Montar un negocio es la aspiración de muchos españoles. Pero ¿realmente todo el que lo desea debería lanzarse a la aventura?
Ni todo el mundo tiene madera de empresario ni la preparación adecuada para ello. No quiere decir que para poner en marcha un negocio haya que hacer la carrera de empresariales, pero antes de arriesgar tu patrimonio necesitas hacer una reflexión sobre si realmente tienes las cualidades para llevarlo adelante.
Hay quien cree que el simple hecho de que exista una demanda es suficiente, pero en absoluto es así, y es fácil ilustrarlo con un ejemplo. Un determinado número de personas detecta una demanda de talleres mecánicos de cambio de filtro en Cáceres. ¿De verdad crees que si todos ellos llevan adelante su proyecto habrá mercado para que todos ganen?
Lo cierto es que no. Por mucho que inicialmente exista esa demanda, al final el público se decantará por uno o dos que ofrezcan el mejor precio y/o servicio. Los demás, por mucho que hayan detectado al mismo tiempo esa necesidad latente, no podrán sobrevivir.
Por lo tanto, antes de lanzarse a montar un negocio no sólo hay que considerar si hay mercado para el mismo, sino también si se cuenta con los conocimientos y herramientas de gestión para superar a posibles competidores.
La formación del pequeño y mediano empresario es un proceso permanente, y no se limita a dominar un área concreta. Requiere una visión mucho más amplia que incluye aspectos como contabilidad o comunicación.
La experiencia en afrontar problemas y superarlos también es un activo muy valioso del empresario, ya que las dificultades son algo con lo que cualquier empresa debe lidiar en el día a día.
Si te estás planteando montar un negocio, no te dejes llevar por el entusiasmo, y pregúntate si tienes los conocimientos y la capacidad para sacarlo adelante en las condiciones más adversas.