El mundo del lavado y secado de ropa está revolucionado con una nueva categoría de electrodoméstico en claro crecimiento en el sector de la electrónica del hogar: la secadora con bomba de calor. Este tipo de secadora es mucho más eficiente que las secadoras tradicionales de condensación.
En este post te contamos los puntos fuertes y débiles (pocos) de las secadoras con bomba de calor y sus diferencias con las secadoras de condensación.
Tabla de contenidos
La díficil tarea del secado de la ropa
Si vives en un apartamento pequeño sin apenas espacio, encontrar espacio donde tender la ropa y que se te seque es complicado. Si vives en una zona fría y húmeda de España seguro que también sabes lo complicado que es tener la ropa recién lavada seca, de un día para otro. Y si se dan en ti las dos circunstancias, no te quiero ni contar: necesitas una secadora como sea.
Las secadoras de ropa
Las secadoras de ropa se inventaron para aliviar el problema del secado de la colada, una vez terminado el ciclo de centrifugado de la lavadora.
Se trata de un gran aparato electrodoméstico con la misma forma y tamaño que una lavadora ideado para acelerar el proceso de secado de las prendas húmedas mediante el empleo de aire caliente movido por un ventilador.
Este sistema elimina la humedad de la ropa recién lavada y centrifugada haciendo circular aire caliente a través de la ropa húmeda, evaporando el agua y expulsándola al exterior.
Tipos de secadoras de ropa
Hay muchas formas de clasificar las secadoras de ropa. Atendiendo al método de que se sirven para extraer la humedad de la ropa y deshacerse del agua generada tenemos: a) secadoras de evacuación; b) secadoras de condensación; c) secadoras de condensación con bomba de calor.
Secadoras de evacuación
Los primeros modelos de secadora fueron los de evacuación o de sistema abierto.
Mediante unas resistencias eléctricas, se calienta el aire en su interior y se ventila a través del tambor de ropa para generar un ambiente húmedo y evacuar el vapor de agua evaporado por medio de un conducto al exterior.
El inconveniente de estos modelos es que consumen mucho energía para generar el calor necesario para crear una atmósfera de calor y ventilación en su interior. Y, por supuesto requieren una salida de agua mediante tubo al exterior, lo que limitaba su emplazamiento, generalmente a la cocina, junto a, o sobre la, lavadora.
Su ventaja esté en el precio de compra, mucho más bajo, pero sin olvidar que son electrodomésticos poco eficientes energéticamente hablando.
Secadoras de condensación
Posteriormente se inventó la secadora de condensación. Esta recurre a un sistema cerrado y a resistencias eléctricas para generar calor en su interior y condensar el vapor de agua generado durante el proceso de secado.
Pero en lugar de expulsar el vapor de agua generado al exterior, la secadora de condensación recoge el vapor de agua en un intercambiador de calor, lo condensa en agua y luego lo almacena en un depósito interno extraíble para su vaciado.
Esta forma de condensar la humedad, transformarla en agua y darle salida a un depósito extraíble permite su uso en espacios cerrados sin necesidad de una salida de agua al exterior.
Esto supuso un gran avance que permitió realizar instalaciones de secadoras en cualquier rincón de casa, al no requerir una salida de agua.
Secadora de condensación con bomba de calor
Por su parte, la secadora con bomba de calor recurre a un sistema de bomba de calor para generar aire caliente en su interior al que someter la colada recién lavada a secar. Es decir, que no requiere el empleo de resistencias eléctricas sino a una «bomba de calor», para calentar su interior.
Este sistema se basa en el principio de la aerotermia, según el cual se puede transferir calor de un medio que está a menor temperatura a otro que está a temperatura superior, aportando para ello un trabajo mecánico como es el bombeo de calor.
Diferencias entre ambos tipos de secadoras de condensación
Como puedes intuir, la diferencia entre ambos modelos de condensación está, básicamente en la forma que tienen de generar el calor necesario para secar la ropa.
En el modelo de condensación tradicional, la secadora requiere utilizar resistencias eléctricas para calentar el aire en su interior y hacerlo circular por el tambor.
Sin embargo, la secadora con bomba de calor recoge el aire del entorno de casa (a unos 18 grados), lo calienta mediante una bomba de calor y luego lo aplica a la ropa a secar.
Este proceso es más eficiente energéticamente, ya que aprovecha el calor presente en la habitación en lugar de tener que generar calor desde cero.
Esto hace que la etiqueta energética de estas secadoras de condensación con bomba de calor sea bastante fácil encontrarte con eficiencia elevados (letras A, A+, A++ o incluso A+++).
Diferencias entre secadoras con bomba de calor y de condensación
Además de su sistema de generación de aire caliente, ambos modelos tienen notables diferencias:
La primera es que las de bomba de calor suelen funcionar a temperaturas más bajas, lo que puede ser menos invasivo para el cuidado de la ropa y reduce considerablemente el consumo de energía del hogar.
Además, las de bomba de calor son más eficientes al calentar el aire en el interior del electrodoméstico por intercambio de temperaturas entre el interior del aparato y la habitación donde se encuentre este.
Otra diferencia es la eficacia en el secado, la duración más corta de sus programas y una emisión de ruido inferior a la de las secadoras de condensación tradicionales. Por ejemplo, gracias a sus sensores interiores puedes seleccionar un programa que deje la ropa perfectamente seca u otro que la deje con una ligera humedad que permita su fácil planchado.
Además, los modelos más innovadores incorporan Wifi que permite seleccionar el funcionamiento del electrodoméstico desde su App y ordenar su puesta en marcha incluso antes de llegar a casa.