Reciclar o reciclar, esa es la cuestión. Si queremos dejar a nuestros hijos un mundo igual de bonito como el que disfrutamos hoy, tenemos que separar los residuos que generamos cada día para facilitar su tratamiento e impactar menos en el medio ambiente. A la hora de reciclar, podemos hacer dos cosas como consumidores que el entorno nos agradecerá: repartir selectivamente en nuestra cocina la basura que generamos cada día y reciclar vidrio, cartón y papel y grandes envases en los contenedores a nuestra disposición en nuestra ciudad (hay más de 560.000 repartidos por España según el informe anual 2015 de Ecoembes).
En este post te explicamos dónde tirar cada residuo en casa porque para reciclar, lo primero es «separar». Al menos se deben separar las basuras en dos cubos o bolsas diferenciadas (basura orgánica y envases) y apartar para ser llevados a su contenedor correspondiente el vidrio y el papel y cartón.
Tabla de contenidos
Basura orgánica y envases
Los residuos orgánicos incluyen toda la comida que desechemos (sobras, comida estropeada, restos de frutas, verduras, carnes, pescados, pan, etc.). También el papel sucio, cenizas y artículos de higiene desechables como bastoncillos de oídos, cuchillas de afeitar, pañales y toallas húmedas, etc.). Ojo, nunca se deben tirar al inodoro.
Los envases incluirán los tetrabriks de leches, zumos, vinos, etc., los envoltorios de plástico de alimentos (films de plástico pero no barqueras de porexpan), bolsas y papel de aluminio, envases de plástico de aseo personal y envases metálicos (latas).
En el cubo de la basura destinado a envases no se deben echar materiales de plástico voluminosos y artículos como biberones, guantes de látex, cubos de plástico, y corcho blanco (Porexpán).
Si necesitamos deshacernos de basura orgánica y vamos por la calle, lo mejor es utilizar el contenedor de color gris o verde oscuro.
Contenedores de vidrio
Aparte, se deben separar en casa los vidrios de uso alimentario (botellas de vidrio de cualquier color, frascos de cristal y tarros de alimentación y frascos de vidrio de perfumería y cosmética).
Estos deberán ser llevados a un contenedor de vidrio de color verde, libres a ser posible de tapones de corcho, plástico y otros materiales y envoltorios de papel. Y, a ser posible, limpios de otros residuos orgánicos.
Pero nunca debemos echar en estos contenedores de vidrio cristales rotos, espejos, piezas de cerámica y vajilla rota. Tampoco los residuos de bombillas o tubos fluorescentes, ya que tienen su contenedores especiales en los puntos limpios.
Contenedores de papel
Los periódicos, revistas, cartones (distintos de los envases tipo tetra brik), bolsas de papel y hueveras de cartón deben separarse y llevar al contenedor de papel y cartón de color azul.
A los sobres de papel conviene quitarles las ventanillas de plástico (que van al contenedor amarillo) y a los cuadernos, las espirales (que van a basuras orgánicas).
Si ponemos el papel en su contenedor específico de color azul, facilitamos su reciclado y la producción de más papel, evitando que se sigan talando árboles innecesariamente o el gasto energético necesario para producirlo: según Madrid.org, el reciclaje del papel reduce en un 74% la contaminación del aire y en un 35% la del agua.
Si echamos el vidrio de uso alimentario en el contenedor verde, fomentamos su reciclaje. Además al fundirlo y darle nueva forma se ahorra un 93% de materiales y un 23% de energía.
Otros residuos
Otros residuos que tienen su destino separado son los electrodomésticos, las radiografías, los aceites usados alimentarios, los aceites de motor usados, los escombros de reformas en casa, los medicamentos usados o caducados, las bombillas y fluorescentes o las pilas, baterías de coche y de ordenador y los acumuladores para dejar a nuestros niños un medio ambiente más limpio.