Este invierno estamos viviendo días de mucho frío. Pero, gracias al avance de la tecnología, ahora tenemos un nuevo aliado en la familia de ropa de invierno para combatir el frío en los pies: los calcetines calefactados. En este post te explicamos cómo funcionan y lo que tienes que tener en cuenta cuando compres los tuyos.
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Motorista 365
Desde siempre me han gustado las motos y he sido de los que no se bajan de la moto en todo el año salvo en situaciones de clima extremo. Pero es verdad que, de un tiempo a esta parte, los meses duros del invierno se me hace cada vez más difícil elegir la moto frente al coche para ir a trabajar. Pero confieso que la visión del atasco matutino es más poderosa que el frío reinante, aunque se me hielen manos y pies. Y es aquí donde hace tiempo encontré soluciones como los puños calefactables. Y ahora te comparto mi último hallazgo, los calcetines con calefacción incorporada para los pies.
Calcetines calefactados
Los calcetines calefactados, térmicos o calefactables son la última invención a conocer si trabajas o haces deporte con frío (almacenes logísticos, tiendas de refrigerados, ski, pesca o paseos por la montaña, por ejemplo). O si te desplazas en ambientes fríos: moto, bicicleta, patinete, etc.
Técnicamente se trata de un calcetín tradicional de caña alta. Pero llevan incorporada una batería recargable (o pilas desechables) y unas resistencias en su interior que distribuyen el calor acumulado a lo largo de la puntera, empeine y suela del calcetín. Si no sabes cómo son, por ejemplo, en Moriwoki analizan los mejores calcetines calefactados donde puedes comparar diferentes modelos.
El poder calórico de estos calcetines puede oscilar entre los 30 y 50 grados. Se consigue con voltajes muy pequeños entre 3 y 8 voltios, y la capacidad de la batería puede estirar su agradable sensación térmica hasta entre 4 y 5 horas aunque los hay que ofrecen más horas de servicio. Obviamente, cuando mayor sea la temperatura de funcionamiento y mayor la temperatura exterior en uso, menor la duración del efecto calor y la sensación térmica de esta prenda.
Por tanto, podrías llamarlos calcetines calefactados o térmicos. Pero también, calcetines calefactados recargables. Porque eso es lo que son: una prenda ideal para suministrar calor localizado en las partes del pie que más sufren las temperaturas bajas. Y una vez terminado su caudal de calor, se pueden volver a enchufar para ofrecer calorcito de nuevo.
Cosas a tener en cuenta
Si estás pensando en comprarte unos calcetines calefactables, ten en cuenta los siguientes consejos de compra.
Alimentación
En el mercado tienes calcetines que se alimentan por pilas de un solo uso, por batería o por cargador portátil externo. La diferencia entre unos y otros es de precio (los que van a pilas son algo más baratos). Pero tienes que estar cambiando de pilas con el uso. Y a la larga, a lo mejor es más rentable decantarse por una batería recargable, además de más ecológico.
Por su parte, el inconveniente de los calcetines que funcionan con batería es el precio de partida, bastante más alto, pero son bastante más cómodos de usar. Y la duración de la carga completa, que llevará unas horas (entre 3 y 16 horas “enchufados”, según el modelo elegido).
Por último, los calcetines alimentados por batería externa, necesitarán un adaptador compatible con la toma del calcetín. Tenlo en cuenta.
Eso sí, compres los que compres, elige unos en los que la situación de la alimentación esté en la parte alta de la caña del calcetín, por tu comodidad. Te ahorrarás roces con la mini-cajita que aloja la alimentación si usas botas de caña alta (botas de agua, de moto, de ski, etc.).
Higiene
Otro aspecto importante de estos calcetines es la higiene. Como toda prenda íntima, hay que lavarla con mayor frecuencia que otras prendas exteriores tipo pantalones o cazadoras.
Infórmate antes de comprar tus calcetines térmicos de su forma de lavado. En el mercado tienes los de lavado a mano exclusivamente, a temperaturas no altas, y los lavables en la lavadora. Pero, en ambos casos, ojo con no subir de 30°C de temperatura y quitando la batería extraíble antes, claro.
Y, para su secado es bueno no escurrirlos estrujando sus elementos y resistencias internas sino dejarlos suspendidos en el tendedero para que vayan goteando hasta secarse.
Tejidos y materiales
Muy en relación con la higiene, los mejores calcetines suelen tener una composición de algodón 100% o mezcla de algodón, poliéster y elastano en distintas proporciones. Deben ser lavables a la vez que resistentes y cálidos, a la vez que transpirables.
Además, con esta composición se consigue un calcetín ligero de peso, incluso con las resistencias y baterías.
Otras cosas a tener en cuenta
-Tratándose de prendas interiores, de invierno y destinadas a dar calor, y aunque también hay diseños chulos en el mercado, nuestro consejo es fijarse más en el calor que en el aspecto o estética del calcetín térmico.
-Otro consejo es elegir bien la talla para que el pie pueda recibir al calcetín con la holgura justa. Ni muy grandes, ni muy apretados.
-Y ponérselos con cuidado a la hora de introducir el calcetín en el pie para no dañarlos. O en caso de quedar la resistencia mal colocada entre los dedos del pie, ya que, como poco, serán incómodos de llevar puestos.
-Algunos calcetines vienen provistos de un cable adaptador de voltaje que se enchufa al calcetín por un extremo y a una batería extraíble por el otro. La batería se introduce en una especie de bolsillo en la parte alta del calcetín donde se mueve con nosotros.
-Y otros pueden tener un selector de calor ajustable en varias modalidades: alta, media y baja. Pero, recuerda que el exceso de calor localizado y prolongado en los pies, o cualquier otra parte del cuerpo, puede afectar a tu piel y tu salud.