En este post analizamos las ventajas e inconvenientes de las calderas de gas.
El sistema de caldera de gas con radiadores de agua es uno de los más empleados en los hogares españoles como calefacción.
La caldera quema gas y de este modo calienta el agua que circula por su interior y que una bomba de circulación hace llegar hasta los radiadores repartidos por la vivienda. Por ley, las instalaciones individuales deben tener un termostato para regular la temperatura, y conviene que sea programable.
Aunque hay calderas destinadas únicamente a calefacción, son más habituales las calderas de gas mixtas que además de calefacción proporcionan agua caliente sanitaria (ACS).
Y estas calderas pueden ser de varios tipos: de gas atmosféricas, calderas de condensación, de baja temperatura y de modulación automática de temperatura.
Tabla de contenidos
Ventajas de la calefacción con caldera de gas
Entre las ventajas de la calefacción por gas están:
-Es un sistema relativamente barato, rápido a la hora de calentar la casa, y sencillo.
-Permite regular el consumo de manera independiente en cada hogar gracias a un contador y al termostato, que permite regular y programar la temperatura deseada a diferentes horas del día.
Inconvenientes de las calderas de gas como calefacción
Las calderas de gas para calefacción requieren por ley revisiones periódicas por la empresa instaladora autorizada.
También requieren una limpieza periódica y purgar los radiadores de aire una vez al año, al inicio de la temporada de calefacción.
Las empresas instaladoras de calderas suelen ofrecer contratos de mantenimiento anuales en torno a los 80 a 120 euros, pagables a plazos. Si se trata de un instalador de la compañía comercializadora de gas de tu zona, te ofrecerán distribuir este coste cómodamente en 6 o 12 plazos, en función de tu recibo del gas.
Gases combustibles
Las calderas funcionan con distintos tipos de gases combustibles:
Gas natural (gas ciudad o gas canalizado)
Es una energía limpia que no contamina (su combustión no genera gases ni residuos). No hay que preocuparse del almacenamiento ya que el suministro es continuo a través de la canalización que llega a tu casa.
El gas natural es relativamente económico, con lo que se amortiza el coste de instalación con el ahorro de consumo. Es el más habitual en las casas en zonas urbanas.
Gas propano
El gas propano tiene el inconveniente de que requiere almacenamiento, bien en botellas o en un depósito fijo. A cambio, tiene la ventaja de ser algo más barato y de producir más potencia calorífica. Es habitual allí donde no llega el suministro de gas natural o gas ciudad.
Gasóleo calefacción
El gasóleo C o gasoil es el más económico del mercado pero tiene inconvenientes: no sirve para la cocina, que necesita otro tipo de combustible, requiere almacenamiento y una salida para los gases de la combustión.
Es el más contaminante y peligroso en caso de avería, si bien estas calderas incorporan distintos elementos de seguridad (termómetro, medidor de presión, limitador de temperatura, etc.).