Si te roban la cartera o la extravías con tus tarjetas bancarias, lo primero que debes hacer es procurar desactivarlas para que no se puedan usar con fines fraudulentos. Muchos bancos online te ofrecen hoy mismo la posibilidad de desactivarlas o de limitar el uso diario que se pueda hacer de ellas o dónde se podrán o no utilizar. Por ejemplo, ING te ofrece este menú de posibilidades respecto a tus tarjetas en su web de clientes:
- Encenderla o apagarla (desactivarla temporalmente desde tu zona cliente a voluntad).
- Consultar y/o modificar su PIN
- Poner límites de extracciones en cajeros (diario y semanal).
- Poner límites de pagos en comercios (diario y semanal).
- Limitar el uso en Internet, fuera de Europa o en terminales tpv contact-less.
Fíjate que, aunque no pudieras desactivar tu tarjeta, sí podrías rápidamente poner un límite diario y semanal en cajeros y comercios de, por ejemplo 1 euro para bloquear cualquier intento fraudulento de extracción de dinero con tu tarjeta robada. Esto te permitiría dejar fuera de uso la tarjeta sin tener que cancelarla, en caso de que se tratara de un extravío.
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Cancelar las tarjetas
Si no puedes desactivar tus tarjetas robadas o perdidas, lo mejor es darlas de baja. Incluso sabiendo que te podrán volver a cobrar una cuota de emisión de entre 18 y 30 euros por cada tarjeta vuelta a emitir.
Debes poner en conocimiento de tu banco el robo y tu deseo de que las mismas sean anuladas para que nadie pueda hacer un uso fraudulento de las mismas.
Salvo que tengas un seguro o que puedas demostrar que el robo fue contra tu voluntad, el banco hará todo lo posible por no asumir el mal uso que se haya hecho con tu tarjeta, por lo menos hasta el momento en que hayas notificado la desaparición de la tarjeta o si se demuestra que fuiste negligente con la custodia de la tarjeta y/o de sus claves de seguridad.
A este respecto, existe una Directiva europea que limita nuestra responsabilidad a los primeros 50 euros. Pero como no se ha traspuesto al ordenamiento español aún (en mora desde 2018), los bancos normalmente deben respetar los consejos y recomendaciones del “Código de buena conducta del sector bancario europeo relativo a los sistemas de pago mediante tarjeta”, suscrito por las asociaciones bancarias españolas (AEB y CECA), respecto a la responsabilidad de los titulares. Estas recomendaciones fijan el anterior límite de responsabilidad del usuario en los 150 euros.
Pero cualquier consumidor que sufra un mal uso de su tarjeta habiendo sido diligente en su uso y conservación, podría reclamar al banco si éste le obligara a asumir los primeros 150 euros de “mal uso”, haciéndose responsable de sólo 50 euros, haciendo mención a la Directiva europea citada.
A partir de nuestra comunicación, el Código dice que el banco es responsable del mal uso de la tarjeta, por lo que es recomendable dejar constancia escrita (burofax, fax, e-mail, etc.) de nuestra notificación.
Denuncia a la Policía
Si se trata de un robo con fuerza o violencia o de una sustracción de tu cartera al descuido debes notificarlo a la Policía Nacional mediante la oportuna denuncia.
Notificación al banco y demás entidades financieras
Y también es bueno que en cuanto te sea posible se lo notifiques a tu banco y demás entidades emisoras de tarjetas en tu cartera. De hecho serán ellos los que te ayuden en primera instancia a notificar la pérdida a los emisores de sus tarjetas.
Por ejemplo, puedes tener en tu cartera:
- Una tarjeta de débito o de crédito
- Una tarjeta prepago (Correos por ejemplo). En principio, salvo que el «caco» se sepa el PIN, su uso no sería posible con lo cual el saldo no se pierde. Tendrías que pedir una nueva emisión de tarjeta.
- Una tarjeta de un hipermercado o centro comercial: tarjeta El Corte Inglés, Carrefour Pass, Alcampo, etc.
- Una tarjeta de pago en gasolineras: Repsol Solred o Cepsa Tarjeta Mastercard Porque TU Vuelves.
Sé responsable con la custodia de tus medios de pago
Recuerda que el principal responsable de la custodia de tu tarjeta eres tú así que re recomendamos leer nuestros Diez consejos de uso y conservación de una tarjeta de débito.
