Es una realidad que afecta a todas las sociedades desarrolladas del planeta. El 45,8% de los niños comienza a usar el teléfono móvil entre los 6 y los 12 años. Esta exposición recurrente y continuada a pantallas móviles está afectando la salud visual de este grupo de edad. La miopía infantil es ya un problema de salud pública.
Nuestros hijos cada vez pisan menos la calle, y recurren a la tecnología para su interacción social (redes sociales, ocio, divertimento) y desarrollo educativo (trabajos y deberes de clase).
En este post analizamos el fenómeno de la miopía infantil por el uso de pantallas y las soluciones en nuestras manos.
Tabla de contenidos
Miopía infantil
La miopía infantil es una afección visual cada vez más común y temprana. Los niños afectados de miopía pueden ver con nitidez los objetos cercanos, pero pierden facultades para enfocar la vista en objetos lejanos.
Una tardanza en su detección puede desembocar en el fracaso escolar, problemas de relación con otros niños y sentimiento de exclusión de los pequeños con problemas de visión.
Prevalencia
La miopía infantil ha aumentado significativamente en las últimas décadas para convertirse en un problema de salud pública en muchos países del mundo.
Según estimaciones recientes, aproximadamente el 30% de la población mundial padece miopía, y se espera que esta cifra aumente a casi el 50% para el año 2050.
Pero el fenómeno más reseñable es que se está adelantando la edad en la que la miopía aparece, pasando más a la infancia que a la adolescencia, incluso empeorando a medida que el niño pequeño atraviesa la adolescencia.
Causas
En el desarrollo temprano de la miopía hay factores genéticos. Si uno o ambos padres tienen ojo miope, existe una mayor probabilidad de que sus hijos también la desarrollen.
Pero, cada vez más, los factores ambientales están cobrando más importancia.
Una alimentación inadecuada, hábitos sedentarios y la exposición prolongada a actividades que exigen centrar la visión muy de cerca, aumenta el riesgo de miopía temprana en los niños.
La fatiga visual y el no descanso de la visión de proximidad terminan por alterar la capacidad de enfoque del ojo.
Si unimos a este mayor recurso a las pantallas luminosas (de móvil, tableta y ordenador), el hecho de que cada vez dedicamos menos tiempo a estar y jugar en espacios abiertos, luminosos y despejados, el problema está servido.
Consecuencias
No detectada a tiempo, la miopía infantil puede afectar el rendimiento académico de los niños.
Posiblemente ni ellos mismos sean conscientes de su pérdida de agudeza visual, con lo que es posible que acepten como normal tener dificultades para ver correctamente la pizarra o el material impreso en el aula.
Además, si no se corrige adecuadamente, esta afección puede aumentar el riesgo de complicaciones oculares más graves en el futuro, como desprendimiento de retina, glaucoma o cataratas.
Otro aspecto preocupante del abuso del tiempo de pantalla infantil es el sedentarismo. El comportamiento sedentario a que invitan los móviles junto con una dieta deficiente a base de procesados y la escasa actividad física contribuyen al sobrepeso y la obesidad.
De hecho, tras los confinamientos de la pandemia de 2020, está subiendo el sobrepeso infantil.
Qué podemos hacer como padres
Los padres jugamos un papel esencial en la educación de hábitos de nuestros hijos. Muchas veces somos nosotros, precisamente, los que damos pie al uso de pantallas.
Recomendaciones de la OMS
Estas son algunas de las recomendaciones de la OMS sobre miopía (Informe Be Healthy Be Mobile de 2022):
- Los niños deberían realizar, al menos, un promedio de 60 minutos de actividad física moderada a vigorosa (MVPA) diariamente.
- Se deben incorporar actividades físicas vigorosas y de fortalecimiento muscular y óseo al menos tres días a la semana.
- Los padres debemos limitar el tiempo de pantalla recreativo de los niños a un máximo de 2 horas diarias.
- Es deseable interrumpir la actividad de pantalla sedentaria alternándola con intervalos de relajación de la vista (mirar por una ventana en la distancia) y ejercicios de estiramiento.
Prestar atención a la alimentación
Una alimentación equilibrada también afecta a la calidad visual de nuestros pequeños. La Asociación Española de Pediatría nos da unas interesantes pistas al respecto que te resumimos a continuación.
Alimentos poco saludables para niños
Por un lado, tenemos alimentos cuya ingesta frecuente no es recomendable por sus componentes o ingredientes. Hablamos del atún rojo y el pez espada, que presentan altos contenidos de mercurio para menores de 10 años. O de las carnes procesadas, la leche y el huevo crudo.
Por su parte la bollería y postres industriales, las bebidas carbonatadas y energéticas, los zumos industriales y el cacao soluble con alto contenido en azúcar tampoco son recomendables en una dieta diaria.
Alimentos saludables
En cuanto a los alimentos saludables para el organismo, y por ende, para la salud visual, tenemos los alimentos ricos en vitaminas C y E, zinc, luteína, zeaxantina y ácidos grasos de tipo Omega 3.
Los encontrarás en hortalizas, frutas y verduras, leche y productos lácteos, pescados azules (salmón, sardinas y anchoas) y huevos. Completan la parrilla los frutos secos con moderación.
Importancia de las revisiones periódicas
Por todo lo visto en esta entrada, es importante que los niños se sometan a exámenes regulares de la vista en ópticas de confianza.
Es gracias a los dispositivos de estos centros que se podrán detectar la miopía y otras afecciones visuales, poniendo los remedios para conseguir corregir la afección detectada.