La cadena de gimnasios Body Factory ha retirado la licencia para operar bajo su marca a uno de sus franquiciados. Se trata del gimnasio Body Factory de El Puerto de Santamaría, ubicado en el centro comercial Bahía Mar, alegando que no cumplía los estándares de calidad.
Los usuarios, que han pagado por adelantado la tarifa de Body Factory para recibir un servicio de calidad a cambio, se encuentran con que ya no pueden disfrutar del gimnasio de la localidad y han reclamado una solución a la empresa, las asociaciones de consumidores y a las autoridades.
La asociación de consumidores FACUA Cádiz se puso en contacto con los responsables de la cadena y les indicaron que el citado establecimiento estaba vinculado a ellos por medio de un contrato de franquicia. Y que rompieron dicho acuerdo el pasado mes de septiembre «ante diversos incumplimientos contractuales por parte del mencionado establecimiento«.
La solución que ofrece la empresa Body Factory es que los usuarios afectados se desplacen al Body Factory de Cádiz. Pero para Consumoteca aquellos clientes del establecimiento cerrado que no puedan o quieran hacer uso de esta opción tienen derecho a reclamar la devolución del importe abonado.
Y ello lo pueden hacer directamente al centro donde contratado, pero también a Body Factory, que es responsable última del servicio que prestan sus franquiciados. Siempre con independencia de que luego repita sobre estos las acciones de responsabilididad que recaigan sobre ellos .
Si cambia una condición fundamental del contrato, como es el lugar donde se presta, se está incumpliendo y se puede exigir la devolución del importe adelantado que no haya sido disfrutado.
Contratos de servicio
Los gimnasios son, como las agencias de viajes, servicios por los que se pagan por adelantado servicios que a priori no se sabe cómo se prestarán o si se prestarán continuadamente.
Por ello, el usuario debe poder tener la opción de rescindir el contrato con devolución de las cantidades adelantadas si el servicio se interrumpe o si las condiciones en las que se sigue prestando son diferentes.
De hecho, son varias las reclamaciones por gimnasios en los que, una vez pagada la cuota, hay servicios que no pueden ser usados por reformas, obras, mejoras, etc.
Si es tu caso no dudes en reclamar a la empresa y contra la matriz Body Factory, medie un contrato de franquicia o no entre la empresa y el que preste el servicio. Eso no cuenta.
¿Te lo advierte alguien cuando contratas? («Oiga, que yo soy una franquicia de Body Factory y puede que mi producto no sea el que Usted espera de Body Factory»).
Fuente: Diarios locales y Facua Cádiz.
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