las tendencias de hoy son la basura de mañana.
- La ropa ha dejado de ser un bien reciclable porque los mercados de segunda mano están sobrecargados con ropa no deseada. De hecho, algunos países del Este de África, que actualmente importan ropa usada de Europa y de Estados Unidos, están considerando aplicar restricciones para proteger sus mercados locales.La investigación de Greenpeace ha sacado a la luz que en la UE se generan entre 1,5 y 2 millones de toneladas de ropa usada al año. De eso, solo un 10-12%, la de mejor calidad, será revendida y la mayor parte del resto se exportará a países del Sur Global.
- La ropa barata es de tan baja calidad que el mecanismo de redistribución de ropa de segunda mano (llevarla a países con dificultades para que la disfruten allí), está al borde del colapso.
- El reciclado de ropa para generar nuevas fibras es complejo e inexplorado aún, es decir no es viable económicamente.
¿Sabías que el destino de toda esta ropa que compramos llevados por la presión comercial es el de convertirse en un residuo a ser quemado en una incineradora o simplemente al vertedero?
El día sin compras
Para contrarrestar la demencia que significa el consumismo, especialmente a finales de cada año, han surgido movimientos como el «Día Sin Compras» (del inglés Buy Nothing Day), que se celebra el 25 de noviembre de todos los años.
Esta onomástica pretende recordarnos que en el mercado, los consumidores deberíamos ser soberanos y tener el poder, especialmente cuando las asociaciones de consumidores han perdido toda su influencia como poder compensador, en pos de Internet, que es el verdadero árbitro en el mercado, hoy.
Hacia el consumo responsable
Es verdad que la ropa de hoy es muy bonita, muy colorida, hecha con materiales muy variados, pero también es una realidad que se usa dos veces para luego tirarla a la basura (¿alguien encuentra un contenedor de ropa cerca de casa?).
Por tanto, la próxima vez que vayas de compras por favor piensa de forma responsable. Piensa en el consumo responsable como la necesidad de moderar nuestro consumo por razones de sostenibilidad del mundo en el que vivimos y que deberíamos dejar mejor que lo encontramos a nuestros hijos.