La rinoplastia es la cuarta intervención de cirugía plástica más realizada en España. Uno de cada 1000 españoles se somete cada año a una rinoplastia por motivos estéticos (cirugía plástica estética) o funcionales (cirugía plástica reparadora).
Los pacientes más habituales de la rinoplastia tienen entre 18 y 45 años y aquí te damos unos consejos prácticos antes de decidirte por ella.
Tabla de contenidos
Consejos antes de hacerse una rinoplastia
Lo más importante en una rinoplastia o cualquier otro tipo de cirugía plástica es entender que tu caso es único. Es diferente de los demás.
Por tanto el especialista te debe hacer un seguimiento personalizado antes de intervenir. Este comienza por un análisis de tu historial médico y un chequeo de salud previo. Es decir por tus intervenciones anteriores, alergias, enfermedades pasadas. Y por las enfermedades familiares (hay riesgos, por ejemplo, en caso de diabetes o hemofilia).
Diez recomendaciones
¡Toma nota de estas diez recomendaciones antes de pasar por quirófano!
Los resultados no son predecibles al 100%
La Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE) advierte: las expectativas reales dependen de factores como la anatomía del paciente y los procesos de cicatrización.
Consulta con tu médico antes de someterte a una rinoplastia.
La “nariz perfecta” no existe
Y es que las modas y los cánones de belleza cambian con el tiempo.
Así, persigue resultados naturales y proporcionados con el resto de tu estructura anatómica facial y no estigmáticos (estos son, los que parecen operados).
Ponte en manos de un Médico de verdad
El único médico habilitado para un buen resultado es el Médico Especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora.
Este profesional debe realizar la intervención en un quirófano homologado de un centro hospitalario. ¡Asegúrate de que se cumplen estas garantías sanitarias y de seguridad!
Valora con tu médico los motivos
Una rinoplastia puede esconder motivos estéticos, funcionales (disfunción ventilatoria y problemas respiratorios), secundarios (malformaciones congénitas, tumores o traumatismos), enfermedades autoinmunes o el consumo de sustancias tóxicas.
Valora con tu médico el desarrollo de la estructura ósea
Y es que el desarrollo de tu nariz debe estar completo. Además, debes tener la madurez psicológica suficiente para un cambio en tu anatomía facial.
Así, una rinoplastia no es aconsejable en menores de edad, salvo por motivos funcionales o malformaciones congénitas severas.
El preoperatorio
Antes de someterte a una rinoplastia te debes realizar un electrocardiograma y una analítica completa con un estudio de coagulación.
En pacientes muy mayores o fumadores, el preoperatorio debe incluir además una radiografía de tórax.
Rinoplastia abierta o cerrada
Tu médico valorará qué técnica utilizar.
En una intervención abierta se accede a las estructuras internas de la nariz con una pequeña incisión en la columnela (la parte externa entre la punta y la base). En una rinoplastia cerrada se accede a través de las fosas nasales.
El postoperatorio
Los analgésicos mitigarán las molestias tras la operación.
El postoperatorio incluye además un taponamiento de las fosas nasales durante 2 ó 3 días, una férula nasal de 7 a 10 días y, si se ha empleado una técnica abierta, unos puntos en la columnela.
Estos puntos se suelen quitar en una semana.
Con entidad quirúrgica para realizarse en solitario
Al afectar a tejidos subyacentes a la nariz, puede ser desaconsejable practicar una rinoplastia simultáneamente a otras intervenciones de cirugía facial. Consulta tu caso con el médico.
Aumentar la calidad de vida
Si bien suele requerir anestesia general, la rinoplastia es una cirugía poco agresiva y de recuperación rápida. Eso sí: su finalidad debe ser una mayor calidad de vida, mejorando tu función respiratoria o reforzando tu autoestima.
Si quieres saber más, mira aquí si vales para una operación de estética.
Diferencias entre cirugía estética plástica y reparadora
La cirugía plástica incluye dos grandes áreas de actividad:
- La cirugía plástica reparadora (procura restaurar o mejorar la función y el aspecto físico en las lesiones causadas por accidentes y quemaduras, en enfermedades y tumores);
- La cirugía plástica estética (destinada a pacientes en general sanos que quieren corregir alteraciones de la norma estética para mejorar su apariencia).
¿La cubre la Seguridad Social?
La mayoría de los procedimientos de cirugía reconstructiva o reparadora están incluidos dentro del catálogo de prestaciones de la Seguridad Social. No obstante, existen algunas patologías que se encuentran a caballo entre lo que se considera cirugía estética o reparadora.
Por ejemplo, unas mamas muy voluminosas, cuando producen problemas médicos verificables, como dolor de cuello y de espalda, irritaciones de la piel, etc., sí estarían incluidas en la Seguridad Social; sin embargo, si sólo provoca problemas estéticos, no estarían incluidas.
En cualquier caso, la lista que se presenta a continuación es sólo orientativa; la última decisión siempre está sujeta a la opinión del equipo de Cirugía Plástica de cada Hospital, y debe individualizarse para cada paciente.
Muy interesante, lo principal es ponerse en manos de profesionales!