El 8 de marzo se celebra en todas partes el Día Internacional de la Mujer. Desde 1911 ese día conmemoramos nuestra lucha por la igualdad con el hombre, en un entorno laboral y social aún descompensado. Para mí esta festividad no está reñida con el reconocimiento del papel que las mujeres jugamos en la sociedad y con la sensibilidad y cariño con la que solemos hacer las cosas. Y es ahí donde las flores y las historias que hay detrás de ellas juegan su papel. En este post te quiero hablar sobre las rosas. Si vas a comprar rosas próximamente espero que te guste lo que vas a leer a continuación.
Tabla de contenidos
Las rosas en la mitología
La mitología está llena de alusiones a las flores. Cloris, diosa de las flores griega (Flora, en la mitología romana) fue la diosa de las flores, los jardines y la primavera.
Se dice que coronó a la rosa como la reina de las flores. Por su parte Afrodita le regaló una rosa a su hijo Eros, dios del amor, y la rosa se convirtió en símbolo de amor y deseo.
Y la rosa se convirtió en el emblema del secreto cuando Eros entregó una rosa a Harpócrates, dios del silencio, para inducirlo a no chismorrear sobre las indiscreciones amorosas de su madre.
Orígenes de las rosas
Las primeras rosas cultivadas se tienen documentadas en los jardines asiáticos de Mesopotamia hace más de 5.000 años. Se dice que Sargón I, rey de los Acadios trajo consigo de sus expediciones militares «vides, higos y rosales».
También se tiene constancia del uso de flores y de arreglos florales ya en el antiguo Egipto, allá por el año 2.500 a.C., con motivos religiosos.
La rosa fue el emblema del dios Horus del Antiguo Egipto. Los historiadores tienen documentados hallazgos de ilustraciones de flores arregladas en relieves de piedra tallada egipcia y en decoraciones de paredes pintadas.
La rosa, nuestra protagonista, se ha encontrado en pinturas murales egipcias en tumbas del siglo V a.C. Y científicos moleculares han rastreado sus orígenes con complejos análisis de ADN hasta hace 200 millones de años.
En la época Clásica también se utilizaron flores, además de para ritos religiosos, en forma de guirnaldas festivas o pétalos sueltos en el suelo de las salas de banquetes. O para condecorar a deportistas, poetas o emperadores con la célebre corona de laureles.
La rosa fue desde siempre una flor apreciada por griegos y romanos por su intenso aroma. Se tienen documentados banquetes en los que los pétalos de rosa «llovían» desde la altura sobre los invitados, y la fragancia de tantas rosas era casi sofocante. Es lo que se conocía como la «Hora de la Rosa».
Durante la Edad Media los monjes recluidos en sus abadías cultivaban hierbas medicinales y flores silvestres. Y posteriormente incorporaron todo tipo de flores en sus manuscritos y pinturas. De esa época nos viene la expresión latina «Sub rosa» (bajo la rosa) que se usa para denotar secreto o confidencialidad.
Y es en el Renacimiento italiano donde encontramos las primeras representaciones de impresionantes arreglos florales en lujosos jarrones. El diseño floral se expandió desde Italia a toda Europa.
Sabemos por los cuadros de la época, de flores y frutos de todo tipo entretejidos en coloridas guirnaldas decorativas de paredes y techos abovedados.
También de pétalos esparcidos por el suelo de las estancias o esparcidos desde alegres balcones.
La rosa en la actualidad
En la actualidad, la rosa ha pasado a ser, tal vez, la flor más regalada de nuestros tiempos. Desde finales del siglo XIX hablamos de rosales modernos para referirnos a más de 30 000 variedades de rosas en nuestros días.
Prácticamente el 95% de los rosales plantados en el mundo hoy son modernos, por oposición a los rosales antiguos (de rosales anteriores a 1867) y a los rosales silvestres, que dieron origen a las rosas que hoy conocimos.
En nuestros días, las rosas son «las Flores» por excelencia, con mayúscula. No importa el paso de los años. Las rosas siguen siendo un compendio de elegancia, buen gusto, y acierto seguro, sea cual sea el motivo por que se dan.
Las rosas son siempre perfectas para cualquiera que sea su destinatario: tu pareja, una madre, una amistad. Un ramo de rosas frescas nunca fallará.
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A mi me encanta regalar ramos de rosas, son preciosas