No es ningún secreto que cepillarse los dientes dos veces al día ayuda a mantener una dentadura sana y al dentista alejado de nosotros, al menos entre revisión y revisión.
Pero es fácil cometer fallos en el cepillado, como no ejercer la presión adecuada o preocuparse demasiado por las manchas e intentar borrarlas de un plumazo. La mayoría de las veces son errores tontos pero que pueden ser muy perjudiciales. Para que tu sonrisa brille, los expertos de Malmö Dental, desde su clínica dental en Móstoles, nos comparten algunos de los errores de salud bucodental más comunes que podrías estar cometiendo, y cómo solucionarlos.
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No limpiar entre los dientes
El cepillado sólo limpia tres de las cinco superficies dentales. Sin embargo, la limpieza interdental con hilo dental y herramientas específicas ayuda a prevenir las caries y las enfermedades de las encías, que pueden producirse cuando la comida y la placa se quedan incrustadas entre los dientes.
Si tienes espacio entre los dientes, la mejor elección es optar por los cepillos interdentales, y que utilizar siempre el tamaño más grande posible, incluso es posible que sea necesario más de un tamaño.
Si tus dientes están muy juntos, lo recomendable es utilizar el hilo dental. Hazlo una vez al día, preferiblemente por la noche y frente al espejo. En caso de que seas de los que no soportan el hilo dental, una alternativa es un irrigador bucal.
Cepillar sólo los dientes y no las encías
Muchas personas olvidan cepillar las encías cuando nos cepillamos los dientes y esto es un gran error porque aquí es donde se asienta la placa. Limpiar tanto dientes como encías es crucial para una buena salud bucal.
Cuando utilices un cepillo eléctrico, coloca las cerdas contra los dientes en un ángulo de 45 grados hacia la línea de las encías. Sujeta el mango con suavidad y ejerce una ligera presión. Desliza el cepillo por los dientes y las encías con suavidad, dejando que el cepillo haga la mayor parte del trabajo.
No cepillarse el tiempo suficiente
Cepillarse los dientes es una de las tareas más importantes que hacer cada día, pero hay quien no le dedica el tiempo suficiente. Apresurarse en esta tarea significa que pueden quedar zonas sin limpiar, como entre los dientes o a lo largo de la línea de las encías, lo que lleva a la acumulación de placa y bacterias, y al riesgo de problemas a largo plazo, como caries y gingivitis.
Esto tiene una solución fácil. no hay más que cepillarse los dientes durante dos minutos, dos veces al día, asegurándose de no pasar por alto los lugares más difíciles de alcanzar. Esto debería ser suficiente para garantizar la eliminación de toda la placa y los gérmenes que, de otro modo, podrían acumularse.
Cepillarse demasiado fuerte
Puede ser difícil encontrar la presión correcta a aplicar al cepillar los dientes, y cepillar demasiado fuerte es un error común que puede tener consecuencias negativas. Un cepillado demasiado agresivo puede erosionar lentamente el esmalte de los dientes y provocar la recesión de las encías, exponiendo potencialmente los nervios y las raíces.
Si hay sensación de que los dientes se vuelven más sensibles o las encías empiezan a retroceder, podría ser una señal de que es necesario aplicar menos presión. Para solucionar este problema, un truco es sostener el cepillo de dientes con sólo tres dedos. También puede funcionar el cambio a un cepillo con cerdas más suaves.
No sustituir el cepillo de dientes
Las cerdas del cepillo de dientes se abren y son menos eficaces con el tiempo, lo que significa que no pueden abordar los lugares más difíciles de alcanzar, como la zona interdental.
Los gérmenes también pueden convertirse en un problema cuando el cepillo se usa durante demasiado tiempo. La recomendación es cambiar el cepillo de dientes o el cabezal del cepillo eléctrico al menos cada 3 o 4 meses.
Usar el tipo de cepillo eléctrico equivocado
Hay muchos tipos de cepillos de dientes eléctricos, pero los mejores son los que tienen cabezales rotatorios/oscilantes y los de vibración sónica, como por ejemplo el Oral B Vitality Duplo.
Los cabezales rotatorios/oscilantes son pequeños y redondos, y van cambiando la dirección del giro, de diente en diente, para barrer la placa. A menudo estos cabezales también oscilaciones en su presión.
Por otra parte, los cabezales sónicos vibran a ciertas velocidades y frecuencias altas para romper la placa, además de agitar la mezcla de pasta de dientes y saliva para limpiar entre los dientes y a lo largo de la línea de las encías.
Para terminar, a la hora de elegir un cepillo eléctrico, evita los que funcionan a pilas, no son eficaces y va bajando la potencia conforme se agotan las pilas. Mejor siempre uno con batería recargable.