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Alquiler por meses
El alquiler por meses empieza a pegar fuerte como solución a caballo entre el alquiler tradicional y los alquileres de viviendas vacacionales. La razón principal es económica. Cada vez vemos más necesario sacar el máximo partido a nuestra segunda vivienda. Y hay demanda de alquileres más largos que los vacacionales, que nos permiten obtener un mayor rendimiento de forma segura. En este post te contamos las ventajas e inconvenientes de esta nueva forma de alquiler de vivienda.
Tipos de alquileres de vivienda
En la actualidad, el propietario tiene, resumidamente, tres formas de alquilar su vivienda: el alquiler de vivienda tradicional, el alquiler vacacional (por días sueltos) y el alquiler por meses. Veamos los pros y contras de las tres opciones.
Alquiler de vivienda tradicional
Alquilar la segunda vivienda «especulativa» siempre ha sido la opción ideal para quienes podían permitirse disponer de una segunda vivienda cuya hipoteca mensual pagaba el inquilino con su alquiler periódico.
En esta opción de alquiler tradicional, que sigue siendo la preferida para segundas viviendas que no pensamos disfrutar, la finalidad de la vivienda es la inversión para el futuro. Una vez libre de hipoteca, la vivienda nos generará una renta mensual que complementará nuestros ingresos futuros o incluso la pensión de jubilación.
Si tienes la suerte de encontrar un arrendatario cumplidor, que sea cuidadoso y que no sea muy quisquilloso, con esta modalidad te puedes asegurar una renta mensual más o menos constante.
Pero por el lado de los inconvenientes, no podrás revisar el precio de la renta en varios años. Y ello porque la normativa de arrendamientos urbanos cada vez busca períodos de alquiler tradicional más largos para proteger al arrendatario. Y porque, tarde o temprano, habrá algún tipo de limitación a las subidas de alquileres tradicionales en las grandes ciudades como Madrid o Barcelona.
Alquiler vacacional de vivienda
En el extremo más profesional de la inversión especulativa está el alquiler vacacional. Si tienes la suerte de tener un piso pequeño y decorado con gusto en un barrio turístico de una ciudad turística, estás de suerte. El alquiler vacacional te permite poner un precio a tu piso por días sueltos y alquilar a muchas distintas personas el piso durante estancias cortas de pocos días.
La suma de un alquiler diario alto por un número elevado de días de ocupación al mes, promete unos ingresos bastante más elevados, a priori, que los del alquiler convencional a la misma persona.
Pero claro, con este tipo de alquiler surgen bastantes problemas, limitaciones de las ordenanzas municipales aparte. De entrada, alguien se tiene que ocupar de la gestión de los sucesivos arrendatarios de tu piso (entrega y recogida de llaves, gestión de incidencias etc.). Otra tarea será el mantenimiento continuo del piso vacacional, que exigirá limpieza, reparaciones de elementos, reposición de bienes rotos, reclamaciones a algunos inquilinos poco cuidadosos, etc. Y por supuesto la comercialización y oferta del piso vacacional para su alquiler vacacional mediante alguna agencia especializada en tu ciudad (Barcelona, Madrid, Valencia, Sevilla, etc.).
El principal inconveniente del alquiler vacacional es que está cada vez más controlado por las comunidades de propietarios y por los Ayuntamientos. Además tendrás a Hacienda pisándote los talones para que declares todos tus ingresos. Y tú querrás por tu parte justificar todos tus gastos por tu cuenta o vía una gestoría especializada en alquiler vacacional.
Si te fijas, esta modalidad de alquiler no deja de ser una actividad profesional que debería ejercerse con criterios profesionales si quieres sacarle todo su rendimiento y que no te sancionen.
Alquiler temporal de una vivienda
Por último, la tercera modalidad en auge es el alquiler por meses o alquiler temporal. Está pensada para grandes ciudades como Barcelona o Madrid a las que se desplazan profesionales para formación, ejecutivos para proyectos o negocios o estudiantes que cursan durante unos meses una especialidad o posgrado. Estas personas buscan un piso bien situado en la ciudad y completamente equipado, que les solucione su estancia temporal con todo el bienestar posible. Pero no necesitan una vivienda una vez terminada su misión. Normalmente es un tercero (la empresa del trabajador o los padres del estudiante) quien paga.
En estos casos, la oferta de pisos con alquileres convencionales o vacacionales no encaja del todo por la duración del contrato de alquiler. Y sin embargo, hay agencias inmobiliarias que ya comienzan a disponer de una bolsa de viviendas que se acogen a esta nueva modalidad.
La principal ventaja de esta modalidad es que es más estable que el alquiler vacacional al tener más tiempo ocupado el inmueble y que su rentabilidad es superior a la del alquiler tradicional.
El principal reto de esta forma de alquiler temporal es conocer a qué precio se puede alquilar la propiedad por el propietario, y obviamente, encontrar un buen inquilino. Las agencias especializadas te ayudan con múltiples servicios incluidos en sus honorarios:
- Búsqueda de un inquilino responsable ya que normalmente el pagador es una empresa que envía a un empleado en «misión» temporal a la gran ciudad.
- Búsqueda de empresas solventes con las que cerrar acuerdos.
- Obtención de rentas por encima del valor medio de mercado de alquiler convencional.
Gracias por este útil artículo