Los colchones son un elemento tan personal como gustos hay. Hay uno ideal para cada persona. Los consumidores no tenemos fácil elegir un colchón por la gran variedad de materiales, marcas, modelos y canales de venta (presencial, online, telefónica, etc.) tenemos a nuestra disposición. En este post vamos a recopilar consejos para elegir el mejor colchón de la mano de El buen descanso.
Tabla de contenidos
Elemento de salud con componente de higiene
Decía al comienzo de este post que el colchón es un elemento super personal. Recuerde el lector lo primero que dijo que hizo el Presidente Sánchez nada más llegar a la Moncloa, tras la salida del Presidente Rajoy.
No en vano, pasamos durmiendo entre 7 y 9 horas cada día de nuestra vida, recostados en nuestro colchón, en el frío invierno y durante los rigores del verano. Por tanto, el colchón no es solo un elemento para el sueño. También tiene una componente de higiene personal al que muchas personas darán un montón de importancia.
De ahí la necesidad de elegir bien el colchón que mejor se adapte a nuestra forma de conciliar el sueño, medidas, pesos (si dormimos más de uno juntos), o incluso si tenemos o no dolor de espalda y buscamos relajarnos mientras dormimos.
Saber cuándo toca cambiar de colchón
La primera decisión que hay que tomar respecto a un colchón es la de saber cuándo hay que cambiarlo. Desde luego, si te independizas y tienes la suerte de tener una nueva vivienda donde ir a vivir, necesitarás un colchón, mejor nuevo que usado.
Y si ya llevas 10 años o más durmiendo en el mismo colchón, es muy recomendable sustituirlo por uno nuevo. Ello con independencia de si su aspecto es como nuevo o no.
El sustituirlo antes o después dependerá de si a lo largo de la vida de este elemento le hemos dado la vuelta (ojo que no todos los modelos lo admiten) periódicamente. O de si hemos al menos girado su posición para que el lado que soportaba más peso antes, pase al otro extremo donde puede que duerma una persona más ligera, ahora.
Informarse de los tipos de colchones
Si te toca cambiar de colchón, es importante informarse de los diversos materiales con que se fabrican. En función de estos, así será la dureza o firmeza de su superficie. También conviene entender qué material es mejor para cada cual y sus dolencias y/o manías.
Así tenemos los siguientes tipos de colchones en el mercado:
Colchones de muelles
Son muy populares en nuestro país. Su núcleo está formado por una red homogénea de muelles que van encapsulados en celdas con materiales que evitan que se suelten o que chirríen. Por encima de los muelles hay una serie de capas de algodón o lana que suavizan el tacto de nuestro cuerpo con los muelles.
Cuanto mayor el número de muelles y mejor repartidos por la superficie del colchón, mejor. Los modelos más modernos llevan muelles de acero con forma de doble cono (“carcasa Bonell”).
Colchones de espuma
Los colchones de espumación se obtienen insuflando aire comprimido a un material gelatinoso de base hasta conseguir una espuma llena de burbujas. Esta es tratada acto seguido con endurecedores y resinas estabilizadoras resultando un bloque homogéneo y poroso adecuado para el descanso.
Las espumas de última generación recurren a excelentes materiales como el látex, el poliuretano y la viscoelástica. Estas espumas aguantan con firmeza el hundimiento, recuperan la forma una vez suprimida la presión y tienen una durabilidad aceptable en el tiempo.
Los principales fabricantes tienen sus propios modelos de espuma como el Bultex de Pikolin o el Airvex de Flex.
En general se puede decir que los colchones de espuma son menos firmes que los colchones de muelles pero más adaptables, flexibles y mullidos.
Colchones de látex
El látex natural (también lo hay sintético y mixto) es un material procedente de la resina del árbol del caucho. Cuanto mayor sea el porcentaje de látex natural del colchón, mejor su calidad y confort ofrecidos.
La firmeza del colchón se mide en función de la densidad del látex empleado en su fabricación. En general, una densidad intermedia de 75 kilos por m3 es bastante cómoda sin ser blanda. Una densidad menor puede producir un efecto de hundimiento y una superior un efecto de dureza y rigidez en la superficie.
No es lo mismo uno que dos
Otro de los aspectos que te aconsejamos mirar bien es el tamaño (ancho y largo) del colchón. Ya seas tú sola/o o en pareja, una cama amplia de 135 a 150 cm de ancho es recomendable para poder conciliar el sueño sin molestar al otro/a. Y sin que nos molesten durante las fases profundas del sueño.
En cuanto al largo, las camas de matrimonio suelen venir en medidas estándar de 180 cm a 200 cm. Y, por supuesto, se pueden pedir largos mayores para los jugadores de basket.
Un consejo sobre el colchón para la cama de matrimonio será asegurarnos de que tenga dos zonas de descanso independientes. Esto permitirá separar el movimiento cuando uno de los dos se mueva en su zona o cambie de posición, y el hundimiento por el lado de la persona más pesada de las dos.
No compres sin antes probar la firmeza
La mejor forma de elegir bien tu compañero de los próximos 10 años será probar in situ su firmeza. Aunque tengamos que descalzarnos y recostarnos vestidos. Ojo porque este aspecto puede ser crucial a la hora de elegir, por lo que es bueno dedicarle unos minutos en una tienda física.
Para llegar al modelo ganador se recomienda probar al menos tres modelos de materiales distintos, de forma que podamos ir descartando primero uno y luego llegar al modelo elegido entre dos finalistas.
Es necesario que esta prueba la realice la pareja, para que no quede espacio para ningún reproche en caso de que el colchón, una vez en casa, no termine de encajar en nuestros hábitos.
Comprar online o en tienda física
Esta es una decisión muy personal. Cada cual tiene sus canales de compra preferidos.
Si optas por el online ten en cuenta que un colchón usado, por razones de higiene, no te lo aceptarán devolver. Y que, aunque dispongas de un derecho de desistimiento de 14 días naturales, o de una devolución más amplia otorgada por el vendedor, deberás devolver el colchón en su embalaje original. Y seguro que asumiendo tú los costes logísticos de la recogida, que serán altos.
Un colchón bueno necesita base y almohada buenos
Por último, no te quedes solo en el cambio de colchón. Piensa que un buen colchón requerirá también una buena base. Y que a la calidad de tu sueño también contribuirá el tipo de almohada que utilices.