La puerta de la primera tienda física de Hawkers del centro de Madrid, calle Carretas 17, abierta.
Música, diseño y mucha gente dentro. No conocía la marca de gafas de sol, pero lo admito: sucumbí ante la propuesta y entré. Lo primero que me llamó la atención fue la distribución de los elementos: todo muy diáfano. Y es que aparte de la mesa de la caja, no vi ni un solo mostrador. Solo gente y más gente en la tienda. Las gafas, expuestas en estanterías. Algunas, en estantes tan altos que costaba acceder a ellas sin ayuda de una escalera.
Vi otro tipo de escaleras al fondo de la planta baja que conducían arriba. Seguí a una clienta que las subía. De nuevo estanterías con más gafas de diseño y otra mesa. En este caso, con un dependiente vestido de crupier al otro lado. Me probé unas ‘Air Joker One’ que me gustaron y entablé conversación con una dependienta: “¿Lleváis mucho aquí? No me sonaba la tienda”. “Unos meses”, me contestó muy amable.
Arriba, una mesa de póker. Como era el sábado tras el ‘Black Friday’, el ‘crupier’ me ofreció que cortara la baraja. Luego colocó cuatro cartas boca abajo en la mesa. Levanté la que quise y me tocó un descuento del 40%.”No está mal”, pensé.
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Cuando la estética y la salud pueden ir, pero aún no van de la mano
Como mi madre es enfermera, estoy concienciado de que hay que protegerse de los rayos del sol. Y como soy miope, quería saber si podían graduarme las gafas.
Así que asalté a otra dependienta con mis dudas.
-“¿Los cristales son buenos?” “¿Las graduáis manteniendo el diseño?”.
La dependienta me aseguró que los cristales sí que protegen de los rayos UV (luego vi que la página web de la empresa lo corroboraba), pero aún no las gradúa la marca, si bien prevén hacerlo a partir de finales de enero. Me dijeron que si las compraba ahora y quería que me las graduaran más adelante, la idea es que pagara solo por lo segundo.
Con la carta del descuento volví a la planta de abajo. Un nuevo dependiente me cobró. A él le pregunté sobre el material de la montura. Me explicó que las hacían de dos materiales, uno más ligero llamado xxxxxx, como mi modelo, y otro menos moldeable.
-“¿Eso es un plástico?”, le pregunté.
-“Viene del petróleo, así que si lo quieres llamar así…”, me contestó.
Mis nuevas Hawkers
Por doce euros, estoy encantado de mis gafas Hawkers, de montura transparente y con los cristales de color tirando a morado. El tiempo dirá si mantengo mi postura. Eso sí, comprobé que en Hawkers, tienda no se admite el pago en efectivo en su primera tienda física.