Estos días hemos visto en la tele una noticia que nos parece interesante por todo lo que significa: la creación del impuesto de perros del ayuntamiento de Zamora. Nos parece interesante porque, no siendo su coste elevado por propietario, comienza a pasar el mensaje de que la limpieza de aceras y parques de los excrementos y pises de perros tiene un coste y los propietarios, algunos bastante dejados respecto a lo público, deben contribuir a sufragar este coste.
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El impuesto de perros del ayuntamiento de Zamora
Este mal llamado impuesto es en realidad una tasa de 9 euros anuales que se venía aplicando en Zamora hasta el año 1992 en que se suprimió y que se llamaba «ordenanza de la tasa por prestación de servicios municipales de sanidad».
Ahora, la nueva ordenanza, aprobada por mayoría absoluta del pleno del ayuntamiento (gobernado por IU) y sin alegaciones ni votos en contra, ha pasado a denominarse «tasa por prestación de servicios y realización de actividades administrativas de sanidad«.
27 años más tarde, su importe es exactamente el mismo que en 1992: 9 euros anuales por perro.
Por qué esta tasa perruna
La justificación para recuperar la antigua tasa sanitaria ha sido el considerable aumento del número de perros censado en Zamora y el consiguiente aumento del coste de los servicios municipales de sanidad animal (gestión de licencias, inspección, limpieza, recogida de animales abandonados etc.), que ascienden a un presupuesto anual de 200.000 euros.
La idea del ayuntamiento es que los usuarios coparticipen en estos costes por unos servicios que se pueden agrupar en dos grandes secciones:
A) los gastos directos por la tenencia de animales de compañía como la gestión del censo telemático y los evacuatorios caninos (mantenimiento, limpieza, reposición de bolsas…), las 9 zonas de esparcimiento (señalización, limpieza…),
B) los costes de personal y los que tienen una vinculación indirecta, como la limpieza de jardines y aceras de cacas y pises de perros, las campañas de sensibilización para que se limpie el espacio público y se usen bolsas y papeleras para cacas, etc.
A esto hay que añadir el contrato de la Perrera Municipal con la protectora de animales Scooby. Se trata de una entidad no lucrativa (ENL) dedicada a rescatar y dar una segunda oportunidad a perros y gatos callejeros y abandonados.
El ayuntamiento subvenciona parte de la actividad de ese «santuario animal», permitiendo alimentarlos y proporcionales cuidados veterinarios básicos. Este año, el importe casi se ha triplicado, aumentando hasta 50.000 euros, lo que indica que posiblemente hay más actividad con animales de compañía en la ciudad castellana.
Otra justificación para esta tasa de perros en Zamora es cofinanciar la creación de una nueva perrera municipal en el polígono de los Llanos junto a la actual, con un presupuesto de 250.000 euros.
Por último, con esta tasa se pretende establecer un control y actualizar el censo de perros de la ciudad. Actualmente la cifra es de 9.800 perros pero se estima que sea mucho menor ya que muchos no se dan de baja al morir. De esta manera, propietario que no declare la baja del animal fallecido deberá seguir pagando la tasa.
Recaudación esperada
La recaudación de esta tasa esperada (habrá que ver cuántos propietarios deciden pagarla y cuántos «hacerse los suecos») por el consistorio de Zamora oscilará entre los 50.000 € y los 90.000 € anuales, cifra muy inferior al presupuesto actual dedicado a limpieza e higiene en las calles zamoranas para limpiar excrementos y orines de perro, de más de 200.000 €.
Zamora ciudad tiene censados 61.000 habitantes y 9.800 canes censados (muchos no dados de baja tras fallecer).
Con esta valiente medida, a la que ojalá sigan otras sobre productos nocivos como colillas de cigarrillos o chicles se traslada a los ciudadanos un mensaje de que nuestros actos cotidianos como dejar una caca de perro, tirar una colilla o un chicle a la acera, impactan sobre las ciudades, las afean y cuestan mucho dinero de todos retirarlos.