Los préstamos por Internet han experimentado un crecimiento notable en los últimos años. La principal razón es porque con la crisis de 2007, bancos y financieras tradicionales endurecieron sus requisitos para conceder crédito. Ya no estaban dispuestas a «resolver necesidades» sino a protegerse de la «morosidad» mirando con lupa la solvencia del prestatario (el consumidor que pide los créditos rápidos). Sin embargo, gracias a la tecnología, los préstamos en línea florecieron en España como gran alternativa al «cierre» del préstamo tradicional.
Frente a este, se disponía de créditos rápidos, cómodos, discretos y accesibles, a priori, para todo el mundo. De hecho, algunos de ellos incluso aceptan a clientes que figuran en registros de morosos como ASNEF, con determinadas garantías.
Tabla de contenidos
Empresas de Fintech
Las empresas que operan online con préstamos rápidos se encuadran dentro de lo que se conoce como Fintech. Fintech es un término compuesto por las palabras inglesas «Finance» y «Techonology».
Y efectivamente, las empresas de fintech están revolucionando el panorama de los servicios al consumidor. Las nuevas tecnologías han cambiado radicalmente nuestra forma de consumir, y eso también atañe a la forma de contratar productos financieros.
Las compañías afianzan cada vez más su presencia en Internet, y algunas, como las que ofrecen créditos rápidos, son 100% online.
Perfil del demandante de un crédito rápido
¿Quién está solicitando estos créditos rápidos? Toda entidad financiera busca un perfil de consumidor al que dirigir su producto. Y, ¿a quién se dirigen los préstamos rápidos? ¿En qué perfil encajan las personas que piden créditos rápidos?
Usuarios de tecnología
La prensa especializada ha hablado en diversas ocasiones de la Generación X y de los archiconocidos Millennials como solicitantes habituales de este tipo de préstamos.
La primera engloba a las personas nacidas entre 1962 y 1979, mientras que para el segundo se suelen señalar como años límite 1981 y 1995, aproximadamente.
Hablamos, por lo tanto, de personas jóvenes o de mediana edad, que han abrazado con relativa facilidad (en algunos casos más que en otros) el uso de las nuevas tecnologías. Los más jóvenes, sobre todo, han crecido en entornos digitales y ahora recurren a Internet para todo, también para buscar soluciones a sus problemas financieros.
Son nuevos consumidores acostumbrados no solo a comprar a través de la Red, sino a utilizar las armas que esta les proporciona antes de hacerse con el producto definitivo.
Usan con asiduidad, por ejemplo, los comparadores de productos y servicios que les muestren de manera gráfica y sencilla las características de cada opción, incluyendo el precio.
En el caso de los préstamos y créditos rápidos, hay algunos tan populares como Loando.es.
Necesitados de dinero en un periodo determinado
Enero, sin ir más lejos, es un mes de repunte en el registro de solicitudes de préstamos y créditos rápidos. El mes comienza con gastos de calado en plenas fiestas navideñas, y con días de consumo importantes como los Reyes.
Es terminar esta festividad y empezar la temible cuesta de enero. Ya se sabe, momentos de ajustes anuales en tasas, tarifas y precios (casi siempre al alza) y cierres trimestrales y anuales para empresas y autónomos. Por tanto es habitual que haga falta algo de liquidez de manera más o menos urgente.
La financiera Cashper, que ofrece micropréstamos de entre 50 y 500 euros, aportó datos relevantes en la búsqueda del perfil de solicitante.
Su estudio se centraba, de manera especifica, en los solicitantes de préstamos de entre 500 y 600 euros con un plazo de amortización que no superaba el mes. Para ello utilizó su propia base de datos de clientes.
Dado lo precario de la situación económica general, por entonces, la tipología de personas que solicitaban créditos era heterogénea.
Esto lo atribuía la financiera al amplio espectro de clientes que aceptan este tipo de compañías. Son clientes, en muchas casos, excluidos de los circuitos de préstamo tradicionales.
Pero pese a esta heterogeneidad, una amplia mayoría de clientes de préstamos urgentes de Cashper resultaron ser hombres, nada más y nada menos que un 65% de ellos frente al 35% de mujeres.
Esto tiene que ver, claro, con la procedencia de los ingresos especificados por los solicitantes. En cuanto a su situación laboral-profesional:
- El 82% de ellos son asalariados, y el hecho de que sean hombres tiene que ver con la brecha de género.
- Otro grupo de demandantes son beneficiarios de una pensión de jubilación. Aunque muy de lejos de los asalariados, con un 10%.
- Después sigue otros demandantes que recibían algún tipo de prestación (un 5%).
- Cierran el grupo de demandantes con un 5% los autónomos. Esto tiene que ver también con la dificultad que estos tienen para justificar sus ingresos mensuales.
En cuanto a la edad media de los demandantes, en el informe de Cashper fue de 41 años. La mayoría no estaban casados (un 45%) y tenían una media de ingresos justificados de 1.310 euros.
Por último, el objetivo de la solicitud era cubrir una pequeña necesidad de liquidez, siendo Madrid la ciudad que acumulaba la mayoría de clientes.
En resumen
Con la información de que disponemos, podemos resumir unos elementos comunes a la hora de definir el perfil de las personas que piden créditos rápidos:
- Hombres más que mujeres. Los hombres, como mostraba la propia Cashper, recurren más a este tipo de producto financiero. En muchos casos no están casados pero, cuando sí lo están, es habitual que sus ingresos sean mayores que los de su pareja mujer, lo que les lleva a ser ellos los que hacen la solicitud antes que ellas. La misma financiera señalaba la brecha de género.
- Con ingresos estables. El escaso plazo de amortización que presentan estos productos y los considerables intereses que cobran (aunque no se note), hacen que no esté dirigido a quien no puede justificar ingresos de ningún tipo. Muchas financieras, que no quieren correr riesgos, establecen este como requisito. Otras, aunque no lo imponen, fijan intereses muy altos a perfiles de riesgo, que actúan de manera disuasoria. O, directamente, rechazan sus solicitudes.
- Con una necesidad puntual. Una factura que hay que pagar en un momento en que no se dispone de dinero (por ejemplo, después de las Navidades), un artículo que se quiere adquirir o algún capricho. El dinero solicitado cubre esa necesidad temporal y luego, cuando se cobre la siguiente nómina, pensión o prestación, se amortiza sin problemas. No se trata, pues, de sanear la economía familiar.
El cliente que las financieras quieren encontrar
El anterior es, precisamente, el cliente que las financieras que ofrecen préstamos en efectivo en España quieren encontrarse. También, a ser posible, una persona que no necesite una cantidad de dinero demasiado alta (como máximo hasta 2 500 euros), para asegurarse su devolución pacífica en tiempo y forma. Y que no figure en un registro de morosidad como ASNEF, RAI u otros.
La mayoría de financieras de préstamos rápidos ni siquiera ofrecen estas cantidades tan altas. Otra cosa es que hablemos de las líneas de crédito rápidos o de los préstamos con aval.
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