Las vacaciones veraniegas es el período preferido para los ladrones y los okupas. Cuando los propietarios están lejos de casa, disfrutando con la familia y amigos del merecido descanso, los malhechores se ponen al acecho. Vigilar la casa durante las fechas vacacionales es una acción que está ganando protagonismo entre la decisión de los ciudadanos, que realizan instalaciones específicas y contratan sistemas de seguridad para garantizar que sus pertenencias y el derecho a la propiedad privada quedan protegidos durante su ausencia.
Cómo conseguir la máxima seguridad en el hogar cuando estamos fuera es una de las principales preocupaciones de los españoles, especialmente tras las informaciones publicadas sobre el aumento de la okupación o el tradicional aumento de los robos en verano.
El sector de la vigilancia en hogares y las instalaciones de alarmas y otros sistemas de seguridad se han adaptado a una demanda que va en aumento, y buscan la fórmula para ofrecer el servicio en cada caso, independientemente del tiempo de margen disponible para realizar la instalación. La necesidad puede surgir en cualquier momento y las empresas especializadas se han preparado para realizar este tipo de instalaciones en un tiempo récord.
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Tipos de sistemas
El usuario puede elegir entre un sistema de alarmas u otro de videovigilancia.
Ambos tienen el mismo fin, que es avisar a los propietarios, y a la Policía si es necesario, sobre cualquier incidencia que se produzca dentro del hogar, siendo la entrada no autorizada de terceros el principal riesgo.
Es un sistema muy efectivo, pues el aviso se produce de forma inmediata, una vez los servicios de la compañía de seguridad (que funcionan las veinticuatro horas durante los 365 días del año) han confirmado que se trata de una intromisión ilegítima.
La diferencia entre la alarma convencional y el sistema de videovigilancia es que el primero se nutre de fotografías y el segundo incorpora el vídeo. En los dos procesos, el aviso salta cuando se produce la entrada de un cuerpo físico, sea éste de un animal o una persona.
Otra de las ventajas de estas herramientas es que también avisan ante otras incidencias, como si se va la luz, hay una fuga de agua o gas, o se produce un incendio.
Vigilancia desde el Smartphone
Los sistemas de seguridad más sofisticados han incorporado la tecnología de uso doméstico como una herramienta para ofrecer una información directa y certera al cliente, sobre la situación de la vivienda en cada momento.
Esto se traduce en el desarrollo de aplicaciones móviles, que conectan el hogar con su propietario. Las empresas más avanzadas incluyen una app desde la que es posible ver, en tiempo real, imágenes y vídeos de lo que está ocurriendo en el hogar.
De esta manera, el propietario puede vigilar la casa a través de su teléfono móvil mientras disfruta de un refresco en un chiringuito de playa o en una casa rural en la montaña. El propietario solo tiene que abrir la aplicación para visualizar todo lo qué está ocurriendo.
Las cámaras, además, pueden ser controladas por parte del usuario, mediante dicha aplicación. Suelen ser unos aparatos que giran 360 grados, por lo que se pueden girar para tener otra perspectiva.
Esta idea resulta de gran utilidad en el caso de las familias que tienen mascotas, pues pueden vigilar su comportamiento.