Los daños por agua son los principales causantes de malentendidos entre particulares, y entre estos y sus comunidades de propietarios. La principal causa de estos daños suele ser una incorrecta impermeabilización de las cubiertas en el edificio. En este post vamos a repasar los distintos sistemas de impermeabilización de cubiertas y por qué es tan importante dedicarle presupuesto a esta partida del mantenimiento de los edificios.
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Por la azotea vienen todos los males
De todas las deficiencias que puede tener un edificio (de viviendas, comercial, o de oficinas) tres son los peligros de humedades y daños por agua.
El primero serían escapes de agua o roturas de cañerías. Suelen ser fugar menores que a lo sumo causan daños en el pladur del vecino de abajo. De ellos responderá la aseguradora correspondiente, dependiendo de si son tuberías de un particular, o en tramos de zonas comunes.
El segundo las humedades en los bajos del edificio, sean plazas de garaje o los bajos de la construcción. Si por la base sobre la que reposan los cimientos corre algún curso de agua, habrá humedades y filtraciones en las paredes de los bajos.
El tercero y último las filtraciones en la azotea, terrazas y tejados. Es aquí donde va a ir a reposar toda el agua de lluvia que permanentemente cae en nuestras ciudades. En algunas de ellas será constante, muchos días del año. Y en otras esporádica pero caerá con tal fuerza e intensidad que probablemente cause más daños que en poblaciones acostumbradas al paraguas.
Cómo evitar los daños por aguas en los techados
Para evitar estos daños por agua y humedades en las partes altas de los edificios solo hay una solución: la impermeabilización de cubiertas.
La impermeabilización de cubiertas en Barcelona, o en Madrid o cualquier otra ciudad, es una tarea que se suele pasar por alto pero que se debe hacer con toda la precaución posible, por profesionales experimentados.
Básicamente consiste en la aplicación en las azoteas al aire libre y terrazas o por debajo de cubiertas de teja, de cualquier tipo de tela o membrana monocapa que impida la aparición de fisuras para no dejar pasar el agua.
Si esta capa, llamada tela asfáltica, es colocada adecuadamente, en principio, la construcción justo debajo de la cubierta del edificio no debería sufrir daños por agua ni humedades. Incluso si se tiene un mini campo de golf en la azotea, como en la foto de portada de este post. O incluso en las paredes verticales de una fachada si lo que te van son los jardines verticales.
Existen en el mercado varias soluciones para colocar esta tela y de impermeabilización de cubiertas que dependen básicamente del material utilizado para aislar del agua las paredes y cubiertas. Los vemos a continuación.
Sistemas de impermeabilización
El sistema más habitual de impermeabilización es lo que conocemos como tela asfáltica, pero también hay materiales como el clorocaucho o el EPDM adecuados para cumplir esta misma función.
Las diferencias entre unos y otros residen en su aplicación y precio final de la instalación.
Tela asfáltica
La tela asfáltica es una lámina de textura bituminosa (contiene betunes plastómeros) que se compra por láminas de determinadas dimensiones para cubrir la superficie a tratar. Esta puede ser de cualquier material como el hormigón, ladrillos, paneles de USB o aglomerados.
Los expertos recomiendan comprar más láminas que la superficie a tratar ya que la clave de su aplicación reside en hacer perfectas las uniones entre las diferentes láminas. Y en que la unión final de la tela con paredes y rebordes no presente ninguna fisura o grieta por la que pueda pasar el agua.
La principal forma de aplicar este tipo de tela asfáltica (ojo que las hay autoadhesivas para pequeños trabajos de aislamiento), es mediante calor. Gracias a la acción del soplete, el betún de la tela adquiere una textura blanda y maleable que se funde sobre la superficie tratada.
El principal inconveniente de este método de aislamiento es que la exposición continuada al sol y a temperaturas altas endurece el betún, perdiendo facultades paulatinamente. Además requiere una instalación profesional, laboriosa y meticulosa. Y mucha atención a las juntas.
Impermeabilización con láminas EPDM
El EPDM es el caucho de etileno propileno dieno. Cuanta mayor la presencia de etileno en su composición, mejores sus capacidades aislantes y contra la abrasión y desgaste general de la cubierta tratada con EPDM.
Este sistema es más duradero que la tela asfáltica por sus propiedades y resistencia a la insolación.
Clorocaucho y membrana líquida
El clorocaucho, caucho clorado o caucho impermeabilizante es otra solución válida para la impermeabilización de cubiertas y terrazas en viviendas.
Básicamente se trata de una sustancia líquida con un espesor similar a la pintura que se aplica con rodillo a la superficie tratada.
Es la opción más económica, pero no la más recomendada si buscas acabados profesionales, ya que requiere dar repasos periódicos a la superficie tratada. Además, con el paso del tiempo se puede secar y agrietar, dejando de cumplir su función.
Una solución algo más evolucionada y de fácil aplicación, con mejores resultados que el clorocaucho es la membrana líquida. Esta pintura polimerizada forma una membrana impermeable al secarse, más resistente que el caucho clorado.
Qué solución elegir
De todas las opciones anteriores, la mejor de ellas dependerá de la ambición del proyecto. Si solo quieres tratar el techado de una caseta de herramientas en tu azotea, las soluciones líquidas a modo de pintura serán una solución rápida y efectiva y barata.
Si se trata de aislar una azotea de las goteras frecuentes cuando llueve, mejor confiar el tratamiento a una empresa especializada de telas asfálticas. Si el trabajo se hace bien, tienes tranquilidad durante 10 años.