Todos sabemos que es importante no perder de vista aquello que nos importa. Y hablando de la vista, ¿hay algo más relevante que tener la posibilidad de ver todo aquello que ocurre en nuestro entorno con total nitidez? Empleamos la visión para leer, trabajar, ver paisajes o series e incluso a las personas que tenemos alrededor. Por ello, es muy importante que nuestra visión sea clara, para que podamos disfrutar de todo lo que nos ofrece el día a día. La miopía es un defecto de la vista que afecta a gran cantidad de personas, pero afortunadamente existen métodos eficaces como la cirugía refractiva que son efectivos. En este artículo ahondaremos en ella y en qué momento se debe operar la miopía.
La recomendación para operar la miopía es esperar hasta los 21 años
La visión borrosa, especialmente de lejos, es el principal síntoma de miopía. Necesidad de acercarse mucho a los objetos para verlos, a un libro para leer… son las principales consecuencias que existen al padecer miopía. A día de hoy, la medicina ha tenido grandes avances y cada vez, encontramos técnicas en oftalmología más eficaces para corregir la miopía.
La cirugía refractiva es una de ellas y, entre otras técnicas, se sirve de un tipo de láser que cuenta con la posibilidad de alterar el grosor y/o la curvatura de la córnea. Con ello, se consigue corregir problemas visuales como el astigmatismo, la hipermetropía o la miopía.
Una duda que asalta a muchas personas es a qué edad es aconsejable operar la miopía. Cada paciente es un mundo y tiene unas necesidades concretas, pero a nivel general, lo recomendable es que sea a partir de los 21 años, puesto que es la edad media a la que suele estabilizarse la miopía.
La cirugía refractiva láser está indicada también para las personas que por el paso de los años, empiezan a perder vista, dando lugar a la presbicia o vista cansada.
En este caso, la técnica compensa la pérdida de capacidad de acomodación del cristalino, que es lo que causa problemas para que podamos enfocar cuando tenemos objetos cerca. Este tipo de problemas suelen aparecer a una edad que comprende entre los 40 y los 45 años, por norma general.
Tal y como comentamos, a la hora de realizarse este tipo de tratamiento de salud ocular, debemos acudir a los expertos y que sean los propios oftalmólogos quienes asesoren y decidan en qué casos concretos puede realizarse este tipo de técnica. En cuanto a los factores para determinar qué técnica es la más idónea, encontramos las características del ojo, la edad, así como los hábitos de vida del paciente.
Es posible que a muchas personas les dé cierto reparo este tipo de intervención, pero no tiene por qué haber problema alguno. La razón se basa en que antes de proceder a ella se realiza un examen oftalmológico integral, así como una repetición de las pruebas el mismo día de hacer la intervención.
Como podemos comprobar, se trata de una técnica eficaz, en la que se revisa minuciosamente todo para evitar posibles complicaciones.
Ahora que la conocemos y que sabemos cuándo podemos operarnos, es el momento de acudir a los expertos para que nos indiquen si existe la posibilidad de que podamos contemplar la vida con nitidez corrigiendo nuestros defectos de visión.