Existen en el mercado otro tipo de grasas o aceites vegetales, como son los aceites de coco, aguacate, girasol, etc. Sin embargo, a pesar de la amplia gama de grasas vegetales que hay en el mercado, el aceite de oliva sigue siendo la más elegida para cocinar y aliñar si se quiere seguir una dieta sana. El aceite de oliva virgen extra, también conocido como AOVE, es una grasa vegetal rica en vitaminas A, D, E, F y K, y además tiene efectos cardiosaludables. El jugo de aceitunas prensado en frío, sin refinar, sin duda es el que más nutrientes aporta a la dieta y ayuda a que se produzca un cambio en la flora bacteriana intestinal, que está relacionado con la prevención del cáncer colorrectal.
Igualmente, el AOVE tiene efectos saludables sobre los niveles de colesterol en sangre, ya que su consumo ayuda a reducir el colesterol LDL (colesterol malo) y aumenta el colesterol HDL (el colesterol bueno). Por otra parte, protege al cuerpo de la oxidación, reduce la presión arterial y disminuye la posible formación de trombos en la sangre. Otro factor a tener en cuenta es su estabilidad en la cocción. Aunque se pierden algunas propiedades a la hora de someterlo al calor, también es cierto que los propios antioxidantes que contiene, ayudan a su vez a proteger de la oxidación. Por ello, siempre será más interesante cocinar las frituras con un poco de aceite de oliva que con otras grasas vegetales o animales.
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Aceite de oliva frente a grasas animales
En el mundo anglosajón, y también en otras cocinas, es muy utilizada la mantequilla para cocinar. En general, siempre será mucho más saludable utilizar el aceite de oliva en la cocina antes que otras grasas animales como la mantequilla, ya que esta contiene muchas más grasas saturadas, un 70% frente al 15% del AOVE.
Además, enfrentados a las altas temperaturas, el aceite de oliva también es más recomendable, puesto que su punto de humo (cuando comienza su descomposición química y puede generar elementos perjudiciales para la salud) está en los 210 grados, mientras que el de la mantequilla está en los 110 grados. Para freír se suele llevar la grasa hasta los 180 grados, por lo que es mucho mejor hacerlo con aceite de oliva.
Diferencias entre distintos tipos de aceites de oliva
Hay distintos tipos de aceites de oliva: virgen extra, virgen y oliva a secas. El primero tiene un proceso de elaboración más minucioso y es el de más elevada calidad, así como también tiene menor grado de acidez (menos de 0,8 grados). El segundo tiene algo más de acidez, mientras que el tercero tiene un grado de acidez algo más alto debido a que se elabora con aceitunas en peor estado, tiene menos compuestos orgánicos y antioxidantes beneficiosos para la salud.
Castilloliva Premium AOVE
El aceite de oliva virgen extra de recolección temprana es el más apreciado, gracias a sus propiedades beneficiosas maximizadas y a sus sabores más intensos.
Uno de los productores que con más mimo cuidan sus AOVE es Castilloliva Premium AOVE, donde siguen un riguroso proceso natural y respetuoso para que el cliente pueda disfrutar en su mesa de un aceite virgen extra premiado por distintos certámenes.
Son muy destacables los premios obtenidos por esta empresa a lo largo de los últimos años:
- Premio Guía Iber Oleum en 2021 y 2019.
- Premio Terraolivo en 2017 y 2016.
- Premio ECO IOOC 2020.
- Premio NYIOOC 2019.
- Premio ATHIOOC 2018.
- Premio Guía RM AOVES 2017.
- Premio OLIVINUS 2016.
Castilloliva Premium AOVE es un aceite de calidad que basa su perfecto bouquet, color, olor y acidez, en la recogida de aceitunas de excelente calidad.
Sin duda el aove es uno de los aceites más saludables. Lo decimos por experiencia ;)