De todos los sectores de actividad de una economía, tal vez el Sistema financiero sea uno de los más denostados. Quizás tenga que ver porque el principal activo de este sector económico es el dinero. Y pedir prestado dinero pagando un interés siempre es percibido como ingrato por el usuario prestatario. Sin embargo, gracias a un sistema financiero desarrollado, las sociedades pueden avanzar, emprender, acceder a bienes de consumo y conseguir un mayor bienestar colectivo. En este post vamos a abordar cómo este sistema puede contribuir a la riqueza de las naciones, haciendo hincapié en algunas economías de Latinoamérica con sistemas financieros pujantes.
Tabla de contenidos
Definición de sistemas financieros
Un sistema financiero se puede definir como el conjunto de instituciones, reglas de juego, productos financieros a disposición de los usuarios y mercados donde lo hacen, en un determinado país y momento.
Las principales instituciones de este sistema suelen ser tres:
Reguladores del mercado financiero
Los reguladores tratan de legislar en términos de transparencia, solvencia, buenas prácticas y disciplina de las entidades que concurren en ese sistema financiero.
En España tenemos el Banco de España, la CNMV, los o la DG de Seguros y Fondos de Pensiones, por ejemplo. En México tienen la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), el Banco de México (Banxico) o la Comisión Bancaria y de Valores (CNBV). También destacan el Instituto de Protección al Ahorro Bancario (IPAB) o la Comisión Nacional para la Protección y Defensa al Usuario de Servicios Financieros (Condusef).
Por su parte, en Colombia tienen el Banco de la República y la Superintendencia Financiera que regulan la actividad de las entidades.
Cuanto más transparente es un mercado, más competitivo es este. Por ende, más «jugadores» acceden a dicho mercado en condiciones de igualdad. Este, con la entrada de nuevas entidades, tiende a especializarse a medida que los usuarios optan por las empresas que mejor colman sus necesidades específicas cambiantes.
Entidades financieras
Por su parte, las entidades financieras incluyen bancos, cooperativas de crédito, aseguradoras, instituciones de inversión colectiva (fondos de inversión), agencias de bolsa, financieras de préstamos al consumo, empresas de microcréditos, etc.
Las entidades financieras cumplen una importante misión en una economía de mercado. Se trata de intermediarios solventes y seguros que canalizan el ahorro de familias y empresas hacia quienes necesitan financiación para proseguir.
Y a pequeña escala nos ayudan a conseguir apalancamiento financiero. Sin la financiación que nos dan los préstamos con garantía hipotecaria, la gran mayoría jamás podríamos acceder a una vivienda, uno de los derechos esenciales que contempla nuestra Constitución.
Está claro que cuando más sofisticada y avanzada es una economía, se crean mejores productos y se facilita el acceso de todas las capas de la sociedad a la financiación responsable. Es gracias a la financiación del consumo que más familias pueden elevar su bienestar y calidad de vida.
En Colombia, por poner un ejemplo, estas entidades incluyen establecimientos de crédito, sociedades fiduciarias, capitalizadoras, almacenes generales de depósitos, sociedades administradoras de fondos de pensiones, etc.
Productos financieros
Y los productos financieros (activos financieros) comprenden productos bancarios sencillos de ahorro y préstamo, seguros de todo tipo para particulares y empresas, y productos de inversión. A medida que la sociedad evoluciona, va demandando productos más sofisticados y más complejos en general.
Gracias a estos, de nuevo, las sociedades alcanzan altos niveles de bienestar. Los productos financieros son las soluciones que las entidades ofrecen a los usuarios de un sistema financiero dado. Por ejemplo, en las principales economías latinoamericanas como son Brasil, México, Argentina, Colombia o Chile, están disponibles productos financieros complejos.
Estos países han abandonado ya la clásica e inicial oferta de productos bancarios básicos para ofrecer productos de inversión y bolsa para la búsqueda de rentabilidad al ahorro.
Reglas de juego
Las reglas de juego de un sistema financiero son claves para su correcto funcionamiento. Estas establecen sobre todo los niveles de solvencia que se exigen a las entidades para prestar sus servicios y las auditorías públicas a que se deben someter periódicamente.
Gracias a esta se puede mantener a salvo el dinero de los ahorradores sin riesgos elevados de quiebras del sistema que mermen la confianza de los usuarios en su sistema.
También incluyen la transparencia. Sólo conociendo las condiciones en que se contrata algo podemos comparar varias opciones y elegir la que sea más interesante para nuestros intereses. La transparencia y la competencia van muy de la mano.
Mercados
Los mercados son los lugares físicos o virtuales donde se transacciona con los activos financieros anteriores que hemos visto antes.
En Finanzas se habla de dos tipos de mercados. Los primarios o de emisión, y los secundarios o de intercambio.
Los mercados primarios suelen incluir las ofertas públicas de acciones y obligaciones por parte de empresas e instituciones. De estas ofertas, los reguladores exigen que cumplan unos mínimos de información y transparencia de manera que los compradores tengan todos los elementos de valor para tomar decisiones de inversión.
Por su parte, los mercados secundarios pueden ser organizados como lo son las bolsas de valores y no organizados (intercambio directo entre oferentes y demandantes de activos).