Una reforma integral es una renovación total de una o varias estancias de tu hogar. Se trata de un tipo de reforma que supone el cambio de hasta 200 metros cuadrados de un hogar.
Los especialistas en reformas integrales Reiteman nos explican en 4 pasos qué se debe tener en cuenta a la hora hacer una reforma integral de una vivienda con el objetivo de evitar posibles imprevistos.
Tabla de contenidos
Primero. Hacer el cálculo del presupuesto de la reforma
Uno de los aspectos que más importa a las personas a la hora de hacer una reforma integral es el dinero que se va a gastar en la misma. Por esta razón, hacer un buen cálculo del presupuesto al cliente es el primer paso a seguir antes de hacer una reforma.
En este cálculo se debe tener en cuenta las necesidades del cliente y los presupuestos de otros profesionales de reforma.
Segundo. Conocer las necesidades de los clientes
Las reformas integrales suelen darse, mayoritariamente, en las cocinas y los baños, ya que suelen ser las estancias que pueden quedar con instalaciones y diseños antiguas.
No obstante, se debe conocer con exactitud qué desea el cliente y cómo quiere que sea su reforma. En este sentido, algunos conceptos que deben conocerse sí o sí antes de empezar la reforma integral son los muebles, las griferías o los tipos de suelos.
Ante dudas en el cliente, puedes ofrecerle un interiorista que le guíe en sus decisiones y que encuentre lo que más se adapte a lo que busca.
Tercero. Conseguir los permisos necesarios para la obra
Uno de los aspectos más pesados de realizar una obra es el papeleo que conlleva para el cliente, ya que se deben hacer varios trámites burocráticos en el ayuntamiento para obtener los permisos de obra.
Conocer todos estos permisos, como la licencia de obras, y hacérselo saber al cliente es clave para acelerar los procesos.
Cuarto. Escuchar las propuestas de cambio
Es muy probable que, a medida que avance la obra, existan cosas que no agraden al cliente porque no era lo que imaginaba. Por este motivo, es importante escuchar a tiempo al cliente, antes de que sea demasiado tarde y cuesta más deshacer lo que no ha gustado.
En este sentido, conviene preguntar asiduamente al cliente a cada cambio importante para evitarle consecuencias económicas mayores para él y también consecuencias en tiempo, ya que dar un paso atrás se traduce en un incremento en la duración de la reforma integral.