Dormir bien y descansar cada noche es necesario para poder llevar una vida saludable en equilibrio y con bienestar físico y mental. Pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo y los expertos recomiendan cambiar de colchón cada diez años para alcanzar un sueño saludable.
Se ha escrito mucho sobre el descanso y la calidad de nuestro descanso, pero aquí te damos consejos nuestros sobre la base de los extraídos de la página web de la Asociación Española de la Cama (Asocama).
Tabla de contenidos
Regularidad
Para dormir bien hay que procurar acostarse y levantarse regularmente a la misma hora. Esto exige trasnochar poco, dormir lo que nos pida el cuerpo y llevar una vida ordenada en general.
Observa un bebé y cómo padece los cambios de regularidad en su sueño: un viaje, un lugar ruidoso, una cama diferente bastarán para que el bebé no duerma y tampoco deje dormir.
A tí te ocurre lo mismo. Si durante la jornada no has tenido actividad física, has comido de más, has bebido alcohol o has discutido con alguien, ese día tienes las papeletas para no dormir bien.
Exposición a la luz en el dormitorio
Exponerse durante el día a la luz natural y mantener el dormitorio oscuro durante el descanso. Nuestro organismo relaciona los periodos de sueño con la oscuridad y los de vigilia con la luz del día.
Actividad física
El ejercicio físico moderado ayuda a eliminar el estrés y por ello contribuye a la mejora del descanso.
Relajación física y mental
Es conveniente relajarse física y mentalmente antes de acostarse. Para ello se recomienda realizar actividades como un paseo nocturno que nos ayude a desconectar de los problemas diarios.
O un baño de agua tibia que permita relajar nuestra musculatura. También leer un libro en tranquilidad o escuchar música ligera a un volumen bajo, etc.
No es recomendable meterse en la cama tras una intensa actividad mental o física. Cada cual tiene su truco para dormir pero todos los expertos coinciden en la necesidad de terminar el día en paz con uno mismo.
Alimentación sana
Es recomendable para dormir bien cenar de forma ligera. Una cena a base de alimentos “pesados” o excesivamente copiosa requiere una digestión mucho más lenta.
Recuerda el dicho popular que habla de, “desayunar como un rey, almorzar como un príncipe y cenar como un mendigo”.
Temperatura y ventilación
Finalmente, es importante ventilar la habitación diariamente y mantener, a la hora de dormir, una temperatura media en el dormitorio de entre 18º y 20ºC.
Fuente: Elaboración propia y www.asocama.es