Septiembre es una buena época del año para plantearse mejoras en casa cara a la llegada del otoño y del invierno, las temporadas frías del año. Uno de los apartados del presupuesto familiar donde más dinero se nos va es en los suministros: agua, gas, luz, teléfono.
En este post te hablamos del apartado del agua caliente sanitaria en el hogar y de cómo los termos eléctricos son una solución económica para poder disfrutar de agua caliente de forma instantánea. Entre tanto, si lo tienes ya claro, puedes echarle un vistazo a esta comparativa de termos electricos.
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Opciones de agua caliente sanitaria
Dentro de los rituales y hábitos sagrados en el hogar, por lo menos del que escribe, está el ducharse cada mañana nada más despertar.
Y para ello, necesitamos disponer de agua caliente sanitaria. Sin embargo, dentro de las dos opciones mayoritarias (también podríamos incluir las calderas de gasoil que disponen de un depósito en chalets y casas apartadas), a mi juicio, el termo eléctrico bate a la caldera de gas por varias razones.
El termo eléctrico es más barato
El precio de un termo eléctrico nuevo es varias veces menor que el de una caldera de gas.
Mientras que un buen termo eléctrico puede rondar en función de su capacidad de almacenamiento en litros, los 150-200 euros, la caldera de gas puede irse perfectamente a los 1000-1500 euros.
Es decir, que el esfuerzo inicial que hay que hacer para disponer de un sistema para calentar el agua sanitaria es 4 ó 5 veces menor con los termos que con el gas.
El termo no requiere una instalación sofisticada
Frente a la caldera de gas que exige la instalación por parte de un instalador autorizado por tu Comunidad autónoma y un certificado de instalación, prácticamente cualquier persona puede instalar en su casa un termo eléctrico.
Veamos esto más en detalle porque es uno de los inconvenientes más importantes de la caldera sobre el termo. Si tomamos como ejemplo la Comunidad de Madrid (pero sería válido para las demás) solo se pueden instalar calderas de condensación (o de bajo Nox) lo cual ya requiere un desagüe de PVC próximo al aparato.
La misión de este canalón, que además, debe tener una inclinación de unos grados por ley, es la de evacuar los gases condensados que produce la caldera en funcionamiento.
Esto ya de por sí implica que si en tu casa nunca ha habido una caldera, tendrá que hacerse un agujero en la fachada (o habilitarlo en una ventana) para darle salida a estos vapores condensados.
Y si se trata de sustituir una vieja caldera por otra nueva tendrás que ocuparte (o el instalador que contrates) de las siguientes tareas:
- Desmontar la caldera antigua y montar la nueva, retirando aquella y llevándola a un punto limpio. Si hubiera ayudas del Plan Renove de calderas aprovéchalas y haz el papeleo.
- Hacer todas las conexiones de fontanería (para recibir el agua ambiente y llevarla caliente por las tuberías de casa) y gas (enganchar la caldera a la acometida de tu domicilio).
- Conexión del termostato ambiente para que puedas administrar el funcionamiento de la caldera y trabajos eléctricos necesarios.
- Instalar el kit de salida de humos (codo de 90º mas tramo terminal de unos 80 cm de longitud).
- Probar que no haya fugas y que funcione la caldera. Una vez comprobado, puesta en marcha.
- Obtener un certificado de la instalación válido por 4 años en tu Comunidad autónoma y sellar la garantía del trabajo realizado. La empresa instaladora responde durante cuatro años de cualquier fugas de agua, gas o defectos de la instalación.
- Formación del usuario sobre el funcionamiento del aparato. (Que no es nada sencillo).
Por su parte, el termo eléctrico tan solo requiere una fijación mediante soportes a la pared o techo de donde vaya a colgar, con una conexión de entrada de agua sanitaria de la red, y otra de salida al circuito de agua a calentar (para la cocina y los baños).
Esta tarea se puede realizar en un par de horas por cualquier persona con habilidades y herramientas de fontanería: cinta de grifos, zapatas y llaves adecuadas. Una vez instalado el termo, tan solo hay que enchufarlo a la red eléctrica y enseguida estará funcionando.
Y ni que decir tiene que los «mandos» del termo, los aprende un niño pequeño en un «plis».
Agua caliente instantánea o no
Otra de las ventajas del termo eléctrico sobre la caldera es la instantaneidad con la que disponemos de agua caliente. El principio de funcionamiento del termo eléctrico es sencillo: una resistencia eléctrica dentro de un depósito cerrado mantiene un volumen de agua caliente, a la temperatura deseada, de forma continua.
De esta manera, nada más accionar un grifo de la ducha o del fregadero, el suministro de agua caliente es inmediato.
Sin embargo, la caldera debe primero encender su potente quemador y someter al agua que comienza a pasar por su serpentín a temperaturas altas hasta llevarla a una temperatura de unos 30 a 35 grados, ideal para tomar una ducha o lavar la vajilla.
Personalmente me resulta molesto y doloroso ver salir el agua de la ducha de mi caldera, varios litros, por el desagüe hasta que por fin sale caliente.
Las revisiones periódicas
Otro de los inconvenientes de las calderas de gas frente al termo eléctrico es que el gas es peligroso, mientras que la luz no. En una instalación de gas, la ley marca revisiones obligatorias cada 5 años. Esto supondrá un desembolso de unos 50 euros si todo va bien.
Y anualmente, si quieres que tu recibo del gas sea contenido, deberías hacer una limpieza de la caldera (el mantenimiento anual). Y esto te costará unos 80 a 100 euros anuales.
En el otro extremo de la balanza, los termos eléctricos no tienen ningún mantenimiento si están bien instalados y las aguas de tu ciudad son «blandas» (bajas en cal).
El termo eléctrico fomenta el ahorro de agua
Al tener el termo eléctrico una capacidad limitada de agua, todos los hogares de más de una o dos personas saben perfectamente que no se pueden recrear en el uso de agua caliente si hay más personas a la cola, esperando su turno para la ducha.
Esto, que puede parecer una desventaja frente a la caldera que te permite disfrutar de agua caliente sin fin (mientras lo aguante tu bolsillo, claro), fomenta el uso responsable del agua caliente sanitaria en casa. Una vez que el depósito del termo se agote, tendrás que esperar un buen rato hasta volver a disfrutar de agua caliente.
Principal desventaja del termo eléctrico
La principal desventaja del termo eléctrico frente a la caldera es que solo sirve para calentar una cantidad limitada de litros de agua.
Es verdad que esto ayuda a economizar, pero obviamente, el termo eléctrico no tiene la capacidad de ser utilizado como sistema de calefacción en el hogar, cosa que las calderas de gas sí permiten.
En este caso de uso, la caldera bate al termo por goleada al garantizar mediante un termostato que la temperatura del hogar se mantiene en todo momento al nivel requerido (si estamos en ella, cuando no estamos, de noche, etc.).
En definitiva, los termos eléctricos son una buena solución y muy económica para disponer de agua caliente sanitaria en casa, con un mantenimiento prácticamente mínimo y una vida útil de años.