Sueño
El sueño designa el acto de dormir, una necesidad fisiológica que realizamos todos los días y que ocupa una tercera parte de nuestra vida. Un sueño reparador es esencial para preservar la salud del cuerpo y de la mente, y por ende, para una buena calidad de vida.
Al final del día se producen una serie de cambios fisiológicos que nos preparan para pasar del estado de vigilia al de somnolencia y de ahí al sueño profundo: el cerebro genera melatonina, el caudal sanguíneo de la musculatura disminuye y los músculos se relajan, se reducen los reflejos, baja la temperatura del cuerpo, la respiración se vuelve pausada y uniforme, etc.
El descanso nocturno se compone de cinco fases que en conjunto forman un ciclo de una duración de entre 90 y 120 minutos. A lo largo de una noche se realizan de cuatro a cinco ciclos completos y la duración de cada fase varía. Las fases van desde la somnolencia, caracterizada por un sueño superficial, pasando por el sueño profundo, hasta llegar por último a la fase de movimiento rápido de ojos (más conocida como “fase REM” por sus siglas en inglés Rapid Eye Movement) que es la fase más profunda y en la que soñamos.
Los trastornos del sueño son un amplio grupo de desórdenes (como el insomnio, la narcolepsia, la apnea del sueño, el sonambulismo y el síndrome de piernas inquietas) que afectan el desarrollo normal del ciclo sueño-vigilia.
Estos trastornos pueden alterar la salud física, mental y emocional de quien los sufre. Los principales hospitales y clínicas disponen de Unidades del Sueño donde se diagnostican y tratan los trastornos del sueño.
Fuentes:
“Recetas para dormir bien”, por el Dr. Eduard Estivill y la Dra. Mirta Averbuch
Wikipedia