Las obligaciones subordinadas (también conocidas como aportaciones financieras subordinadas) son otro de los productos bancarios que más problemas han dado a los consumidores tras el estallido de la crisis económica (con el permiso de las preferentes).
Fueron ofrecidas a los clientes de las entidades financieras como medio para invertir sus ahorros, con “rentabilidad y seguridad” pero, como pasó con las preferentes, este producto financiero tiene un funcionamiento complejo, y requería conocimientos financieros elevados para poder invertir en ellos, siendo plenamente conscientes del riesgo que acarreaban.
Tabla de contenidos
Qué son las obligaciones subordinadas
Las obligaciones subordinadas son un producto financiero de renta fija, a largo plazo, con un interés fijado (condicionado o subordinado a los resultados del banco emisor) y con fecha de vencimiento.
Se utilizan por su emisor para financiarse y tienen un alto riesgo debido a que el cobro de los intereses de estas obligaciones está condicionado al nivel de beneficios que obtenga la entidad financiera.
Al ser parte de la deuda de la entidad financiera que los emite, en el caso de quiebra de la entidad financiera, el inversor en obligaciones subordinadas quedará a la cola de los demás acreedores a la hora de cobrar, no garantizándole la recuperación de su dinero.
Por lo tanto las obligaciones subordinadas no eran productos a plazo fijo para inversores conservadores sino un producto financiero complejo y poco aconsejable para su compra en perfiles inversores de usuarios de a pie.
¿Qué pasó en España con las obligaciones subordinadas?
La entidad Financiera Caja Duero emitió en el año 2009 con el objeto de recapitalizarse, una deuda subordinada por valor de 200 millones de euros. Colocó entre sus clientes un producto con una promesa de alta rentabilidad en el que invertir sus ahorros en cuentas corrientes y productos líquidos.
Se los vendió como “depósitos tradicionales” pero lo que nos les contó debidamente fue que se trataba de un producto de inversión con alto riesgo: si el banco no daba los resultados esperados (estábamos en 2009 al comienzo de la crisis), o el banco quebraba, te quedabas sin nada.
Los afectados por la compra de obligaciones subordinadas, unas 350 personas, se movilizaron alegando que la comercialización del producto fue engañosa y que tenían condiciones abusivas en la contratación. Su estimación de las pérdidas sufridas por este colectivo rondaba los 20.000 euros de media por persona.
La asociación de consumidores ADICAE (Asociación de Consumidores y Usuarios de Bancos, Cajas, Productos Financieros y de Seguro) ganó en julio de 2015 la demanda colectiva por la venta de preferentes de Caja Duero a sus clientes. También está siendo muy activa en el caso de las aportaciones financieras subordinadas de Eroski vendidas por BBVA, Caixabank, La Kutxa, Banesto, y Banco Santander.
Otras acciones colectivas también consiguieron sentencias a favor de los consumidores como el caso de las subordinadas de Caja Madrid y las preferentes de Caja Canarias.
Dónde invertir tus ahorros
Con la actual situación de tipos de interés por los suelos, la mejor forma de invertir los ahorros que tengamos y mantener una cierta rentabilidad con la posibilidad de recuperar la inversión de forma rápida es diversificar en varios productos para disminuir el riesgo.
Nuestro consejo pasa por asesorarse bien (pero no dejarse llevar por los cantos de sirena de los «asesores»), preguntar, leer y comparar.