Pros y contras del papel de liar

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Secadero de tabaco (Rusty Watson Unsplash)

El hábito de fumar, lo sabemos hasta la saciedad, no es nada recomendable. Sin embargo, fumar (cigarrillos, pipas, vapers, o lo que sea), para mucha gente es una costumbre social. Para otros un paréntesis placentero en el trabajo o tras la ingesta de alimentos o bebidas. Entre los fumadores de cigarrillos, hay puristas del papel de liar (como los papeles smoking) y los que prefieren comprar su cajetilla ya confeccionada de toda la vida. En este post repasamos los pros y los contras del papel de fumar.

Orígenes del papel de liar

El papel de liar (o papel de fumar) es hoy un producto habitual en cualquier estanco. Pero sus orígenes son producto del ingenio (o de la necesidad) de las personas más pobres de los estratos sociales del siglo XVII.

Efectivamente, las sucesivas expediciones por el continente americano tras el descubrimiento del «Nuevo Mundo», a partir del siglo XVI, trajeron a España productos novedosos como la patata, el maíz, el cacao, o el tabaco.

En aquellos primeros años, el hábito de fumar estaba reservado a los poderosos nobles y a Palacio. Los menesterosos, por su parte, y siempre inspirados en los usos y costumbres de los estratos superiores, comenzaron a adoptar los mismos hábitos.

Pero encontraron un problema importante de acceso al tabaco: no podían permitirse conseguir las carísimas hojas de la planta del tabaco. No en vano, la «nicotiana tabacum» provenía del altiplano andino, y en los comienzos era difícil y muy cara de conseguir.

Por esta razón, comenzaron a tomar la picadura de tabaco de las colillas que desechaban los acaudalados señores de la época. Y luego procedían a envolverla con cualquier material de celulosa como los papeles de la época en una especie de canuto inflamable. Y así, también ellos, cayeron en el hábito de fumar.

Fabricación ad-hoc

Ante el surgimiento de la demanda, las empresas de celulosas de papel de las comarcas de Xátiva y Alcoy (en la hoy Comunidad valenciana de España) idearon un papel especial para liar, fino y recortable al gusto del consumidor de picadura de tabaco.

A finales del XVIII, se conocen ya fábricas locales dedicadas exclusivamente a la producción de papel de fumar. La primera marca conocida de este papel, Pay-Pay se fundó en 1767. Curiosamente, estas fábricas intercambiaban sus librillos de papel de fumar con la picadura de tabaco procedente de las colonias americanas.

Más adelante, tras la invasión napoleónica del XIX, las tropas francesas trasladaron esta costumbre de liar cigarrillos por toda Europa. En esos años, se comienza a cortar el papel a un tamaño estándar y se protege el producto en una cajita pequeña, conocida como librillo de papel de fumar.

El papel de fumar hoy

En la actualidad, el papel de fumar es un producto estándar en venta en estancos y lugares autorizados. 

Se compone básicamente de pulpa de celulosa extraída de fibras vegetales (cáñamo, algodón, lino, cereales, arroz, etc.). Los hay a base de cáñamo sin agentes químicos, que contaminan menos, más finos (más difíciles de liar) y en todo tipo de formatos (los mayores alargan la duración del cigarro) produciendo poca ceniza. 

Este papel se ofrece en librillos de distintos tamaños y marcas (Smoking, OCB, Greengo, Gizeh, Rizla, Raw, Mascotte, Abadie, etc.). El papel lleva una fina capa de goma arábiga que facilita el pegado del canutillo una vez preparado.

En el mercado puedes encontrar básicamente estos tamaños de papel:

  • Papel de fumar estándar (78 mm de largo por 44 mm de ancho): este es el tamaño  más clásico del cigarrillo de toda la vida.
  • Papel de liar corto (70 mm de largo por 36 mm de ancho): tiene unas dimensiones fáciles de manipular. Además, al ser más corto el cigarrillo estándar, te hace dar menos caladas matando el vicio antes.
  • Papel de liar largo (110 mm de largo por 52 mm de ancho): facilita un cigarrilo de grandes dimensiones y mayor tiempo de combustión. Se conoce también como papel de liar King Size y está disponible en formatos King Size Slim (44 mm de ancho en vez de 52 mm) y Master King Size Slim (37 mm de ancho).
  • Rollo de papel de fumar: se trata de una tira de papel larga (entre 1 y 5 metros de longitud por 44 mm de ancho) que se corta a placer. El largo es muy variable según la marca, la anchura suele ser la misma que la del estándar, 44 mm.

Ventajas del papel de liar

Entre las ventajas del papel de liar destacamos el arte de enrollar tu propio cigarrillo a tu gusto.

Los puristas del papel de fumar frente al cigarrillo ya elaborado argumentan que «liar» su propio cigarrillo es mucho más placentero que fumarlo ya elaborado. De esa manera juegan con la picadura, el tamaño, el color, el gramaje y algunos con otras hierbas que aquí no mencionamos, para obtener el cigarrillo de su elección.

Otra de las ventajas del papel de fumar es la oferta de sabores y aromas que puedes encontrar en los estancos. Así tienes a tu disposición papeles de fumar con sabores mentolados, afrutados, a hierbas o incluso con recuerdo al chocolate. Estos sabores y aromas se consiguen con extractos químicos naturales.

Si se opta por un librillo de tamaño reducido, al ser más cortos los cigarrillos que los elaborados en cajetilla, se puede matar el «gusanillo» de fumar, con menor inhalación de nicotina.

Por último, la industria te ofrece muchas alternativas de papel de liar atendiendo a su gramaje, tamaño, color del librillo (blanco o marrón libre de cloro) y materiales de los que se compone cada uno. A tí la posibilidad de ir probando unos u otros para dar con el que mejor te encaje.

Inconvenientes

El principal inconveniente del papel de fumar es que nos invita a fumar. Y fumar es un hábito de sobra conocido que acorta nuestra vida y afecta a la salud propia y de los demás (fumadores pasivos).

La responsabilidad de abandonar el hábito del tabaquismo es individual, y también colectiva. En nuestras manos está vivir más y mejor, con mayor calidad de vida.

Juan del Real Martín

Soy economista y experto en derecho del consumo y comercio electrónico. He vivido en muchos lugares y me gusta leer y montar en moto.

Después de trabajar durante ocho años en la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), asociación de consumidores más grande de España, decidí crear y financiar Consumoteca.com de mi bolsillo en 2009 para ayudar a las personas a no ser engañadas por las empresas.

Consumoteca, con 4.365 contenidos prácticos y más de 11.000 comentarios de usuarios, tiene una vocación de servicio gratuito para toda la comunidad.

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