En materia de juguetes, en la UE, los fabricantes son directamente responsables de la seguridad de sus juguetes, y los importadores de los juguetes que ponen a disposición de los niños europeos a través de los distribuidores.
La marca CE (“Conformidad Europea”) es obligatoria y se creó para que fueran los propios fabricantes e importadores los que asumieran el cumplimiento por parte de sus juguetes de los estándares fijados por la Directiva 88/378/CEE del Consejo de 3 de mayo de 1988 relativa a la aproximación de las legislaciones de los Estados Miembros sobre la seguridad de los juguetes.
Sin embargo, años más tarde de su implantación, parece que esta etiqueta CE no está tan clara.
Según el Primer «Índice de confianza, garantía y responsabilidad propia del consumidor en cuanto a la seguridad de los juguetes«, presentado en julio de 2010 por la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes,
el 40% de los consumidores españoles no lee las etiquetas ni las advertencias de seguridad de los fabricantes de juguetes. De los consumidores que sí leen estas advertencias de uso y seguridad, la mitad declara no entenderlas completamente.
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Principales conclusiones
Según los resultados del Índice, los consumidores:
–no conocen todos los símbolos que pueden tener los juguetes que se venden en la Unión Europea,
–confunden las prohibiciones con la edad recomendada y el marcado CE, y
–no entienden el motivo de las advertencias de seguridad.
Los consumidores españoles tampoco creen acertada la propuesta de edad recomendada que aparece en los embalajes de los juguetes, ya que sólo contemplan la edad intelectual pero no relacionan los años recomendados por el fabricante con las características del diseño y la seguridad del juguete.
En cuanto al conocimiento y responsabilidad propia de los consumidores, el 41% de los consumidores piensa que no comporta ningún peligro modificar el juguete, como alargar alguna cuerda, no cerrar el comportamiento de las pilas o quitar piezas.
Consumidores incongruentes
El estudio detecta diversas incongruencias y contradicciones de los consumidores, como que el 70% se preocupa de temas resueltos por la normativa vigente, como los plásticos o las pinturas de los juguetes y que se cumplen en la mayoría de los casos y, en cambio, el 40% no presta atención a las advertencias sobre el uso del juguete y la edad recomendada.
El 64% de los consumidores cree que el embalaje de algunos juguetes es peligroso, pero un 48% deja que sus hijos desenvuelvan solos el paquete, una medida que puede comportar peligros para el menor.
La marca del fabricante supone suficiente confianza para entre el 64% y el 90% de los consumidores a la hora de comprar, señala el primer índice de confianza del consumidor en cuanto a la seguridad de los juguetes.
80 millones de niños: consumidores responsables
En el territorio de la UE hay 80 millones de niños menores de 14 años y los consumidores (muchos de nosotros padres) parece que no entendemos el significado de la marca CE.
Muchas veces el librito que acompaña a un juguete es de risa: contenido mínimo con textos e ilustraciones difícilmente comprensibles, traducción defectuosa al castellano, etc.
Pero también somos responsables de que lo que compramos ayude a nuestro hijo a jugar mejor, a aprender, a descubrirse a sí mismo.
El enfoque tradicionalmente adoptado por la UE en materia de seguridad de los juguetes ha sido el de la «autorregulación» de la industria.
Es decir, vista la imposibilidad de someter a revisión los miles de juguetes antes de su puesta en el mercado cada campaña, que sean los propios fabricantes o los importadores a un país de la Unión, los que se comprometan a que los mismos sean seguros según la normativa.
Para ello se creó la marca CE de seguridad en 1988. Desde entonces, y gracias también a los procedimientos de información y retirada de productos inseguros del mercado (RAPEX), los juguetes que compramos son más seguros.
Juguetes baratos
En paralelo, muchos juguetes los compramos en canales como los «Todo a cien» o tiendas a un euro, guiados exclusivamente por un precio más bajo.
Estos juguetes suelen venir de mercados asiáticos donde se producen a precios irrisorios, y no siempre cumplen la norma de seguridad.
Otro problema es que a veces compramos artículos que no son juguetes pero se los damos a los niños para que jueguen (por ejemplo, adornos navideños).
Los consumidores somos los principales responsables de la seguridad de nuestros hijos, no sólo cuando comen, duermen o en el hogar sino especialmente en su momento de ocio u juego.
Por tanto, máxima precaución. Fíjate en el marcado CE la próxima vez que compres un juguete y conoce las medidas de seguridad que deben cumplir los juguetes en la UE.
Sobre el informe
El «Índice de confianza, garantía y responsabilidad propia del consumidor en cuanto a la seguridad de los juguetes» está elaborado por la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ) y este primer informe se realizó mediante una encuesta telefónica a 1.500 personas de toda España mayores de 18 años.
El 20% de los encuestados eran mayores de 64 años, suponiendo un porcentaje destacado de los compradores de juguetes.
El Instituto Nacional de Consumo, publica y mantiene actualizada en su página web semanalmente un listado de productos de todo tipo que no cumplen las normativas de seguridad de la UE.
Según el INC, «el 60% de las alertas (por juguetes inseguros) provienen de China» y casi otro 20% de otros países asiáticos.