Dicen que más vale prevenir que curar, y más cuando hablamos de seguros y fallecimientos. Todo el mundo, tarde o temprano, debe enfrentarse a la contratación de un seguro de defunción. Un servicio que ayuda a la familia a respirar con más tranquilidad en caso de una pérdida cercana, pero del que, curiosamente, no se habla tanto como debería.
¿Sabes qué cubren estos seguros? Y mejor aún, ¿sabes todo lo que hay que tener en cuenta antes de contratar uno? Vamos a ayudarte.
Tabla de contenidos
¿Qué cubre un seguro de defunción?
Las principales coberturas de los seguros de defunción abarcan sobre todo los gastos del servicio funerario en caso de fallecimiento y todo lo relacionado con las gestiones administrativas. Ese es el pilar base, pero, a partir de ahí, se pueden añadir más coberturas que puedan ofrecer mucha más tranquilidad a la familia y cercanos del difunto.
Aunque se cubra todo lo esencial, desde el féretro hasta el entierro o incineración, o los certificados de defunción, bajas de la Seguridad Social y fe de vida, hay otros elementos que no se suelen tener en cuenta. Sin ir más lejos, el traslado del fallecido en caso de defunción fuera de su localidad, la asistencia en viaje, indemnizaciones en caso de accidente o invalidez y garantías adicionales como el fin de vida digital o el testamento online. Son cosas que pueden ser muy necesarias, y que no siempre están en las coberturas básicas de estos seguros.
Por eso mismo, conviene tenerlo todo muy presente antes de firmar nada. De hecho, todo lo que facilita hace que sea primordial contratar un buen seguro de decesos, aunque lo más recomendables es hacerlo a partir de los 40 años.
Qué debes tener en cuenta al contratar el seguro de decesos
Lo primero a valorar es el tipo de seguro. Generalmente, encontramos 5 opciones, que son prima nivelada, prima natural, prima seminatural, prima mixta y prima única.
Lo que cambia de uno a otro es la prima a pagar para mantener el seguro, pudiendo ser la misma durante todo el tiempo, aumentar con el paso de los años, mezclar ambas modalidades o actualizarse cada cierto tiempo.
Asimismo, es muy importante tener en cuenta las coberturas que se ofrecen, sobre todo de cara a facilitar las cosas a los familiares en caso de fallecimiento.
De hecho, lo ideal y más importante es que el seguro cubra todos los gastos funerarios, los traslados en caso de ser necesarios y todo el servicio legal relacionado con ambas cosas.
Es lo mejor y no puedes obviar ninguno de esos tres puntos. De hecho, hay aseguradoras que abonan a los familiares la diferencia entre el gasto de los servicios funerarios y el valor total del seguro, siendo de gran ayuda para su liquidez económica.
Por otra parte, si se ha contratado también un seguro de vida, es muy importante ver qué coberturas tiene este para que no se solapen. Lo ideal es que ambos se complementen y, en caso de haber coberturas comunes, mantener solo aquellas con mejores condiciones.
Todo esto, por supuesto, debe ir acompañado de un análisis y comparación de lo que ofrecen distintas compañías, así como opciones para modificar el seguro de defunción si fuera necesario. Solo así podrás asegurarte de contratar lo mejor.