La ortodoncia es uno de los grandes avances en odontología. En contra de lo que se piensa, hay muchas más razones para comenzar un tratamiento de ortodoncia que las puramente estéticas de conseguir, y lograr mantener, una sonrisa agradable.
De hecho, la ortodoncia, originariamente, vino a solucionar problemas serios de dentición como el diastema o el desgaste prematuro de los dientes por una mala oclusión mandibular.
En este post te contamos los principales motivos por los que empezar un tratamiento de ortodoncia y te damos recomendaciones sobre la dieta a seguir, al menos durante los primeros días.
Tabla de contenidos
Qué es una ortodoncia
La ortodoncia es una especialidad de la odontología que se centra en el diagnóstico, prevención y corrección de los dientes y de posibles desajustes en los maxilares.
Esta técnica recurre a dispositivos de ajuste que consiguen mover los dientes paulatinamente hasta su correcta alineación, logrando un impactante resultado estético y funcional.
Qué problemas viene a resolver
Los principales problemas de dentición que resuelve el tratamiento de ortodoncia tienen que ver con desalineamiento, el exceso o defecto de espacio de nuestros maxilares, la estética o varios de estos fenómenos a la vez.
Todos ellos pueden causar, por apiñamiento de dientes, o por su separación contra natura (diastema), una mala mordida de ambos maxilares con efectos negativos a medio y largo plazo.
Estos efectos pueden incluso llevarnos a sufrir dolor de cabeza, problemas de dicción para ciertos fonemas o problemas de digestión.
Por una parte, el desalineamiento de las piezas dentales es aquella situación en la que los dientes de cada maxilar no ejercen presión contra sus homólogos durante la masticación. Esto puede afectar a la digestión, al ingerir alimentos que no quedan preparados como debieran por una deficiente oclusión dental.
Por otra, cuando hay apiñamiento o demasiado hueco entre dientes puede ocurrir un efecto similar, además del mal aspecto estético de nuestra sonrisa.
Todos estos casos, que son los más comunes, se tratan con ortodoncia en clínicas dentales con especialistas en esta área de la odontología.
Tipos de ortodoncia
Cada paciente tiene recomendado un tipo distinto de ortodoncia de los tres sistemas universales que existen en odontología: Brackets fijos y ortodoncia extraíble y ortodoncia invisible.
Los modelos más eficaces son los del tipo bracket ya que actúan sobre cada una de las piezas dentales con bastante eficacia y de manera permanente, hasta el final del tratamiento.
Luego están los sistemas extraíbles, ya sea de tipo bracket o transparentes. Su gran ventaja es la posibilidad de extraerlos antes de ingerir alimentos y/o para su limpieza regular.
Finalmente, para quienes la estética y la discreción sean importantes durante el tratamiento, está pensada la ortodoncia con retenedores invisibles.
Este tipo de ortodoncia suele ser de las más demandadas por personas adultas que requieren mantener una sonrisa discreta por razones profesionales y/o sociales.
Como he dicho, un sistema fijo siempre será más eficaz que otro extraíble, porque asegura al odontólogo que el paciente lo portará en todo momento frente a la discreción de uso que otorga a este un sistema extraíble.
Consejos a los portadores de ortodoncia
Si alguna vez has llevado ortodoncia fija (yo llevé la mía de brackets durante casi dos años), lo primero que vas a experimentar es un cambio en la fisonomía de tu boca ante el espejo.
No en vano, los brackets harán que tus labios se vean más pronunciados y tu sonrisa aparezca repleta de metal. Tal vez esto no te guste, pero ten en cuenta que este “problemilla” estético se soluciona con la ortodoncia transparente, que es más estética que la de brackets.
Acto seguido vas a experimentar una gran incomodidad en la parte interior de los labios además de en las mandíbulas, que tardarán unos días en acostumbrarse a su nuevo inquilino.
Puede que tengas que recurrir a algún tipo de vaselina que suavice el roce del metal con tus labios y que sientas alguna llaga por el roce de la lengua con ellos.
Además, los primeros días tendrás sensación de “lengua de trapo” a la hora de hablar y expresarte ante los tuyos o en tu vida social-profesional. Pero pronto encontrarás la forma de adaptarte. Es una cuestión de paciencia.
Dieta inicial
La dieta inicial más recomendable cuando se estrena ortodoncia fija exige alimentos blandos. Esto es así para evitar la rotura o cesión de alguno de los soportes de la ortodoncia, o de los propios alambres.
Créeme, te interesa durante los primeros meses aprender a discernir los alimentos nada recomendables de los bienvenidos para mantener solo las visitas programadas a tu dentista.
Alimentos que tendrás que sustituir por otros más amigables en cuanto a dureza y esponjosidad serán, por ejemplo, la barra de pan, el turrón duro, los frutos secos de gran dureza como las avellanas, las frutas de piel dura, los chocolates, etc.
Por el contrario, para desayunar siempre podrás mojar galletas o un bollo en el café. A la hora de almorzar puedes recurrir a sopas y purés, lácteos (arroz con leche, yogur, queso blando, etc.), frutas blandas como el plátano o batidas.
En cuando al plato principal serán socorridos los huevos revueltos o en tortilla, el pescado al vapor o al horno, patatas hervidas o arroces cocidos acompañados de pan de molde.
Limpieza a conciencia
Comer con una ortodoncia fija tiene el inconveniente posterior de la limpieza. Hacer un cepillado a conciencia y usar algún colutorio puede ser más necesario que nunca cuando llevas brackets. ¡Paciencia!
Ajustes periódicos
Los días de revisión son días de ajuste. Gracias a ellos, y a pesar de que implican un poco de molestia en la boca, son los momentos de avance hacia el objetivo final de la ortodoncia.
En ellos, el/la especialista calcula las tensiones a aplicar a los dientes para que, sin causarte excesiva molestia, las piezas se vayan situando en la posición deseada de tu mandíbula, poco a poco.
El final del tratamiento es solo el principio
Una vez que termines el tratamiento lucirás una dentadura con aspecto perfecto, ordenada y sin espacios interdentales.
Pero recuerda que los dientes son estructuras móviles que propenden al desorden original antes de la ortodoncia.
Esto quiere decir que, una vez que te liberes de los brackets, habrás de seguir con cuidado y tesón las indicaciones de tu dentista para lograr mantener la dentadura ordenada.
Es decir, que probablemente debas llevar férulas de retención (eso sí, transparentes y mientras duermes) en ambos hemisferios de la boca en adelante. De no seguir estas recomendaciones es probable que a la vuelta de unos meses tus dientes vuelvan a descolocarse y habrás desandado mucho camino.
Pero si eres paciente y te preocupa tu salud bucal, seguro que seguirás estos consejos para mantener una sonrisa y mordida perfectas por muchos años.
