Conforme vas cumpliendo años y comienzas a tener cargas familiares. Vas tomando conciencia de la posibilidad de situaciones como qué pasaría con tu pareja e hijos si dejaras de estar ahí. O cómo quieres que sea tu futuro una vez alcanzada la edad de jubilación.
Los mensajes que venimos oyendo durante años al respecto de la jubilación, desde luego son más que preocupantes. La capacidad del sistema de pensiones para mantener el mismo nivel de pensiones cuando haya más beneficiarios que cotizantes va a ser cada vez más menguante.
Por eso, compensar nuestra futura pensión con otras inversiones es más que recomendable. Una figura de ahorro y preparación de capitales futuros es la de los seguros de ahorro, como te detallamos en este post.
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Los seguros de ahorro
Los seguros de ahorro, también conocidos como seguros de supervivencia, son una modalidad del seguro de vida que permiten ahorrar rentas actuales con el fin de obtener un capital (o renta periódica) futuros, y una rentabilidad en caso de que el asegurado sobreviva a su vencimiento. En esta modalidad del seguro de vida, si el asegurado vive al finalizar el contrato, se garantiza a los beneficiarios el pago del capital o de una renta contratada.
Dicho de otra manera, un seguro de ahorro es un producto financiero pensado para el medio y largo plazo, ofrecido por una aseguradora, que te asegura un interés (interés técnico) durante el tiempo de su duración, a cambio de un compromiso de inversión de ciertas cantidades por nuestra parte.
Diferencias con los depósitos bancarios
Los seguros de ahorro se suelen confundir con los depósitos bancarios pero nada más lejos de la realidad ya que los ofrecen aseguradoras en vez de bancos, como en el caso de estos últimos. Además, las aseguradoras están supervisadas por la Dirección General de Seguros del Ministerio de Economía, frente a los bancos, que están sometidos al Banco de España.
Otra diferencia es que la garantía de los seguros de ahorro depende de la solvencia de la propia entidad aseguradora que los ofrece (y en última instancia en caso de quiebra liquidará sus activos el Consorcio de Compensación de Seguros y tal vez nos toque algo) frente a los depósitos bancarios, sometidos al Fondo de Garantía de Depósitos, que cubriría hasta 100.000 euros por persona y entidad bancaria si la entidad quebrara.
Características de los seguros de ahorro
Veamos las tres características de cualquier inversión (rentabilidad, liquidez y riesgo) y cómo son en concreto cuando hablamos de seguros de ahorro:
Estos seguros tienen una rentabilidad superior a la de los depósitos bancarios pero inferior a la de algunos fondos de inversión, porque su riesgo es menor que el de estas. Los seguros de ahorro están pensados para inversiones seguras a medio y largo plazo. Cuanta mayor la permanencia, mejor la rentabilidad del producto y los “incentivos” que recibamos de la aseguradora por mantener nuestra inversión viva.
Aunque la rentabilidad de un seguro de ahorro se expresa en forma de interés técnico anual, la Ley 2/2011, de Economía Sostenible, obliga a las aseguradoras a expresar la rentabilidad de sus productos a través de la TAE. Así que te recomendamos comparar la TAE de tu seguro de ahorro frente a otros productos para saber dónde invertir tu dinero.
En cuanto al riesgo, el riesgo de estas inversiones está bastante controlado porque las aseguradoras tienen altas exigencias de solvencia por la Administración y no pueden invertir en activos de riesgo elevado. Además, tus aportaciones generan unas provisiones matemáticas, separadas del balance de la aseguradora y de las inversiones de otros asegurados. Esto significa que, en caso de quiebra de la aseguradora, dichas provisiones te pertenecen y recuperarías tu inversión.
En cuanto a su liquidez, son bastante líquidos. Es decir, que puedes romper tu compromiso de aportaciones periódicas en cualquier momento solicitando el rescate de tu inversión, aunque, podrás perder ventajas adicionales por no mantener tu inversión todo el tiempo pactado.
Ventajas fiscales
Los seguros de ahorro tienen la ventaja fiscal frente a los planes de pensiones de que a su vencimiento tributan como un rendimiento de capital mobiliario, por la diferencia entre el capital y primas abonadas. Ahora bien, a diferencia de aquellos, las aportaciones anuales a un seguro de ahorro no se pueden deducir en tu declaración de la renta (IRPF).
Tipos de seguros de ahorro
Entre las figuras más conocidas de seguros de ahorro están los Unit Link, los Planes de Previsión Asegurados (PPA) y los Planes Individuales de Ahorro Sistemático (PIAS).