La infancia es una etapa crucial en el desarrollo de niños y niñas, donde los hábitos alimenticios que se adquieren van a tener un impacto significativo en su salud a lo largo de toda la vida. Una alimentación saludable durante este periodo es fundamental para su crecimiento adecuado, el desarrollo cognitivo, la prevención de enfermedades y el bienestar general. Por tanto, es esencial promover hábitos alimenticios saludables desde una edad temprana.
Tabla de contenidos
Influencia del entorno familiar en los hábitos alimenticios
Los niños tienden a imitar lo que ven en su entorno para aprender, incluyendo los hábitos alimenticios de quienes los rodean, principalmente en el hogar. En consecuencia, es crucial que como adultos establezcamos pautas alimentarias saludables, ofreciéndoles una variedad de alimentos nutritivos y haciendo lo propio con nuestra alimentación.
Los padres muchas veces ponemos todo de nuestra parte para que nuestros hijos e hijas coman alimentos saludables que, además, les gusten sin poner reparos.
Sin embargo, conseguir este objetivo no siempre es tarea fácil, ya que, como nos pasa a los adultos, los peques también tienen sus preferencias individuales en cuanto a sabores y texturas de los alimentos. Además, dependiendo de la etapa de desarrollo en la que se encuentren, su apetito y sus gustos alimenticios pueden variar, siendo cada vez más selectivos con la comida.
Y, por supuesto, el entorno en el que se encuentran también influye en sus decisiones, de manera que, si observan a otros miembros de la familia mostrando actitudes negativas hacia ciertos alimentos, es posible que imiten ese comportamiento.
¿Cómo enseñarles a comer bien?
La respuesta es fácil: ofreciéndoles alimentos variados y equilibrados.
Variedad de alimentos en su dieta
Para ello, procura incluir una amplia variedad de alimentos en su dieta como frutas, verduras, legumbres, frutos secos, semillas, carnes, pescados, cereales integrales y productos lácteos.
Esto garantizará que ingieran todos los nutrientes necesarios para un crecimiento y desarrollo saludables.
Establecer horarios regulares para las comidas
Mantener horarios preestablecidos para las comidas puede ayudar a regular su apetito y a prevenir el picoteo constante entre horas.
Involucrarles en la preparación de las comidas
Otra medida interesante consiste en animar a tus hijos a participar en la preparación de las comidas.
Esta tarea puede despertar su interés por los alimentos saludables, además de enseñarles habilidades culinarias básicas que les otorgan autonomía. Y les ayuda a familiarizarse con sabores y texturas desde una temprana edad.
Ejemplo positivo
Como personas adultas, es importante que les demos ejemplo con nuestros propios hábitos alimenticios.
Si nos ven disfrutando de una dieta equilibrada y saludable, es más probable que sigan el ejemplo y adopten los mismos hábitos alimenticios similares.
Si lo consideras necesario, puedes acudir a un/a dietista para recibir la orientación adecuada.
Promover la hidratación de verdad
Por último, fomenta el consumo de agua como la principal bebida en el hogar. Y, sobre todo, evita comprar bebidas azucaradas y refrescos, incluso aunque sean light.
Productos infantiles, muy poco de saludables
Es importante destacar el riesgo que representan los llamados «alimentos infantiles», que a menudo carecen de propiedades nutritivas saludables.
Aunque se comercializan como productos dirigidos al público infantil, la gran mayoría de ellos no son saludables y pueden contribuir a problemas de salud como la obesidad, la diabetes tipo 2 y otras enfermedades crónicas.
En los últimos años, el Estudio ALADINO 2019 ha vuelto a poner de manifiesto la enorme incidencia del sobrepeso y la obesidad infantil que tenemos en España. El estudio revela que el 40% de los niños y niñas entre 6 y 9 años sufren de esta condición en nuestro país.
Y de estos, un alarmante 60% seguirá teniendo exceso de peso cuando sean mayores si no se toman medidas eficaces para promover una alimentación saludable desde la niñez. Medidas que pasan por la prohibición de los anuncios comerciales de alimentos infantiles dirigidos a los menores de 15 años. Esto ya se hizo el año pasado desde la OMS con la publicación de una guía para proteger a niños y niñas de la publicidad, que promociona alimentos y bebidas no alcohólicas poco saludables.
Conclusión
Es responsabilidad de las familias proteger lo que más nos importa, como es la salud de nuestros pequeños.
Por su parte, gobiernos e instituciones deben ir a una en el fomento de medidas de sensibilización en pos de vidas activas en las que la actividad física, la alimentación saludable y los buenos hábitos de salud aseguren el mañana de las futuras generaciones.
Fuentes consultadas: Infosalus, The Conversation, OMS e Infosalus.
