Nos escribe Juan, de Madrid para contarnos sus problemas con vibraciones de un todo terreno que ha comprado de segunda mano a partir de una determinada velocidad.
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El caso de Juan
Juan nos cuenta su caso de vibraciones de un todo terreno así:
Acabo de adquirir un todo-terreno a un particular y lo probé en ciudad pero no en carretera. Al acabar de formalizar el coche me lo entrega y lo meto por carretera, el coche va bien.
Pero tiene un sonido a partir de los 100 km/h con una vibración. Bueno pues decido meterlo en un taller para que me lo miren, no es mi taller usual pero lo llevo allí porque un amigo solía llevar allí su todo-terreno. Firmo la entrega del coche en el taller y firmo el recuadrito de renuncio al presupuesto.
El coche lleva actualmente más de un mes en el taller y me han cambiado cosas, pero siguen sin dar con el problema del ruido. Claro la factura irá por los mil y pico euros y ya le han probado de todo.
Y me dicen que si saco el coche del taller, que hay que abonar, que yo lo haría sin problema pero si me lo dan arreglado.
¿Qué hago? Al coche le han metido horas y piezas pero no dan con la tecla. ¿Qué puedo hacer? Entiendo que el taller ha invertido muchas horas pero no me han arreglado el problema. ¿Como se puede solucionar esto? Tengo que pagar si o si y luego reclamar? No sé como obrar. Gracias
Valoración de Consumoteca
Renunciar a la elaboración de un presupuesto es lo que tiene.
Pero eso no quiere decir que el taller esté dispensado de su obligación de tenerte informado de las tareas que vaya a realizar al usuario y de sus hallazgos.
Nosotros propondríamos al taller que mientras no den con las vibraciones del coche y no lo solucionen, Juan sólo afronte el coste de las piezas y recambios pero no la mano de obra.
Ese es su problema y al taller se le presupone la profesionalidad para entender de mecánica y saber solucionar con diligencia y bajo coste para su cliente la avería.
Si no aceptan este acuerdo Juan deberá pedir la hoja de reclamaciones y en ella solicita la celebración de un arbitraje de consumo para que, si aceptan someterse, sean los árbitros los que examinen su caso (vibraciones de un todo terreno). Y para que fallen una solución (laudo) en equidad.