Cada vez son más las afecciones de la piel como el acné, la psoriasis, la micosis, el eccema o la rosácea. De ellas, la dermatitis atópica es una de las más frecuentes y más molestas para quienes la padecen. No en vano, esta afección cutánea se anuncia con síntomas como la sequedad de la piel, rojeces, escozor y picor continuado o incluso sensación de tirantez.
En el mercado existen productos farmacéuticos que alivian los síntomas de la dermatitis atópica y nos permiten ganar en calidad de vida, mitigando el picor y la sequedad. En este post te cuento más sobre esta afección motivada por factores genéticos, alergias o incluso factores ambientales.
Tabla de contenidos
Qué es la dermatitis atópica
Técnicamente, la dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria crónica que hace que la piel se irrite, se seque y pique mucho. No es contagiosa, pero sí bastante molesta.
Si se permite usar un tono más coloquial, se trata de una especie de «rebeldía» de la piel. La persona que padece esta afección sufre sequedad y manchas rojas en la piel que desembocan en una molesta picazón. Aunque se suele dar más en bebés y niños (sobre todo en la cara y los pliegues de codos y rodillas, también se puede presentar dermatitis atópica en los adultos.
En los casos crónicos, si no se trata o al menos se remedia, el paciente puede sufrir infecciones en las zonas más afectadas. Además, las manchas rojas que aparecen en la piel más expuesta puede ser poco estética, llevando a algunas personas a sentirse acomplejadas.
Por qué se produce
Cada persona es un mundo en términos de afecciones cutáneas. No existe unanimidad científica al respecto de la dermatitis atópica pero los expertos concluyen que se puede producir por una combinación de factores, en menor o mayor intensidad en función del tipo de piel del paciente.
Los factores que con más probabilidad pueden coayuvar a la aparición están:
- Componente genética: Si en tu familia hay antecedentes de alergias, asma o rinitis, es más probable que desarrolles dermatitis atópica.
- Sistema inmune hiperactivo: Si tienes una piel sensible, propensa a reaccionar ante factores como el polvo, los pólenes o algunos tipos de tejidos, también serás susceptible de sufrir esta afección si no lo has hecho ya.
- Barreras de la piel débiles: Otro factor que puede motivar la aparición de dermatitis es la sequedad de la piel. Una piel que no retiene bien la humedad y pierde su capacidad de defensa, tiene de irritarse con mayor facilidad que otra que está bien hidratada.
- Factores ambientales: finalmente, la contaminación, el estrés y la exposición a un ambiente seco en casa o la oficina o a productos agresivos de higiene corporal pueden ser causas aceleradoras de la aparición de la sequedad y picores de que hemos hablado antes.
Atentos a los síntomas
Si aún no has padecido esta enfermedad, aquí te dejo algunos de sus primeros síntomas por si los has sufrido alguna vez o si te quieres preparar por si en un futuro debes identificarlos.
Los principales síntomas de la dermatitis atópica son:
- Piel seca y áspera que hace que el simple roce desprenda partículas de piel muerta. Sensación de tirantez cutánea.
- Picor constante e intenso, a veces desesperante, en zonas de nuestro cuerpo.
- Enrojecimiento e inflamación en las zonas cutáneas más afectadas.
- Posibles grietas o infecciones si no somos capaces de dejar de rascar la misma zona.
Productos farmacéuticos recomendados para la dermatitis atópica
Los laboratorios farmacéuticos disponen de una amplia gama de productos para combatir y aliviar los síntomas de la dermatitis atópica y el eccema cutáneo. La gama Atoderm de Bioderma está específicamente pensada para esta afección.
Atoderm es una colección de productos de higiene especialmente indicados para usuarios con pieles secas o muy secas o afectados de dermatitis atópica.
Estos productos se dirigen a todos los componentes de la familia (salvo bebés prematuros) se pueden usar a diario y están indicados para el tratamiento del eccema, los picores y la rojez.
En bebés no prematuros se recomienda aplicar dosis distribuidas por su cara, cuello y pecho, por brazos y espalda y por las piernas. Para los niños se recomienda aplicar el producto en cara y cuello, en el pecho, en la espalda, en brazos y piernas. Finalmente, los adultos pueden aplicar dosis en cara y el cuello, pecho, espalda, brazos y piernas.
Tras su aplicación por todas estas zonas del cuerpo, el usuario experimenta un alivio instantáneo del picor, disminuyendo la irritación, gracias a su acción antiprutito. Con el tiempo las recaídas y rebrotes disminuyen ayudándonos a llevar una mejor calidad de vida.
Algunas precauciones que se pueden tomar
Si bien no hay cura definitiva aún para esta afección cutánea, el paciente puede adoptar una serie de medidas para, al menos, aliviar sus molestos síntomas:
- Hidratación frecuente: una buena hidratación de la piel tras el aseo personal es muy recomedable.
- No ducharse con agua demasiado caliente: el agua muy caliente reseca más la piel que la templada.
- Usar geles y jabones neutros libres de agentes químicos agresivos y perfumes.
- Usar ropa de algodón y holgada que no se pegue a la piel. La lana y los tejidos sintéticos suelen irritar la piel.
- Mantener un ambiente húmedo en casa y la oficina: un humidificador puede ayudar en invierno si el ambiente está seco por culpa de la calefacción excesiva.
- Aunque sea difícil, no rascarse es la garantía de evitar la inflamación y las posibles infecciones.
Y, por supuesto, conviene conocer los agentes del entorno que más nos afectan como el polvo, el polen, la presencia a animales, algunos alimentos o el propio estrés.
Recomendación final
La piel es nuestra barrera de protección frente a todo tipo de agentes externos.
En casos agudos de irritación de la piel se debe consultar a un médico dermatólogo que pueda analizar al paciente, su sintomatología y afección particular, prescribiendo el mejor tratamiento.